Irán y Palestina enturbian las relaciones entre Merkel y Netanyahu
El primer ministro de Israel visita Berlín, París y Londres para convencer a los grandes de la UE de salirse, como EEUU, del pacto nuclear con Teherán.
La canciller alemana, Angela Merkel, y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, evidenciaron hoy que, pese a sus esfuerzos por mostrar la fortaleza de su alianza, les separa el abismo de sus diferencias en torno al acuerdo nuclear con Irán y la solución de los dos Estados.
Merkel, en una rueda de prensa conjunta en Berlín, subrayó la importancia que Alemania da -por motivos históricos- a sus relaciones con Israel -"por encima de nuestras diferencias"-, y Netanyahu destacó la "excelente" alianza entre ambos países, pese a "algunos desacuerdos", que en el transcurso de su intervención convergieron en dos polos de disputa.
Netanyahu reiteró su rechazó el acuerdo nuclear con Irán, por considerarlo ineficaz para evitar que Teherán consiga la bomba atómica y por no afrontar los otros dos motivos de preocupación procedentes de Irán: su programa de misiles balísticos y lo que denominó sus "agresiones" en la zona.
El mandatario israelí despreció de nuevo el acuerdo entre Irán y seis grandes potencias -que rechazó desde el mismo día de su firma y del que se acaba de retirar Estados Unidos- por dar a su juicio a Teherán una "capacidad ilimitada" para enriquecer uranio.
"Es importante evitar que Irán consiga armas nucleares. Me comprometo a que eso no suceda", manifestó el primer ministro israelí, que abogó por mantener la "presión económica" sobre el régimen de Teherán en lugar de buscar un acercamiento económico.
La postura israelí contrasta con la posición europea, que tras la salida de Washington del acuerdo nuclear con Irán ha decidido atenerse a lo que firmaron en 2015 -entre los firmantes estaban la UE, Alemania, Francia y el Reino Unido, así como EEUU, China y Rusia- y no cortar de nuevo las relaciones comerciales con ese país.
Berlín sigue dentro
El primer ministro israelí subrayó que es "bastante extraordinario" que Irán siga buscando explícitamente la "destrucción" de Israel y tratando de fabricar una bomba nuclear, algo que se trasluce de la reciente información obtenida por sus servicios de inteligencia y que él mismo publicó poco antes de que Washington decidiese salir del acuerdo.
Además, se mostró abierto a poner estos documentos a disposición del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), para una mayor "transparencia".
Merkel indicó a este respecto que su país seguirá vinculado al acuerdo con Teherán y que su propósito es no retirarse porque considera que es el mejor modo de evitar que Irán consiga la bomba atómica, pese a comprender la "preocupación" de Israel.
(Puedes seguir leyendo tras la foto...).
Netanyahu alertó además sobre la amenaza que supone el programa de misiles balísticos iraní y, sobre todo, su actividad regional, como su implicación en el Yemen, el Líbano y especialmente en Siria, donde indicó que su ejército está avanzando hacia la frontera israelí.
Según el primer ministro israelí, el objetivo de Irán es formar unas milicias chiíes en Oriente Medio de hasta 80.000 miembros, cuando en la actualidad suman ya unos 18.000, con islamistas procedentes de países como Afganistán y Pakistán. El objetivo de Teherán, siempre según Netanyahu, es llevar a cabo una "campaña religiosa" en territorios de mayoría suní, una "nueva guerra religiosa".
Esto tendrá como "consecuencia" la llegada de "más refugiados" a Europa, advirtió Netanyahu, teniendo en cuenta la sensibilidad de la sociedad alemana tras la crisis de los refugiados de 2015 y 2016.
Merkel mostró su "acuerdo" con Netanyahu "en la necesidad de apremiar a Irán a restringir sus acciones en la región", al que ha criticado en repetidas ocasiones, al igual que a Rusia, por su apoyo al régimen del presidente sirio, Bachar al Asad.
La canciller, preguntada sobre un eventual reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel, respondió que Alemania sigue comprometida con una "solución basada en la fórmula de dos Estados", lo que implica el reconocimiento de un Estado palestino propio.
Netanyahu, que aplaudió la decisión estadounidense de mover su embajada en Israel de Tel Aviv a Jerusalén, apuntó que la verdadera causa de la imposibilidad de alcanzar la paz en Oriente Medio es la negativa de los dirigentes palestinos a reconocer el Estado israelí.
A este respecto, agregó que en la región se están produciendo "cambios prometedores", en referencia a la mejora de sus relaciones con Arabia Saudí, y argumentó que esta nueva alianza -basada en enemigos comunes- puede ser la "raíz" para "una paz con los palestinos", "no hoy, sino mañana".
Ambos líderes anunciaron la celebración en Israel el 4 de octubre de las próximas consultas bilaterales, unos contactos al más alto nivel que el año pasado se suspendieron por disensos bilaterales.