Siete señales de que vas demasiado rápido con tu nueva pareja
El enamoramiento es algo que debería saborearse, no forzarse.
El enamoramiento es algo que debería saborearse, no forzarse. Sin embargo, muchas personas parecen tener prisa por asentarse, lo cual, en ocasiones, acaba perjudicando las relaciones.
¿Cómo se puede saber si se está corriendo demasiado? A continuación, varios terapeutas detallan siete indicios de que las parejas deberían ir más despacio y dejar que las cosas fluyan a su ritmo.
1. Acabas de salir de una relación
Empecemos con algo dolorosamente obvio: si alguien acaba de salir de una larga relación y está buscando el amor simplemente para no sentirse solo, probablemente deba esperar un poco, plantea el psicólogo Ryan Howes.
"En ocasiones, las personas conectan con alguien rápido y sienten un gran alivio de no estar solos, por lo que tienden a apresurarse en forjar una relación. El miedo a la soledad puede enmascarar una multitud de defectos en las relaciones y conducir a decepción a largo plazo", advierte.
Después de una ruptura hay que centrarse en reconstruir la relación consigo mismo y "aprender a transformar la soledad en algo positivo", apunta Howes.
Entonces, ¿cómo saber cuándo se está listo para comprometerse con otra persona después de tanto tiempo a solas? Howes es claro: "Cuando quieras tener una relación, pero no la necesites".
2. Os mandáis mensajes constantemente
El hecho de que una persona analice en exceso los mensajes ("no hay emoticonos y usa puntos suspensivos... ¿qué quiere decir eso?") puede perjudicar una relación cuando ni siquiera ha tenido la oportunidad de empezar, advierte el psicoterapeuta Patrick Schultz.
"Es una mala señal que una persona le exija a su media naranja que le responda inmediatamente. También es problemático tratar de interpretar el tono de voz de alguien a través de los mensajes. Si te enfadas o te duele la forma en la que te habla por mensajes, deberías tener una conversación. Si nada cambia después de haberlo hablado, puede que esa relación no vaya a ningún sitio", señala Howes.
3. Eres demasiado vulnerable cuando estás con esa persona
La confianza se va construyendo con el paso del tiempo y no se consigue simplemente después de tres citas con un match de Tinder. Por eso, es conveniente asegurarse de que una persona merece nuestra confianza y vulnerabilidad antes de confesarle nuestros secretos, sugiere el terapeuta Tammer Malaty.
"Confiamos en alguien gracias a sus acciones, no sus palabras. El romance es una montaña rusa y las personas tienden a adoptar riesgos innecesarios al comienzo", explica Malaty. "Mi consejo es darle a la pareja un poco de confianza y si, con el tiempo, demuestra que es merecedora de la misma, ir dándole un poco más. La confianza se va ganando poco a poco", añade.
4. Cada vez pasas más noches en su casa
Es una regla complicada si se es monógamo de serie, pero se debería evitar pasar muchas noches seguidas en casa de la pareja cuando se está empezando, aconseja el psicoterapeuta Erin K. Tierno.
"Resulta tentador sucumbir a un patrón de pasar varias noches con la otra persona, pero es necesario aceptar que cada uno tiene una vida propia", apunta. "Fusionar ambas vidas sin dejar espacio ni tiempo para cada uno puede acabar dando pie a que un día alguien se despierte pensando: '¿Quién es esa persona y dónde narices me he metido?".
5. Ya has dicho "Te quiero" o has empezado a planear un futuro juntos
No hay nada como esa ráfaga de emociones que experimentamos al principio de una relación. Sin embargo, conviene no confundir esos sentimientos con el amor, apunta la terapeuta de matrimonio Moshe Ratson. "Muchas personas tienden a confundir la palabra 'amor' con 'enamoramiento'. Estar enamorado consiste en sentir encaprichamiento o pasión, y suele darse al comienzo de una relación romántica. En cambio, amar a alguien es propio de una relación a largo plazo, una vez se conoce de verdad a la pareja", explica Ratson.
6. Estás dejando de lado tus principios en una relación
Cuando la cosa se está poniendo seria con alguien, es frecuente mirar a tu pareja a través de unas gafas de color de rosa. Está bien percibir las peculiaridades de la otra persona como algo entrañable, pero no deberían aceptarse aspectos que diverjan con los valores propios, advierte Howes.
"Cuando empezamos una relación, todos tenemos un bagaje de experiencias concretas, por lo que es posible que nos topemos con diferencias de opinión en materia de política, religión, educación de los hijos o la división ideal de las tareas de casa. Si da la sensación de estar de acuerdo en todo, probablemente sea recomendable plantearse si tal vez se está idealizando al otro y sus puntos de vista, hasta dejar de lado las opiniones propias", aconseja.
7. Os habéis planteado mudaros juntos
A efectos logísticos, tiene sentido mudarse juntos: podéis dividir las facturas por la mitad y encontrar a tu persona favorita al llegar a casa después de un largo día. Por desgracia, vivir con la pareja también conlleva un precio: los estudios muestran un alto riesgo de divorcio e insatisfacción en el matrimonio para aquellas parejas que se van a vivir juntas antes de comprometerse como tal.
En cualquier caso, es probable que mudarse juntos demasiado pronto sea una mala idea, señala Ratson. "Una relación íntima debería ir a un ritmo natural. Mudarse juntos antes de tiempo puede resultar perjudicial si se quiere que la relación siga un curso saludable. Lleva tiempo construir una base para el amor y la intimidad", zanja.
Este artículo fue publicado originalmente en el 'HuffPost' Estados Unidos y ha sido traducido del inglés por María Ginés Grao.