Los remedios naturales contra la alergia, evaluados por expertos
Hay algunos que sí y otros que, definitivamente, NO sirven de nada.
Los alérgicos sufrirán más esta primavera. Según las previsiones de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (Seaic, los niveles que será más altos en el centro y suroeste peninsular, en virtud del frío y las precipitaciones registrados en invierno.
Cuando se disparan los niveles de alergia, los que la padecen se vuelve locos por tratar de aliviar los síntomas con remedios naturales. Preguntarle a la abuela, buscarlo en Google... cualquier cosa vale. ¿O no? La edición francesa del HuffPost ha preguntado a dos alergólogos si sirven de algo los trucos naturales más comunes para combatir las alergias.
1. Beber un vaso de agua con miel y vinagre: NO
"Esto no tiene ninguna base científica. Como mucho, podrá ser un placebo, una sensación", afirma la alergóloga Madeleine Epstein.
Algunas personas también recomiendan tomar cada día una cucharadita de miel, pero esto puede resultar problemático, ya que "la miel también es un alérgeno", advierte Isabelle Bossé, presidenta del Sindicato Francés de Alergólogos (SYFAL). Según esta experta, podría producirse un shock anafiláctico, la forma más grave en la que se manifiesta una reacción alérgica.
2. Comer huevos de codorniz: NO
A menudo se dice que estos pequeños huevos son capaces de inhibir una enzima importante en el desarrollo de reacciones alérgicas. Ambas alergólogas son tajantes en esto: su eficacia equivale a cero; ningún estudio ha demostrado tal efecto. "Es un rumor viejo que hemos conseguido desmontar, ya que no se basa en nada", lanza Madeleine Epstein.
3. Comer cebollas y ajo: NO, PERO...
Son unos de los ingredientes más recurrentes cuando se habla de consejos naturales. Pero, ¿qué hay de cierto en ello? Pueden contener antihistamínicos naturales, eso no es falso. Sin embargo, no quiere decir que al consumirlos vaya a reducirse tu alergia.
Esos antihistamínicos "se encuentran en cantidades tan escasas que habría que comer cebolla y ajo en grandes cantidades" para que tuvieran un mínimo efecto, señala Isabelle Bossé.
4. Untarse vaselina bajo la nariz: POR QUÉ NO
Al parecer, de este modo se evita que la mayor parte del polen llegue a las fosas nasales. La idea "no resulta idiota —opina Epstein—, creo que incluso puede funcionar". "Seguro que algunas partículas se quedan ahí pegadas, pero eso tampoco impedirá que las más finas lleguen hasta las fosas nasales. Para que esto funcione realmente, habría que echarse la vaselina dentro de la nariz...", apunta la alergóloga.
5. Utilizar una solución salina para limpiarse la nariz: SÍ
Para Isabelle Bossé, la respuesta es un gran sí. Atención: no quiere decir que cure la alergia, pero sí puede servir de ayuda para aliviar sus síntomas. "Esto permite evacuar las partículas instaladas en las mucosas. Conviene hacerlo todas las mañanas y todas las noches", aconseja. Aunque no seas alérgico, también es recomendable, ya que la contaminación llega todos los días a las vías nasales.
Del mismo modo, la experta aconseja a los alérgicos lavarse los ojos por la mañana y por la noche con suero fisiológico.
6. Lavarse el pelo por la noche: SÍ
"Así se puede evitar que los alérgenos se diseminen por la habitación", señala Madeleine Epstein.
"El pelo es un captador formidable de polen. Si te lo lavas por la noche, o al menos si te lo cepillas en el baño, te ahorras tener que respirar alérgenos toda la noche", explica Bossé. También puede servir de ayuda recogerse el pelo o ponerse un gorro.
Del mismo modo, es preferible dejar la ropa usada en el baño para no llevar las partículas al dormitorio.
7. Abrir las ventanas por la mañana y por la noche: SÍ
"Hay que ventilar o por la mañana temprano o por la noche tarde", recomienda Madeleine Epstein, ya que esos son los momentos del día en los que el aire contiene menos polen y menos contaminantes. En cambio, matiza Isabelle Bossé: "Los días de más riesgo, mejor prescindir de abrir las ventanas".
Este artículo fue publicado originalmente en el 'HuffPost' Francia y ha sido traducido del francés por Marina Velasco Serrano