Atardeceres en playas de ensueño, días saltando de isla en isla (a cada cual más paradisíaca), ratos de yoga en plena naturaleza... Las vacaciones de verano de 2017 pueden ir un paso más allá de la tumbona.
Un informe lanzado este mismo año asegura que este año muchos europeos elegirán destinos más exóticos y que pasan por Río de Janeiro, Singapur, Mumbai o Camboya, con vuelos a buen precio que lo ponen más fácil todavía.
Vayas a donde vayas, ya sea a la vuelta de la esquina, a tu pueblo de toda la vida o al destino más exótico y paradisíaco del planeta, no pierdas de vista lo más importante: a ti mismo. Relájate y disfruta sin abandonarte del todo, así tu cuerpo y tu salud te lo agradecerán, las vacaciones serán más placenteras... y la vuelta menos dura.
Las vacaciones son una excelente excusa para convertirse en un monstruo de las galletas, pero cambiar tu dieta de la noche a la mañana no es nada aconsejable. Claro que todos queremos pasárnoslo bien, pero para no sucumbir a los kilos de más no hay que olvidar la fibra y la proteína, que te mantendrán satisfecho, a ti y a tu tránsito intestinal... Probablemente no encuentres los mismos productos que en casa, pero las legumbres, las semillas y el arroz o la pasta integrales son excelentes opciones. También prueba frutas y nueces que puedes llevar en el bolso sin necesidad de frío.
Comer suficiente fruta y verdura ayudará a tu digestión, además de mantener tu piel en buen estado. Recuerda: cinco porciones de cada una es lo ideal. Pélalas tu mismo o lávalas con agua embotellada antes de comerlas. Anímate a probar las frutas locales para darle un toque exótico a tus vacaciones.
El jetlag puede ser inevitable, sin embargo, dormir las horas necesarias ayudará mucho. No olvides llevar una buena almohada y algo para taparte oídos y ojos, así como calcetines cómodos. Los suplementos de magnesio naturales te pueden ayudar a relajarte mientras vuelas.
Y no solo en cuanto al sueño. Llévate algunos snacks que puedas comer en cuando aterrices (algo que no sea un café triple...), como barritas de avena y granola (ojo con el exceso de azúcar) o chocolate negro. La cafeína del chocolate es mejor que la que del café; además, la energía de las barritas y los ácidos de Omega-3 de las nueces te ayudarán a mantenerte despierto hasta que sea la hora de dormir en tu destino.
Al sol, con cuidado: llévate más crema de la que crees que necesitas, o de un factor más alto, y reaplica a menudo. Elige versiones que se apliquen fácil (spray, roll on...) o que huelan tan bien que te encante echarte una y otra vez. Si odias esa sensación de manos pegajosas, un paquete de toallitas (muy práctico para todo) siempre ayuda.
No hay nada peor que regresar de vacaciones y darte cuenta que tu cara está más cuarteada que los glaciares que se desprenden en el Polo Norte. La hidratación comienza desde el avión: llévate una hidratante pequeña (o un poco de after sun o de áloe vera) y ponla en el rostro y la piel; además, no dejes de tomar agua durante el vuelo. Nada reseca más la piel que volar a 40.000 pies de altura. Olvídate del alcohol si quieres evitar hincharte.
No te cortes en beber agua: cuando sudes en climas tropicales, necesitarás tener reservas. Para prevenir dolores de cabeza, toma más agua. Y por cada bebida alcohólica, consume un vaso con agua. También te ayudará a la digestión y a sentirte menos somnoliento.
Si caminar de la cama a la hamaca supone tu quema de calorías máxima en todo día, no te culparemos. Sin embargo, estar de vacaciones no significa no moverse, ya que eso solo te hará sentir más cansado, aunque no lo creas. Lo divertido es buscar una actividad distinta para sentir la desconexión de casa. Desde caminar, saltar a la cuerda, salir a correr, hacer ejercicio en la playa... Algo fácil para que no tengas que llevar demasiado equipaje específico. Con media hora o 45 minutos será suficiente.
La mente también necesita vacaciones. Encuentra por lo menos diez minutos al día para practicar meditación. Instala apps de meditación en tu teléfono y sigue las instrucciones, ve vídeos de YouTube, busca unas clases. Tómate con calma los problemillas del verano. Respira.
El aliño lleva ajo, pimentón, sal, perejil, vino y aceite de oliva. Puedes leer cómo se prepara en CookPad.