Así se crean el sexo y la sangre en 'Juego de Tronos'
La jefa de maquillaje de la serie cuenta sus secretos.
En seis temporadas y un episodio, Juego de Tronos ha regalado a su audiencia abundantes cantidades de sexo y sangre y todo tipo de fluidos corporales.
Según un vídeo del fan Leon Andrew Razon, antes del estreno de la séptima temporada se han producido 150.966 muertes. Y según esta minuciosa compilación en forma de "Guía Parental de Juego de Tronos", hasta la sexta se habían podido ver unas 30 escenas de sexo, y varias más de prostitutas y poscoitales.
¿Cómo se consigue dar realismo a las escenas que han hecho famosa a la serie? Refinery29 ha entrevistado a Melissa Lackersteen, jefa de maquillaje de Juego de Tronos, para conocer sus secretos a la hora de "bañar actores en sangre, sudor, mocos y semen" falsos. "Se usa más de lo que crees", asegura.
La web ha señalado el aspecto tan diferente que muchos de los personajes presentan en las últimas temporadas en comparación al piloto: inicialmente Daenerys "parece más una muñeca de porcelana que una feroz Madre de Dragones" y Cersei es "una reina dorada, en la cima del mundo (y de su hermano), sin haber perdido a sus hijos, por no mencionar toda la sangre y la mierda de Desembarco del Rey".
PREDOMINA UN ASPECTO "NATURAL"
Todos los personajes parecen más serenos al comienzo de la historia. Lackersteen señala que la gran directriz desde el principio fue mantener un look "natural", especialmente por tratarse de una serie de fantasía medieval. Pero, dadas las vivencias de los personajes, ha podido jugar mucho con su aspecto.
Durante la travesía de Daenerys por el desierto, la puso "descolorida y demacrada, con un poco de sombra bajo los ojos para oscurecerlos ligeramente", y creó "un efecto en sus labios para que parecieran cuarteados, sucios y secos". Pero cree que hay que tener cuidado porque "con las mujeres puede quedar muy feo". Hay que hacerlo sin que parezcan ojeras "para que no estén demasiado cansadas y horribles".
"Hicimos que dejara de parecer tan sana pero siguiera siendo guapa. Es uno de mis looks favoritos, un tipo adorable de vulnerabilidad. Es el momento en el que, después de pasar de todo, empieza a comprender su responsabilidad y se endurece. Es cuando empieza a cambiar", opina Lackersteen.
Juego de Tronos no es la única experiencia dura de Lackersteen, ya que ha llevado el maquillaje de El quinto elemento, el episodio I de Star Wars, 28 días después, V de Vendetta, Gladiador, El reino de los cielos y Cold Mountain, todas cintas con mucha sangre y sudor.
SEMEN: UN PROTECTOR ESTOMACAL
Según Lackersteen, hay semen falso en casi todos los planos de Juego de Tronos. Puede que no sea visible, pero está ahí. "Tengo una historia con el semen", admite la maquilladora. Nunca lo había tenido que crear hasta el capítulo 7 de la primera temporada, en la polémica escena del burdel de Meñique.
Mientras Petyr Baelish cuenta la historia de su vida y sus motivaciones, dos prostitutas, una de ellas Ros, ensayan la masturbación anal. Y uno de los guionistas le pidió a Lackersteen que hiciera semen.
"Se les acababa de ocurrir. Tuve que volver corriendo a la furgoneta de maquillaje para coger el desmaquillante más oloroso del mundo —para el color— blanco y el KY Jelly. Lo mezclé y se lo puse en la mano al actor porque yo no quería ponérselo por la zona púbica y el vientre", recuerda.
Lo primero que aprendió es que se aclaraba demasiado. "No parecía lo que tenía que parecer pero al menos era húmedo", admite. Desde entonces ha refinado sus métodos, y todo gracias a los consejos de las actrices porno que actúan como extras en las escenas de desnudos y sexo.
Lackersteen pidió ayuda a Maisie Dee, que interpreta a la pobre prostituta que Joffrey ordena a Ros torturar en el episodio 4 de la segunda temporada. Su propuesta para crear semen creíble fue Gaviscon líquido blanco, un remedio contra la acidez y el ardor de estómago. "Desde entonces, mantengo una bolsita llena. Es lo mejor. Se mantiene siempre ligeramente blanco pero rollo perlado", asegura.
SANGRE: DEPENDE DE SI ES FRESCA O SECA
La sangre falsa fresca es comestible y se puede comprar en casi cualquier tienda, por no hablar de que en Internet pueden encontrarse miles de recetas para fabricarla en casa. Pero nunca es fácil de manejar.
"La sangre basada en sirope se puede comer y no daña a nadie. Suele mantenerse fresca, pero también atrae a las moscas", revela Lackersteen. La sangre seca, en cambio, no debe ingerirse, pero la maquilladora considera que fue mucho más revolucionaria.
"Está plastificada con alcohol. No se puede usar en la boca, pero sí en el resto de la piel. Es genial para ponerla en la ropa, parece sangre que lleva expuesta al aire un tiempo", explica. Es la que ella usa en personajes "que llevan sangrando un rato", como Jon Nieve en la Batalla de los Bastardos.
"Le pusimos varias capas secas y una fresca encima. Aporta más textura, es más interesante no usar un solo color, algo que pasa a menudo cuando ruedas todo un día con el mismo look. A veces había que quitarlo y volver a echarlo todo para que pareciera más realista", asegura.
SUDOR: ACEITE DE BEBÉ Y AGUA
El fluido que define a los dothraki se puede hacer de varias maneras, según Lackersteen. La clásica es la glicerina, que los actores detestan. "Pica un poco sobre la piel, y hasta llega a escocer. La encuentran pegajosa y desagradable, prefieren que les eches un chorrito de agua", explica.
Para el look de hombre cachas sudado, Lackersteen sugiere utilizar aceite para bebés con agua. "Da a los músculos un brillo estupendo con algunas gotas que descienden perfectamente por la piel aceitosa".
Según la maquilladora, las escenas de peleas en el desierto de la serie son complicadas y muchas veces el sudor de los actores es real porque hace mucho calor. "De hecho, normalmente en escenas así me limito a estar ahí con un espray, atenta a lo que quiere el director", revela.
MOCOS: UN LUBRICANTE PARA EL SEXO
No ha tenido muchas oportunidades de crear mocos en Juego de Tronos, pero sí en otros proyectos. Lo que Lackersteen mete en la nariz de los actores es KY Jelly, un lubricante sexual. La clave está en la dosis. En El reino de los cielos puso tanto que a un actor se le cayó en la sopa que tenía que servir. "Ridley Scott se partía de risa", recuerda.
Lackersteen tuvo que adaptarse a la sensible nariz del bebé Natalie Portman en Cold Mountain. "Usé una mezcla de vaselina y un poco de pintura grasa porque tenía que ser algo suave y sin químicos", explica.
Peor lo pasó con la propia actriz, a la que cegó accidentalmente al ponerle demasiadas lágrimas falsas de aceite Olbas, un descongestivo que ayuda a inducir al llanto. "No podía abrir los ojos y le picaban. Me asusté porque agitaba los brazos como loca. Pero se lo tomó muy bien", asegura.