Superheroínas: así han evolucionado las sexualizadas mujeres del cómic
Llega a los cines 'Wonder Woman' y analizamos su excepcional historia.
En plena moda de las mujeres con superpoderes como La Viuda Negra de Los Vengadores, la serie de Jessica Jones, la popular Gamora de los Guardianes de la Galaxia y la película de la Capitana Marvel, llega a los cines españoles Wonder Woman. La película sobre la superheroína más famosa ya ha arrasado en la taquilla de medio mundo y todo apunta a que podría abrir el camino a otras.
Aunque en líneas generales la superheroínas siguen siendo tratadas como inferiores a los hombres en poder y tiempo de aparición, tanto en las viñetas como en la pantalla, están viviendo un gran momento e influyen en las nuevas generaciones. Hacen que las niñas se sienten poderosas y que los niños quieren ser como ellas. ¿Pero fue siempre así? ¿Qué ha aportado el cómic a las mujeres?
ElHuffPost ha hablado con cinco expertos para analizar el papel de la mujer en las viñetas, una industria dominada por hombres y dirigida a ellos, lo que hace difícil introducir posturas abiertamente feministas.
HIPERSEXUALIZADAS Y SUBORDINADAS A LOS HÉROES
"Las mujeres del cómic casi siempre han sido jóvenes estadounidenses blancas de cuerpos curvilíneos y de clase media-alta", asegura José Manuel Annacondia, autor de La construcción del género en el cómic de superhéroes y doctorando en Investigaciones Humanísticas por la Universidad de Oviedo.
Hasta los años 70, las superheroínas sufrieron la gran discriminación que experimentaban las mujeres reales. Aunque algunas vivían sus propias aventuras, la mayoría ejercía de compañera de un héroe y tenía menos poderes que él. El Código de los Cómics, creado en 1954, instauró una censura vigente hasta comienzos del siglo XXI, según la periodista Anabel Vélez.
"Los autores querían recalcar el romance y la belleza, que eran la esencia de ser mujer. La obsesión por mostrarlas con poca ropa o en posiciones sexuales es señal de que las concebían como objetos de deseo", explica José Joaquín Rodríguez, profesor de la Universidad de Washington. Los grandes héroes clásicos lo demuestran: mientras Superman y Batman se tapan hasta los pies, Wonder Woman va en bañador.
"Había mucha 'Chica esto' y 'Chica lo otro'. Pocos superhéroes se llamaban 'Chico algo', pero las mujeres eran infantilizadas", lamenta Vélez, autora del libro Superheroínas. "Eran las 'novias de' que querían casarse con el héroe y servían de cebo para el malo. Si se hacían realmente poderosas, se convertían en una amenaza, como le pasó a Fénix en los X-Men", recuerda.
Excepto Wonder Woman, las heroínas creadas antes de los 70 no han llegado hasta la actualidad, aunque algunas han recibido una reescritura reciente, como Miss Fury o Phantom Lady. Desde esa década hasta nuestros días, las superheroínas han crecido en complejidad y en número, y muchas siguen en activo desde hace décadas, como las mutantes de X-Men, Supergirl o la Mujer Invisible de Los 4 fantásticos.
El verdadero giro llegó en los 80, cuando las historias se volvieron más oscuras y las mujeres más independientes y poderosas. Nacieron heroínas líderes, como Tormenta, que además era negra, o las Aves de presa (Birds of Prey), el primer supergrupo femenino, fundado por Oracle, la identidad que adopta Batgirl tras quedarse en silla de ruedas y convertirse en la primera superheroína discapacitada.
Los 90 trajeron "guiones terribles y cuerpos cada vez más siliconados y con menos ropa que dieron origen al Bad Girl Art, superheroínas casi más malas que buenas que parecían actrices porno", lamenta Vélez. "Se dice que las mujeres no leen cómics; pero, si te ofrecen basura pornográfica, ¿cómo vas a querer?", plantea. La decadencia fue tal que se acuñó la frase 'mujeres en la nevera' para referirse a todas las heroínas que habían sido asesinadas, torturadas o violadas para que el hombre entrara en acción.
LAS SUPERHEROÍNAS DE AHORA: COMPLEJAS PERO AÚN NO IGUALES
Las superheroínas que más están dando de qué hablar son antiguos intereses amorosos de los héroes reconvertidos en heroínas o versiones femeninas de los protagonistas masculinos. Destacan Lobezna, heredera del mutante más famoso; la nueva Iron Man, una joven afroamericana que sustituye al héroe original cuando queda en coma; Spider-Woman, un universo en el que la novia de Spiderman es la que recibe la picadura de la araña y los poderes, y que además es madre soltera; o Agent Carter, creada para el mundo del Capitán América y que ahora tiene serie propias.
"Estamos viviendo un momento dulce. Hay muchas superheroínas con aventuras propias, mujeres que no necesitan a un hombre para ser poderosas ni para hacer bien su trabajo", reconoce Vélez. "Pero aún despierta enfado que conviertan a un héroe en mujer, aunque no pasa nada cuando cambian los actores o los dibujantes. Aún se sigue pensando en la debilidad femenina y en la fortaleza masculina como algo normal y se refuerza con la victimización de la mujer", critica la periodista.
Las mujeres del cómic continúan siendo objeto de una obvia sexualización para Annacondia: "Casi todas siguen unos cánones de belleza restrictivos y los dibujantes continúan contorsionándolas para que adopten poses ilógicas pero sexis, como la infame 'pose de culo y tetas' (Buzzfeed intentó que la adoptaran mujeres reales y, en sus propias palabras, "las cosas se pusieron raras"; esta cuenta de tumblr trata de llamar la atención sobre esa ridícula pose sometiendo a ella a los personajes varones)".
No obstante, Annacondia señala que las heroínas de ahora "poseen fuerza física y muestran la interseccionalidad de sexo, género, raza y clase social, y a veces incluso enfermedad y discapacidad". "Pueden casarse y divorciarse, pueden amar a hombres o a otras mujeres, pueden ser frías y egoístas sin por ello ser malvadas. En resumen, pueden ser tan complejas como las mujeres reales", cree Rodríguez.
"La evolución ya no se basa en hacerlas más fuertes, sino en acentuar su inclusividad", opina Chris Reyns-Chikuma, profesor de la Universidad de Alberta (Canadá). "Y hacen falta más creadoras para romper el techo de cristal en los cómics", añade.
Los expertos no se ponen de acuerdo sobre si la representación de las superheroínas en las películas es positiva o negativa. Reyns-Chikuma considera que "el cine ha acentuado su sexualización, aunque las muestra de forma positiva y diversa". Para Rodríguez, "suelen estar muy bien adaptadas". Por el contrario, Vélez considera que su traslación al cine "flojea bastante".
Elisa McCausland, periodista y autora de Wonder Woman: el feminismo como superpoder, se limita a señalar la que es para ella una de las transiciones "más feministas y estimulantes del cómic al cine": Kick-Ass. Annacondia se centra en la falta de representación de las mujeres en el merchandising.
WONDER WOMAN, UN CASO EXCEPCIONAL
Aunque Wonder Woman no fue la primera superheroína, sí es la que lleva más tiempo en activo, nada menos que 75 años. Fue creada en 1941 por William Moulton Marston, un psicólogo e inventor muy progresista, con la ayuda de su esposa, Elizabeth Holloway, y de la amante de ambos, Olive Byrne.
"Es el único personaje que nació con una intención feminista, con una fuerza mayor que la de los varones y parte de una sociedad matriarcal donde la injusticia creada por los hombres no existe", explica Annacondia. Rodríguez recuerda una historieta de 1943 que especulaba con que llegase a ser presidenta de EEUU, "algo inconcebible para una sociedad en la que el voto femenino era algo reciente".
Pero Reyns-Chikuma, experto en Wonder Woman, recuerda que, aunque fue extraordinaria para su época, no escapó a los clichés: su uniforme deja mucho al descubierto e incluye unos absurdos tacones. Y su artilugio destacado son las cuerdas, que la han asociado irremediablemente al bondage. Además, aunque fue la primera mujer en unirse a la Sociedad de la Justicia, el primer grupo de héroes, lo hizo primero como secretaria, llevando cafés y haciendo el papeleo de los personajes masculinos.
Al morir su creador, "sus historias se convirtieron en una novela de Corín Tellado, con su novio pidiéndole matrimonio y diciéndole que dejara de luchar contra el mal porque era peligroso para una mujer. En los 60 le quitaron los poderes y la convirtieron en dueña de una tienda de moda", lamenta Vélez.
Por fortuna, los tiempos han cambiado. Después de que la editorial DC haya relanzado todo su universo, Wonder Woman estrena película en plena moda del cine de cómics, luchando como una igual junto a los grandes héroes de las viñetas. ¿Triunfará en España como lo ha hecho en el resto del planeta?