Podemos pierde la moción de censura contra Mariano Rajoy
El debate concluye con Podemos y el PSOE tendiéndose las manos y con un duros choques de Iglesias con Rivera y Hernando
Se acabó tras más de 16 horas de debate. El Pleno del Congreso ha rechazado la moción de censura presentada por Podemos contra Mariano Rajoy, con Pablo Iglesias como candidato alternativo a la Presidencia, con 170 votos en contra (PP, Ciudadanos, Foro, UPN y CC), 97 abstenciones (PSOE, NC, PDeCAT y PNV) y 82 a favor (Podemos, Compromís, ERC y Bildu).
El resultado ha sido el previsible, pero nos deja un debate maratoniano de dos días en el que Mariano Rajoy decidió responder personalmente a Pablo Iglesias y a Irene Montero, de Unidos Podemos, para desacreditar las pretensiones moradas de ocupar La Moncloa y lanzar la idea de que sería un "castigo" y "letal" para el país que el líder de Podemos sea algún día presidente.
Estas dos sesiones han mostrado también la imagen de Iglesias intentando encabezar la oposición, ante un PSOE en plena recomposición, y atacando duramente la "corrupción" del Partido Popular. "Usted pasará a la historia como el presidente de la corrupción", le lanzó el morado al jefe del Ejecutivo en la primera jornada. Y abre la puerta a entendimientos entre los socialistas y los morados, que han relajado el tono mantenido en los meses anteriores.
PODEMOS Y EL PSOE SE ACERCAN
La votación ha puesto fin a un rifirrafe parlamentario que ha tenido como grandes protagonistas en la segunda jornada los duelos de Iglesias con Albert Rivera (Ciudadanos) y José Luis Ábalos (PSOE). El socialista ha acusado a Iglesias de desaprovechar hace un año la "oportunidad" de investir de Pedro Sánchez para que hubiera un Gobierno de cambio. Y le ha reprochado que cree ahora "falsas expectativas" con este "acto fallido". "¿No ve que es inviable?", le ha preguntado, lamentando que al final salga una foto de una bancada popular aplaudiendo a Rajoy. En tono serio, le ha lanzado: "Vamos a fortalecer a quien queríamos censurar".
Una moción contra Rajoy, pero que materializa también la lucha descarnada que se vive en la izquierda entre los socialistas y Podemos. Iglesias ha ofrecido a los socialistas llegar a acuerdos, sin tener en cuenta a Ciudadanos. La victoria en las primarias de Pedro Sánchez (que no ha acudido al Congreso) abre una pugna por los votantes al representar el madrileño el flanco más izquierdista de su partido. "Somos la izquierda, somos el nuevo PSOE", ha ahondado Ábalos en su intervención, en la que ha dejado esta frase además: "A veces abstenerse tampoco es tan grave".
Tanto Iglesias como Ábalos han mantenido un tono correcto, mucho mejor que el mantenido en los meses anteriores. El líder morado ha llegado a agradecer el papel del nuevo portavoz en contraste con el anterior, Antonio Hernando.
Iglesias le ha manifestado que está "dispuesto a construir cambios con ustedes en este país". Mano tendida. El socialista ha recogido el guante: "Estamos dispuestos a construir una mayoría alternativa para desmontar las políticas injustas del PP y pedir las reformas justas que reclama la sociedad". Pero nada concreto. Por ahora, el PSOE ha avanzado su objetivo de llevar al Congreso la reprobación de Cristóbal Montoro. En el PP escuchaban con atención este cortejo, ya que algunos piensan que en el próximo periodo de sesiones podría haber otra con Pedro Sánchez como protagonista. Iglesias hoy se ha olvidado de la "cal viva" y ha mostrado incluso su "respeto" hacia los socialistas.
LA BATALLA ENTRE IGLESIAS Y RIVERA
Lo que ha quedado (todavía más claro) este miércoles es el menosprecio que se profesan Rivera e Iglesias. Aquellos maravillosos años de los jóvenes políticos ya son una pelea en el barro. No lo disimulan, sus roces llegan casi al insulto. "Lecciones de trabajar, poquitas", le soltaba Iglesias, mientras que el naranja le afeaba que le preocupaba menos "su ideología que su incompetencia".
Las balas de Rivera contra Iglesias: "No trabaja", "responsable de que Rajoy sea presidente", "vuelva a la realidad, salga del autobús", "póngase a trabajar en vez de presentar mociones", "usted es demoliciones Iglesias". Y las lanzas del morado: "no es facha, es cínico", "bastón del PP", "los señores del PP se ríen de ustedes", "lecciones de trabajar, poquitas", "cita autores que no ha leído".
Tensión máxima, salpicada hasta de acusaciones por pronunciar mal Albert Camus o Jordi Solé i Tura.
La gresca también se esperaba con la intervención final del portavoz del PP, Rafael Hernando, que le ha acusado de hacer un "nuevo numerito de circo podemita". Fiel a su estilo guerrillero, el popular ha cargado contra el "pensamiento único" y ha sacado sus argumento antimorados (y que hacen las delicias de los populares), incluido Irán. "Los madrileños prefirieron ir a Las Ventas, 24.000, que a Sol, 3.000", has soltado para provocar. "Acepte su fracaso, usted nunca será presidente del Gobierno", ha apostillado. "Lecciones de ética y honradez, usted nada", ha apretado, llegando a decir que hay cargos de Podemos acusados de pederastia, agresión y de no pagar la Seguridad Social.
Pero el debate se ha agriado cuando Hernando ha soltado: "No diré que ha estado mejor Montero que usted, porque si no, no sé qué voy a provocar en esa relación". De esta manera, ha aludido a la relación personal que mantienen los dos miembros de Podemos. Esto ha provocado malestar y gritos en la bancada morada. Hernando ha pedido disculpas posteriormente. El líder morado le ha despachado con esta frase: "España es un gran país. Pero sin ustedes, lo sería todavía mejor".
Dos días, más de 16 horas de debate, una moción fallida, un duro PP y las manos tendidas de PSOE y Unidos Podemos (no sabemos si llegarán a estrecharlas algún día). Esta es la historia de la tercera moción de censura de la historia democrática.