El Banco Santander compra el Popular por un euro
Para garantizar la seguridad de los depositantes del Popular, según el FROB y el propio Santander.
El Banco Santander ha comprado el 100% del Banco Popular por un euro, una vez que el BCE constatara la inviabilidad de la entidad de manera independiente y "en aras de garantizar la seguridad de los depositantes del Popular".
Así lo han informado hoy en dos comunicados el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) y el propio Santander, que añaden que se produce tras un proceso competitivo organizado "en el marco de un esquema de resolución" adoptado por la Junta Única de Resolución europea y ejecutado por el FROB.
En concreto, la adquisición del Popular, cuyas acciones cerraron el martes a un precio de 0,317 euros, con un descenso del 6,2%, se produce tras la subasta llevada a cabo por el Fondo Único de Resolución (FUR) y el FROB en la que Santander fue seleccionada como entidad adjudicataria y paga un euro de valor simbólico. Como resultado, la resolución de Banco Popular se efectuará sin ayudas públicas.
Con esta decisión se garantiza "la seguridad de los depositantes del Banco Popular y la ausencia de impacto para las finanzas públicas", añade la nota.
El ministro de Economía, Luis de Guindos, ha afirmado que la compra es "una buena salida para la entidad" y que se lleva a cabo "sin la utilización de recursos públicos".
Como parte de la operación, el Santander va a realizar una ampliación de capital de unos 7.000 millones de euros "que cubrirá el capital y las provisiones requeridas para reforzar el balance". El Banco Popular de España había sido considerado en estado "de quiebra o de quiebra probable".
"Damos la bienvenida a los clientes de Banco Popular, que pasan a formar parte del Grupo Santander. Vamos a trabajar duro para ofrecerles el mejor servicio. El banco resultante fortalece la diversificación geográfica del grupo en un momento de mejora tanto en España como en Portugal, lo que nos permitirá cumplir con todos nuestros compromisos", ha subrayado la presidenta del Santander, Ana Botín.
EL POPULAR HABÍA PERDIDO MÁS DEL 50% DE SU VALOR EN BOLSA
En España, la entidad resultante, que operará con la marca Santander, se convertirá en el banco líder en créditos y depósitos, con 17 millones de clientes. Tendrá una cuota de mercado en crédito del 20% y una cuota del 25% en pymes, un segmento clave para el crecimiento de la economía española.
Está previsto que la operación genere un retorno sobre la inversión del 13%-14% en 2020 y un aumento del beneficio por acción en 2019. La entidad resultante aumentará su rentabilidad y generará sinergias de costes cercanas a los 500 millones de euros anuales a partir de 2020.
La compra se produce después de que la entidad, cuyas cuentas están muy lastradas por los activos inmobiliarios, perdiera en Bolsa más del 50% de su valor en los últimos días y "sufriera un deterioro significativo en su posición de liquidez", según explica el BCE.
CAEN LA BOLSA Y LAS ACCIONES DEL SANTANDER
La Bolsa española ha comenzado la sesión con pérdidas del 0,47% y su principal indicador, el IBEX 35, un 0,30%. Las acciones del Banco Santander han caído un 2%, hasta los 5,6 euros, a la apertura del mercado tras anunciar la compra.
Como parte de la ejecución del mencionado dispositivo de resolución, explica la nota, se han amortizado íntegramente las acciones del Banco Popular que había en circulación al cierre del martes, así como las acciones resultantes de la conversión de los instrumentos de capital regulatorio que ha emitido.
También se ha producido la conversión de la totalidad de los instrumentos de capital regulatorio Tier 2 emitidos por el Popular en acciones de nueva emisión del propio banco, todas ellas adquiridas por el Santander por el precio de un euro.
Las actuales acciones del Banco Santander tendrán derecho de suscripción preferente en el aumento de capital, explica la entidad, que añade que ya cuenta "con compromisos para el aseguramiento por el total del referido importe".
El grupo espera reducir los activos inmobiliarios de Banco Popular "significativamente", como ha hecho en Banco Santander en los últimos años. Tras estas operaciones, se espera que el impacto en el capital CET1 del Grupo Banco Santander sea "neutral".
EL DECLIVE DEL POPULAR COMENZÓ EN MAYO DE 2016
El Popular comenzó su declive el 26 de mayo de 2016, cuando anunció por sorpresa una ampliación de capital de 2.500 millones con la que preveía mejorar su solvencia y rentabilidad y fortalecer su balance. La operación iba acompañada de un plan estratégico con el que quería liberarse, antes de 2018, de 15.000 millones de euros en activos improductivos, su gran talón de aquiles.
Pese a que la gran mayoría de accionistas acudió a la operación, registraron fuertes pérdidas, ya que los títulos de la entidad cerraron 2016 con una depreciación bursátil de casi el 66%. Una importante reducción de su valor que continuó a principios de 2017, arrastrada por las dudas que generaba su futuro.
Un futuro que el banco afrontaba con la separación de la gestión de su actividad principal y del negocio inmobiliario, además de con un plan de reestructuración con el que redujo la plantilla en más de 2.000 empleados y cerró unas 300 oficinas.
El esfuerzo resultó inútil, ya que el mercado y, sobre todo, el asedio de los bajistas, siguió penalizando en bolsa a la entidad, que anunció unas pérdidas récord de más de 3.600 millones de euros en 2016, consecuencia del incremento de provisiones.
La falta de confianza del mercado y de una parte del consejo en la dirección provocó la salida del presidente Ángel Ron tras 12 años en el cargo, que fue sustituido por Emilio Saracho. E marzo salió el consejero delegado Pedro Larena, cuyo puesto fue ocupado por Ignacio Sánchez-Asiaín Sanz en abril.
El 5 de mayo, el Popular anunció que en el primer trimestre de 2017 había perdido 137 millones, tras dotar 496 millones a provisiones por el negocio inmobiliario.