El juez condena a Lucas Hernández y su expareja a 31 días de trabajos comunitarios
El Juzgado Penal 35 ha condenado al jugador del Atlético de Madrid Lucas Hernández y a su expareja, Amelia De la Ossa Lorente, a la pena de 31 días de trabajos en beneficio a la comunidad para cada uno, después de la pelea que protagonizaron en plena calle en la madrugada del 2 de febrero pasado.
Los dos han sido condenados por malos tratos pero según conceptos distintos: Hernández ha sido castigado en virtud del delito de violencia de genero contemplado en el artículo 153.1 del Código Penal y su excompañera, por el de violencia en el ámbito familiar, reflejado en 153.2.
El juez Borja Vargues mantiene además la orden de alejamiento para ambos, que será cautelar hasta que la sentencia sea firme, y añade una condena adicional para la joven por los daños que provocó en el coche del futbolista. En concreto, la ordena a pagar una multa de 180.000 euros por golpear el vehículo.
ATAQUE MUTUO
La sentencia considera acreditado que ambos acusados se agredieron mutuamente, una conclusión a la que ha llegado el juez tras valorar que los dos tenían parte de lesiones y que las versiones de los dos se corresponden con las lesiones observadas tras la trifulca.
La resolución del juez relata que ambas partes han renunciado a la responsabilidad civil, por lo que De la Ossa no tendrá que hacer frente a los daños infringidos al turismo -más allá de la mencionada multa- y ninguno tendrá que hacerse cargo del coste derivado de los coste de lesiones, que en ninguno de los casos tardaron más de cuatro días en sanar, tal y como han informado los médicos que los trataron.
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MÁS SUAVE QUE LA FISCALÍA
La Fiscalía había pedido siete meses de prisión para el futbolista rojiblanco por maltrato a su pareja y otros seis para ella por violencia en el ámbito familiar y daños, además de la prohibición de que ambos se acercaran al otro a menos de 500 metros.
Según las diligencias instruidas por el Juzgado número 7 de Majadahonda, la agresión tuvo lugar sobre las 2.30 horas del pasado 2 de febrero, cuando el jugador llegaba a su casa de Las Rozas (Madrid) en coche. Una vez que se encontraba en la puerta de la vivienda, se topó con su pareja, que le esperaba en el exterior, y comenzó la riña.
El pasado 21 de febrero se celebró ya un juicio rápido sobre el caso. En su declaración, el jugador aseguró que en la discusión con su pareja se limitó a apartarla cogiéndola por la cintura para evitar que rayara el coche. De la Ossa, por su parte, añadió que el futbolista la agarró por el cuello, le tapó la boca para evitar que gritara y la golpeó contra el vehículo.
CRONOLOGÍA
El futbolista detalló que la noche de la pelea discutió con su novia, que se fue a casa de un amigo para evitar que la pelea continuara, que luego recibió numerosos mensajes de WhatsApp en los que ella le insultaba. "Puto cobarde maricón", "estoy hasta los cojones de ti" o "alquílame un piso y me voy" fueron algunas de las notas que ella le mandó, según indicó El Confidencial. El rojiblanco dijo que, en 20 minutos, recibió más de 20 llamadas, lo que motivó que regresara finalmente a su casa. Cuando llegó a la puerta, encontró a su novia "fuera de sí, muy nerviosa", afirmó el jugador, quien añadió que de lo alterada que estaba "ni siquiera la reconocía". Cuando paró, continúo Hernández, ella le exigió el móvil y empezó a golpearle a él y luego al coche, lo que motivó que el futbolista saliera para detenerla. “Quizás en ese momento pude lastimarla, porque se quejó de las costillas, pero no era mi intención”, explicó el acusado.
La mujer, por su parte, coincidió en que había tenido una discusión con él y que ella le dijo que se fuera de casa, que después de que el joven se marchara siguieron comunicándose por mensajes. Admitió que ella le pidió que volviera y que, cuando regresó, se subió al coche. En este punto, sin embargo, la versión de De la Ossa difiere de la de Hernández. Según declaró la mujer entre lloros puntuales, él le pegó un golpe con el brazo y le quitó su móvil y el tabaco, luego la sacó del coche y la empezó a golpear contra el vehículo y el muro. De seguido, le tapó la boca con la mano y le pidió que no gritara. La novia del futbolista añadió durante su declaración que, en ese momento, consiguió huir y entrar en casa, pidió el móvil a la empleada y llamó a la Policía Local. “Estaba tan nerviosa que no acertaba ni a desbloquearlo para llamar a la Policía”, afirmó.
Según declararon los policías locales que intervinieron inicialmente y los agentes de la Guardia Civil que posteriormente detuvieron a la pareja, la chica no tenía lesiones externas de ningún tipo, aunque se quejaba de dolores en las costillas y en el costado. El jugador del Atlético de Madrid, por su parte, contaba con arañazos en la cara y en el cuello, relataron los miembros de las fuerzas de seguridad durante la vista.