La segunda parte del plan de Rajoy
Paso a paso. El pasado domingo Mariano Rajoy dejó finiquitada la estructura nacional del partido y marcó el rumbo en el 18 congreso del PP a los más de 3.000 compromisarios que forman la élite conservadora del país. Ahora toca completar el plan a través de la renovación de las direcciones territoriales y afinar toda la orquesta para lo que pueda pasar a partir de mayo.
La estrategia de Génova tiene como reto inmediato la celebración de los congresos regionales, que se condensarán en apenas tres semanas (del 17 de marzo al 2 de abril). Será la hora de clarificar los liderazgos autonómicos y poner a trabajar la maquinaria regional del PP para las elecciones autonómicas y municipales de 2019.
A pesar de ser un cónclave nacional, en los pasillos del congreso el pasado fin de semana también se observaban movimientos internos de carácter regional. Había que aprovechar la visita a Madrid para jugar las mejores cartas y muchos compromisarios querían saludar y hablar con los dirigentes más influyentes. Uno de los más solicitados fue el nuevo coordinador general, Fernando Martínez-Maillo. Pero también muchos se acercaron a Juan Carlos Vera, que tiene el puesto de coordinador y es uno de los hombres con más poder en la sombra.
GÉNOVA CONCENTRA EN TRES SEMANAS LOS CAMBIOS
Génova quiere que estos congresos regionales sean lo más pacíficos posibles y que no afloren cruentas guerras cainitas. Y es que hay federaciones que quedaron muy tocadas tras el bajón electoral de las autonómicas y locales de 2015 y la pérdida del poder en favor de pactos entre el PSOE y las confluencias. Esto supuso además la pérdida de miles de puestos de trabajo para populares, ya que las administraciones locales son la mayor bolsa de trabajo para políticos en España.
Durante los últimos meses hubo presión desde diferentes autonomías a Génova para tratar de acelerar los congresos, pero Rajoy quería primero hacer el nacional. Este se retrasó debido al convulso panorama electoral -comicios generales el 20 de diciembre y el 26 de junio-. En cambio, ahora mete el acelerador para tener listas las direcciones regionales. ¿Por qué?
A nadie se le escapa que a partir del 3 de mayo Rajoy ya podría oficialmente disolver las Cortes Generales y convocar nuevas elecciones. El presidente siempre dice que quiere agotar la legislatura y que aspira a la estabilidad, pero también extiende esa responsabilidad a toda la oposición.
LAS ESTRUCTURAS TERRITORIALES, EN ALERTA ELECTORAL
La prueba de fuego serán los presupuestos generales del Estado. El Gobierno ha iniciado los contactos pero no ve claro que pueda sacarlos adelante. Su socio prioritario sería el PSOE, pero Ferraz ha repetido hasta la saciedad que no va a apoyar las cuentas que lleve Cristóbal Montoro. Además, esta tramitación se mezcla con el proceso interno de elección de líder del PSOE y en el partido creen que el futuro líder socialista quedaría tocado si empieza apoyando los presupuestos del PP. La otra vía pasaría por contar con Ciudadanos, PNV y Coalición Canaria.
La sensación de dificultad para sacar los presupuestos es compartida por todo el PP. De hecho, según fuentes populares, barones del PP están trasladando a sus líderes provinciales que deben estar en alerta y tener en la cabeza de posibilidad de organizar rápidamente una campaña electoral si fracasan los presupuestos. Este tema ha estado presente en conversaciones y cenas durante los tres días del congreso.
Los populares se sienten fuertes si tienen que ir a otros comicios generales y esperan tener mejores resultados en las elecciones locales de 2019. La propia secretaria general, María Dolores de Cospedal, insufló ánimos a los suyos durante el congreso y dijo en su discurso de clausura que el PP debe aspirar a ser “invencible”. Otra de las ideas que trasladó fue que el Partido Popular tiene como objetivo recuperar a los votantes que se fueron a otros partidos o a la abstención. Y fue más allá reclamando todo el sufragio del “centro derecha español”. Es decir, hay que seducir a aquellos que optaron por Ciudadanos.
Los primeros cónclaves regionales serán del 17 al 19 de marzo: Madrid, Andalucía, País Vasco, Murcia, Canarias, Asturias, Canarias y Castilla-La Mancha. Ese fin de semana tendrá mucho interés el madrileño pues supondrá, con toda probabilidad, el ascenso de Cristina Cifuentes a la presidencia del PP madrileño. El partido ha estado dirigido por una gestora durante este años tras la dimisión de Esperanza Aguirre. La actual presidenta de la Comunidad se hará oficialmente con las riendas y supondrá el entierro del aguirrismo. Rajoy vuelve a ganar.
También tendrá mucha importancia el congreso andaluz, en el que volverá a ser elegido líder Juanma Moreno. Aquí se juegan varias partidas. Por un lado, se afianzará un líder alineado con Soraya Sáenz de Santamaría de cara a la carrera sucesoria frente a Cospedal. Pero, sobre todo, los populares pensarán en política autonómica ante la marejada que se puede montar en el escenario andaluz si la presidenta de la Junta, Susana Díaz, decide presentarse a las primarias del PSOE y despeja la duda de si se queda en Sevilla o nombra a un sucesor en el Palacio de San Telmo. Los partidos andaluces ni siquiera descartan un adelanto electoral.
Ese mismo fin de semana Cuenca será otro epicentro del PP. Castilla-La Mancha celebrará su congreso y vuelve a estar sobre la mesa el delicado asunto de la acumulación de cargos de María Dolores de Cospedal (ministra de Defensa, secretaria general del PP, presidenta del PP regional y diputada en el Congreso). Este malestar fue evidente en el propio cónclave nacional, donde logró salvar por apenas 25 votos la enmienda que censuraba que tuviera tantos despachos oficiales. La dirigente no ha confirmado oficialmente su candidatura para seguir como líder regional y en el partido también se maneja que se repita la fórmula nacional de nombrar a un coordinador general para el día a día.
Del 24 al 26 de marzo será el turno de Cataluña, Baleares, Extremadura, Cantabria, Aragón y Navarra. En esta tanda veremos el ascenso oficial de Xavier García Albiol en Barcelona. En cambio, se esperan más luchas en las islas (por el posible enfrentamiento entre José Ramón Bauzá y Biel Company) y en el frente cántabro (se espera una guerra entre Ignacio Diego y María José Sáenz de Buruaga). Todo este ciclo se completará en el fin de semana entre el 31 de marzo y 2 de abril, con los cónclaves de Castilla y León Comunidad Valenciana y La Rioja.
El PP estará listo desde ese momento para lo que venga.