Estas antiguas cunitas de bebé ayudan a reducir la mortalidad infantil
Los expertos en sueño afirman que en un cesto de fibras de hace siglos puede estar la respuesta para salvar a decenas de niños neozelandeses al año.
Las últimas investigaciones demuestran que el wahakura ―una versión moderna de las cestas de fibras tradicionales usadas por el pueblo indígena maorí de Nueva Zelanda en el siglo XVII― podría contribuir a reducir la prevalencia de muertes inesperadas de bebés en la población actual maorí.
Summer Wharekawa observa a su hijo, Tiaoho Wharekawa-Campbell, en su 'wahakura'. | Fotografía de PAPA NAHI
"Las tasas de síndrome de muerte súbita infantil son desproporcionadamente elevadas entre la población indígena", explica a la edición estadounidense del HuffPost Sally Baddock, principal autora del estudio y profesora asociada en la Escuela de asistencia al parto de la Otago Polytechnic (Nueva Zelanda), de la que también es codirectora.
Las estimaciones sugieren que cada año ocurren en Nueva Zelanda entre 50 y 85 muertes por el síndrome de muerte súbita infantil. Además, el 62% de estas muertes se producen en comunidades maoríes, pese a que la población maorí sólo supone el 15% de la población del país.
Los expertos sospechan que esta disparidad se debe a las diferencias culturales, como la tendencia de las madres maoríes a dormir con el bebé (conocida como colecho) y a fumar durante el embarazo. Se sabe que ambos factores incrementan la probabilidad de muerte súbita infantil.
En 2006, un grupo de tejedores locales desarrolló el primer wakahura moderno como una alternativa al colecho más segura, que no deja de respetar los valores culturales de las madres maoríes. Varios grupos de salud locales, como la organización Whakawhetū, han distribuido estos tipos de moisés entre las madres maoríes de Nueva Zelanda desde 2008 en un esfuerzo por disminuir la cifra de muertes infantiles.
La organización Whakawhetū lleva desde 2008 distribuyendo estos cestos entre las madres maoríes de Nueva Zelanda. | Fotografía cedida por Whakawhetū
El wahakura está tejido con unas plantas de lino autóctonas de Nueva Zelanda, lo cual hace las cunas suaves y flexibles, de modo que las madres maoríes pueden colocar los cestos directamente en su propia cama, explica Baddock.
"El wakahura ofrece una alternativa positiva al colecho que sigue permitiendo el contacto cercano entre la madre y el bebé y proporciona un espacio separado para que duerma el bebé", cuenta.
La nueva investigación de Baddock y sus compañeros es el primer estudio revisado para cuantificar los riesgos y beneficios del wakahura y mostrar que es tan seguro como otros canastos.
El 'wakahura' es seguro y las madres lo usan
En el estudio participaron casi 200 maoríes madres de recién nacidos: 96 de ellas utilizaron un cesto tradicional para su bebé y 101 usaron wakahuras. Las madres fueron entrevistadas cuando sus bebés tenían uno, tres y seis meses y se les preguntó por la calidad de su propio sueño y por cómo se sentían al usar los moisés.
Ningún bebé murió durante el tiempo en que se realizó el estudio y los datos (con cámaras y entrevistas) demostraron que no había diferencias considerables entre los usuarios de wakahura y del moisés normal. Estos métodos evitan los riesgos de muerte súbita que implican ciertos comportamientos, como cuando los bebés duermen en la cama de su madre o no duermen boca arriba o se les arropa con sábanas sueltas.
La calidad del sueño de las madres también fue similar independientemente de si usaron un wakahura o un moisés. La diferencia se notó en la lactancia: las madres que usan wakahura tienen el doble de posibilidades de seguir amamantando a su bebé después de los seis meses, en comparación con las madres que utilizan moisés. Ya se ha demostrado que el amamantamiento reduce la probabilidad de sufrir síndrome de muerte súbita infantil.
El estudio no especifica por qué las madres que usaban wakahuras daban de mamar a sus hijos durante más tiempo que las otras madres, pero los investigadores sugieren que puede deberse a que el wakahura se puede utilizar en la cama de la propia madre, lo que permite estar más cerca del bebé por la noche (y lo que hace más cómoda la lactancia).
La conclusión, según Baddock, es que las madres que usan el wakahura (y los profesionales de salud que lo recomiendan) pueden confiar totalmente en la seguridad de estos cestos. Y que los moisés de fibras, en general, pueden ser útiles para reducir la tasa de muerte súbita infantil, corrobora la autora.
Este artículo fue publicado originalmente en la edición estadounidense de 'The Huffington Post' y ha sido traducido del inglés por Marina Velasco Serrano
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