CEAR denuncia que la falta de vías legales alimenta el tráfico de personas
La Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) ha lanzado una campaña en la que denuncia las políticas europeas de cierre y externalización de fronteras, que están condenando a millones de personas desesperadas a poner sus vidas en manos de traficantes para poder huir de la persecución, la violencia y la extrema pobreza, ante la absoluta falta de vías legales que les permitan solicitar asilo de forma segura.
La organización pone como ejemplo de estas desastrosas políticas la reciente medida adoptada por los líderes europeos en la Cumbre de Malta de destinar millones de euros a Libia con el objetivo de sellar la ruta del Mediterráneo Central, sin importar que miles de personas queden atrapadas en un país que vulnera sistemáticamente sus derechos humanos y donde sus vidas siguen corriendo peligro. “Se les condena sin importar que sean confinadas en cárceles o que mueran congeladas a las puertas o, incluso, en plena Europa”, denuncia Estrella Galán, secretaria general de CEAR.
Sin vías legales, dinero a raudales, así se titula el vídeo, que muestra de forma irónica cómo una gran empresa ficticia hace el gran negocio a costa de las políticas de Europa y el sufrimiento de miles de personas. Se estima que cada persona refugiada y migrante puede pagar unos 3.000 euros de media por esta odisea, cifra que va en aumento cada vez que se ponen nuevos obstáculos para que puedan ejercer sus derechos, en vez de soluciones reales. Alrededor del 90% del millón de personas que llegaron a Europa en 2015 se vieron obligadas a recurrir a vías informales, según datos de Europol.
“Cada vez que Europa negocia con terceros países para cerrar una ruta está condenando a miles de personas a buscar otras más peligrosas y mortales. Actualmente Europa casi no está concediendo visados. Por cada uno que deniegan, las redes de tráfico ganan un nuevo cliente”, señala Galán, al tiempo que recuerda que en 2016 se batió de nuevo el récord de muertes en el Mediterráneo, pese a que hubo tres veces menos llegadas que el año anterior.
ACOGIDA RIDÍCULA
Mientras tanto, los países de la UE son incapaces de cumplir con sus exiguos compromisos de reubicación y reasentamiento de 182.504 personas refugiadas. Hasta la fecha solo han logrado trasladar a 25.825 (14%). Por su parte, España solo ha cumplido con 1.034 de las más de 17.000 personas a las que se comprometió (6%). A este ritmo el conjunto de la UE tardaría más de siete años en cumplir con su palabra, más de 19 años en el caso de España. Sin embargo, todos los países europeos se dieron de plazo hasta septiembre de 2017, lo que se traduciría en la obligación española de trasladar a 2.000 personas de media al mes, en los próximos ocho meses.
Asimismo, CEAR recuerda que de los principales países de acogida ninguno es europeo. El 86% de las personas refugiadas está en países vecinos a zonas en conflicto como Líbano, Jordania, Turquía, Pakistán... Solo a Uganda llegaron el año pasado más de 489.000 personas que huían de Sudán del Sur, un 25% más de los que cruzaron el Mediterráneo en 2016.
EL NEGOCIO DE LA TRAGEDIA
En el vídeo de CEAR, realizado por Device, el protagonista se enciende un puro con el libro en llamas de la Convención de Ginebra de 1951, para simbolizar la actual crisis de valores y de derechos de Europa. “Lo peor es que realidad no se aleja tanto de esta ficción, como hemos visto de nuevo en las negociaciones de Europa con Libia, pese a que este país no respete los derechos humanos”.
El mensaje del vídeo es demoledor: el "mar de oportunidades" que se abre ante las mafias porque el flujo de desesperados se acrecienta y siempre están dispuestos "a pagar lo que sea" por llegar a Europa. "Un negocio seguro", ratifica el repulsivo personaje que lo protagoniza, llamado Mr. Hope (Señor Esperanza), dueño de Golden Sea (Mar Dorado). A quien tenga dudas de que el chollo puede acabarse, le dice: "Amigo, Europa te garantiza que va para largo".
Llama la atención sobre el auge de partidos xenófobos y la criminalización que están sufriendo en algunos países de acogida: “Lamentablemente, Trump no está solo en su cruzada contra el derecho de asilo y su muro nos recuerda mucho a los que se construyen a lo largo y ancho de Europa, como los de Ceuta y Melilla”, recuerda Estrella Galán.
Desde CEAR recuerdan que “la vida de las personas no debería ser un negocio” y exigen urgentemente a los líderes europeos vías legales y seguras que permitan: solicitar asilo en embajadas y consulados; establecer programas de reasentamiento permanente desde terceros países; conceder visados humanitarios; facilitar y agilizar la reagrupación familiar; eliminar los obstáculos mortales en las fronteras que impiden el acceso a la protección internacional.