Rigoberta Menchú: "¡Trump, Trump, Trump... saquémosle!"
“Esas fobias suyas deben venir de una niñez de maltrato infantil o de decepciones sentimentales sufridas muy de joven”, dice Rigoberta Menchú (Upatán, Guatemala, 1959) alargando la o de “joooooooven” para resaltar el tono irónico de su interpretación.
Habla, ¿cómo no?, de Donald Trump, el novel presidente de Estados Unidos y acicate de los migrantes decidido a construir un muro con México, país de tránsito para los centroamericanos que persiguen el sueño americano. El jueves 16 de febrero pasado se celebró de manera espontánea el Día sin Inmigrantes en Estados Unidos. Al grito de "latinos unidos jamás serán vencidos", muchos de ellos abandonaron sus puestos de trabajo y se negaron a comprar o a tomar el transporte público en la capital estadounidense para demostrar su importancia en el país. La jornada se inspira en la película Un día sin mexicanos, de Sergio Arau, que narra una hipotética desaparición de todos los mexicanos de California, y su efecto sobre el resto de los californianos.
"INMIGRANTS MAKE AMERICA GREAT"
Los inmigrantes forman en torno al 14% (45 millones de personas) de la población de Estados Unidos. De ellos, la mitad provienen de países latinoamericanos. Casi dos millones de guatemaltecos viven en el vecino país del norte, el 60% sin papeles, en datos del Migration Policy Institute. Por el puesto fronterizo de Tecún-Umán, entre Guatemala y México, cruza cada año una cifra desconocida de personas en dirección al país de las oportunidades, pero siempre superior a los 56.142 deportados a Guatemala desde el lado mexicano en 2016.
Rigoberta es la más colorida de los premiados asistentes a la XVI Cumbre Mundial de Premios Nobel de la Paz (Bogotá, Colombia, del 2 al 5 de febrero pasados). Termina su ya conocido atuendo maya quiché en un elegante zapato de tacón marrón y toma café Juan Valdez en vasitos de cartón, que su asistente, vestida en sintonía, posa uno tras otro sobre la mesa donde la premio Nobel de La Paz 1992 mantiene esta entrevista con El Huffington Post.
La pregunta es Trump…
¡Trump, Trump, Trump… saquémosle! No permitamos que haya un líder de la esclavitud contemporánea.
Los centroamericanos en general y sus compatriotas guatemaltecos en particular son los que más maldecirán este muro después de los mexicanos.
Trump busca revivir conflictos para vender más armas y generar más guerras. Por eso es delicado. No creo que haya que hacerle demasiado caso. Somos muchos los defensores de los derechos humanos, las fortalezas de los centroamericanos son importantes, contamos empresarios muy exitosos. No necesitamos un magnate que tenga que venir a hacerlo todo por nosotros. Creo que esta es la manera de reafirmar nuestras identidades iberoamericanas, la manera de unificar nuestros esfuerzos en el continente.
El señor Trump está psicológicamente dañado. Pero por fortuna en Estados Unidos mucha gente tiene conciencia de los réditos de la inclusión frente a la discriminación, la xenofobia, los odios, la homofobia, símbolos de su bandera.
Ojalá que los magnates del continente se sientan también ofendidos porque está tratando a los mexicanos como si fueran trapeadores de su casa. Y si los mexicanos se dejan, nosotros todos, los pueblos indígenas, los pueblos más marginados, la gente pobre, las personas que pasan hambre, vamos a tener más problemas. Esta es una llamada a todas las fuerzas que creen en la humanidad: unamos esfuerzos. Van a salir cantantes, artistas, personalidades y empresarios apoyando a los migrantes. Ya hemos oído algunas voces de empresarios estadounidenses que también reprueban las políticas de Trump.
También creo que él quiere endiosarse y la controversia es su escalera. No le hagamos un héroe a Trump. Hemos visto varios héroes norteamericanos en cine, busquemos el equilibrio.
Los líderes tienen que acudir a sus pueblos. Y esto es una cadena, aunque vayan a verse reprimidos comercial y políticamente por Estados Unidos. También hay quien pide a la ciudadanía que no compre productos norteamericanos, pero hay que tener ojo porque hay productos que son norteamericanos pero que no se hicieron en Estados Unidos. El mundo es global.
El lenguaje de Rigoberta es exquisito. Aprendió el castellano ya de joven, junto con otras lenguas indígenas, para contar con un canal de comunicación común a todos los pueblos de Guatemala, con los que trabajó por los derechos de las tribus originarias, contra la guerrilla, la corrupción y el Gobierno... Conoció la pobreza, la represión y la discriminación racial, por ser indígena y descendiente maya. Presenció la lucha de sus padres ante dichas injusticias y desde entonces tomó partido para hacer valer sus derechos y los de las comunidades indígenas. Y el antropólogo David Stoll cuestionó la veracidad de fechas y lugares mencionados en su biografía Me llamo Rigoberta Menchú y así me nació la conciencia (Seis Barral, 1997).
Nos dijeron que el Tratado de Libre Comercio era el camino y ahora él quiere cerrar las fronteras al comercio. Trump está al revés.
¿Eso significa que va a durar poco en el poder?
No se olviden de que en las décadas pasadas las consignas de la Guerra Fría era Green go home [gringo jom] y el gringo para los pueblos indígenas era el gringo rubio, no era el gringo de otro color. Él reivindica su blancura y molesta a mucha gente, solo que la sociedad se toma su tiempo para reaccionar. En los próximos años se verán muchas reacciones, multisectoriales, plurales… Estaremos también en eso, en sacarlo.
¿Los próximos años? ¿Tanto tiempo?
Las voces de los líderes de Derechos Humanos, de los dirigentes sociales, de los intelectuales tienen que empezar a escucharse ya a mayor volumen. Trump ya ha tenido mucho tiempo para insultar. Nos hemos liberado de las referencias de la esclavitud más profunda, no permitamos que haya un líder de la esclavitud contemporánea.
ESCLAVOS DEL SIGLO XXI
"La esclavitud contemporánea, que engulle fundamentalmente al migrante".
Totalmente. El migrante latinoamericano sufre de manera brutal, porque abaratar la comida para los gringos en Estados Unidos significa no pagarle bien a los trabajadores. El día que no quieran a los migrantes ya me gustaría a mí ver qué pasa con el salario de los gringos que viven allí. Siento que hay lógicas… Hablemos de la economía, ellos son capitalistas, ellos son comerciantes… Tampoco sus medidas son provechosas para el país. Ojalá que los economistas norteamericanos sean los primeros en decirle no.
Ritual maya por el 37 aniversario de la quema de la Embajada de España en Ciudad de Guatemala.
LAS MUJERES
Parece que en estos conflictos las primeras que dicen no son las mujeres, ¿cómo es ese reparto de responsabilidades y méritos entre géneros en los procesos de paz?
En primer lugar es un gran honor que la de las mujeres sea una voz fuerte que rompe el silencio, que denuncia aquellas fiestas por la paz que no tienen una política pública. He dicho algo en esta cumbre: la paz en Colombia será exitosa si se convierte en una agenda de Estado, si se traslada a una política pública… Otros no lo han dicho con esa contundencia.
Está claro que la contundencia de Rigoberta no la alcanzan ni políticos ni otros defensores de Derechos Humanos, mucho menos la Unión Europea. ¿Usted ya no tiene miedo?
Nosotros venimos de una vida llena de sufrimiento. Yo perdí a mis padres, a mis hermanos, he visto torturas a mi lado, la tragedia, las atrocidades, siempre estuvieron presentes en Guatemala, antes de la guerra, durante la guerra y también después de la guerra.
Esa voz moral es importante. La de las mujeres. Su liderazgo tiene que incrementarse. Ya nos cansamos de que estén allí solo como adornos en una fiesta. Ahora, es cierto que hay premios Nobel muy comprometidos. Hay gente que ha trabajado mucho. Y lo que vale aquí es el conocimiento común que hemos tenido en muchos campos. Por eso esta cumbre es muy valiosa para mí: venimos de diversas tendencias, épocas y conquistas.... Yo cumplo 25 años de premio Nobel de la Paz este 2017. No ha sido fácil para mí este tiempo. He recibido críticas, persecución, amenazas…¡Es tan difícil sentirse solo! Sin embargo, son 25 años que me los he ganado. Así que me den el lugar que merezco.
[Llora]
Iba a preguntar por qué llora hoy Rigoberta Menchú y usted se me acaba de adelantar con el gesto.
Perdí a mi papá, perdí a mi mamá… Seguimos en la lucha. De la guerra hemos pasado a la corrupción y la pobreza endémica en Guatemala… Las diferencias son las mismas que entonces, igual de graves que entonces.
MIGRACIONES INVOLUNTARIAS
¿Qué puede hacer el Gobierno guatemalteco para mejorar la vida de sus nacionales y evitar migraciones indeseadas?
Este es uno de nuestros problemas más serios. De los acuerdos de paz, hemos cumplido algunas partes. Queríamos fortalecer la Justicia y estoy muy contenta de que la mayoría de todos esos contrincantes, porque yo misma fui candidata a la Presidencia del Gobierno, estén en la cárcel.
Nuestro sistema está dando algunos pasos importantes. Hay áreas que hemos consolidado y otras que no, no trabajar sobre las segundas solo vale para posponer guerras futuras. Uno de los problemas más álgidos que tendrá Guatemala en los próximos tiempos es el tema de la tierra. ¿Por qué? La extracción minera ya no pasa por los civiles, sino por los militares que están allí para asegurar el despojo de la tierra. Cuando se discute sobre la tierra, el tono es de intolerancia, por eso mismo creo que debemos retomar los acuerdos de paz.
Con ocasión de nuestro 25 aniversario vamos a trabajar muy fuerte y muy cerca de la Secretaría Presidencial de Paz y con el Ministerio de Educación, Salud y Cultura para crear los mecanismos para la solución de conflictos internos. Siempre seremos mediadores, nunca vamos a estar de acuerdo con otra guerra.
Pero la violencia común aumentó en los últimos años y eso es como otra forma de guerra.
Por eso, el problema de la guerra es todo un círculo, en el que intervienen la corrupción, el crimen organizado, el narcotráfico… Más que echarle la culpa a los pobres, habría que echarle la culpa a los políticos corruptos. Alguien dijo aquí que los exguerrilleros se vuelven mareros. ¡Eso es una falacia! Los que generaron las tendencias, crearon los patrones de la violencia son los mismos actores de la guerra del pasado. Hay que seguir luchando contra ellos. ¡Cómo vamos a querer un país más próspero si hay hambre, si no hay política pública que beneficie la salud, la educación, el trabajo, promueva el campo....!
Desafortunadamente hay una raza ladrona que llegó al poder y que no deja el poder, hoy amparados en las instituciones. No pueden ser más egoístas, pudientes, racistas... Sí, es un proceso largo el que nos espera en Guatemala.