Duterte dice que él mismo mató a delincuentes cuando era alcalde de Davao
El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, cuya ofensiva contra el narcotráfico que ha dejado miles de muertos le ha granjeado críticas a nivel internacional, ha reconocido que él mismo ha matado a delincuentes mientras era alcalde de Davao.
Sus declaraciones se han producido en un discurso el lunes por la noche durante un foro empresarial y de ellas se hace eco ahora la prensa filipina. Durante el mismo, Duterte negó que el Estado esté patrocinando asesinatos extrajudiciales de presuntos narcotraficantes y dijo que solo una tercera parte de las alrededor de 2.000 muertes relacionadas con las drogas desde que llegó al cargo el 30 de junio han sido obra de la Policía.
"Pero en Davao yo solía hacerlo personalmente. Simplemente para mostrarle a los tipos (la Policía) que si yo puedo hacerlo ¿por qué no vosotros?", afirmó, explicando que solía recorrer las calles de esta ciudad en moto "patrullando y también buscando problemas".
El senador filipino Richard Gordon ha advertido del inicio de un posible proceso de inhabilitación contra Duterte por estas declaraciones. "Cuando dices algo como eso, te estás exponiendo, ¿verdad? Él lo dijo, así que legalmente puede enfrentarse a un proceso de inhabilitación", ha comentado el senador.
"En todo caso, estoy seguro de que (el presidente) sabría defenderse", ha agregado Gordon, un político independiente que suele apoyar las políticas del presidente filipino.
SALIDAS DE TONO CONTINUADAS
Eso sí, esta no es la primera vez que Duterte admite públicamente haber matado delincuentes. "Debo confesar que he matado, sí. Hace unos... tres meses, maté a unas... tres personas", dijo el mandatario en una entrevista con el medio local Rappler que se publicó en octubre de 2015.
En otras declaraciones a finales de ese año, cuando anunció su candidatura a la presidencia de Filipinas, afirmó haber matado a otras tres personas durante el secuestro de una niña en Davao. "Estaban cometiendo un delito en mi presencia, y yo era la persona que tenía autoridad bajo la ley", explicó Duterte entonces.
Uno de los carteles en honor al presidente que hay en Filipinas
Desde que Duterte fue elegido presidente, la guerra contra las drogas que desarrolla su administración ha dejado cerca de 6.000 muertos, de los que más de 2.000 han fallecido en operaciones policiales y el resto en ejecuciones extrajudiciales. El presidente ha llamado en repetidas ocasiones tanto a policías como a ciudadanos a matar a los drogadictos y traficantes que conocieran. "Si conocéis a adictos, matadles vosotros mismos, porque pedírselo a sus padres sería demasiado doloroso", dijo el mandatario poco después de la investidura.
CRÍTICAS INTERNACIONALES
No son las únicas polémicas que constan en su peculiar historial de 'bocachancladas'. Están sus acusaciones a la CIA de querer asesinarle, llamar "hijo de puta" a Obama o compararse con Adolf Hitler. De hecho, llegó a afirmado que quiere matar a los tres millones de drogadictos que dice que hay en el país. [Insultos al papa, presidentes, homosexuales... Aquí puedes leer todas las perlas del presidente de Filipinas]
"Hitler masacró a tres millones de judíos. Ahora hay aquí tres millones de adictos. Me gustaría masacrarlos a todos", dijo Duterte el pasado mes de septiembre. "Si Alemania tenía a Hitler, Filipinas tendrá mis víctimas, que querría que fueran todos los criminales para acabar con el problema de este país y salvar a la próxima generación de la perdición", afirmó entonces el mandatario.
Al mandatario tampoco parece gustarle demasiado EEUU, Naciones Unidas o la UE y menos después de que todos ellos hayan condenado la violación de los derechos humanos cometida en la campaña contra las drogas. Además, el mandatario filipino se ha negado a reunirse con el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, tildó a las Naciones Unidas de "inútil" y amenazó con sacar a Filipinas de la organización.
Pese a todo, las encuestas revelan un apoyo abrumador de los filipinos a su presidente. Eso sí, las críticas de sus colegas de la arena política crecen con sus comentarios y decisiones polémicas.
La senadora Leila de Lima dijo la semana pasada que Duterte se había puesto "al borde de un proceso de destitución" por decir que no permitirá que acaben en la cárcel los policías acusados por la Oficina Nacional de Investigación de Filipinas de asesinar al destacado narcotraficante Rolando Espinosa en su celda.