De la pantalla a las tablas: cómo se preparó el 'Dirty Dancing' teatral (VÍDEO)
El verano de 1953 prometía ser un tostón para Baby. A la joven de 17 años le tocaba pasar tres intensas semanas con sus padres, el doctor Jake Houseman y su mujer Marjorie, y con su hermana mayor Lisa, con la que tenía poco o nada en común. Sin embargo, el hotel Kellerman, donde estarían hospedados, escondía una sorpresa que convertiría aquel verano en el verano de su vida.
Seguro que muchos identifican esto con Dirty Dancing, la película que protagonizaron Patrick Swayze y Jennifer Grey en 1987 y que cuya historia de amor ha ido pasando de generación en generación. ¡Imposible encontrar a alguien que no se haya emocionado viendo el baile final! Y casi 30 años después de su estreno en cines, llega su versión teatral, que este jueves 1 de diciembre se estrena por primera vez en España. Estará hasta el 5 de febrero en el Teatro Alcalá de Madrid y del 9 de febrero al 12 de marzo en el Teatro Tívoli de Barcelona.
"No hay prácticamente ninguna diferencia con la película. Únicamente se profundiza un poco más en algunos personajes", cuenta el director Federico Bellone a El Huffington Post durante un descanso en uno de los ensayos previos al estreno.
Bellone aterriza en España tras haber dirigido la obra en Reino Unido, Italia, México y Bélgica. "No es un musical al uso. Es una obra con canciones y números musicales, pero los diálogos no se cantan", matiza el director, que ha pasado el último mes y medio ensayando junto a los 27 actores que componen el casting final, la coreógrafa Marta Melchiorre, el director musical Pedro Arriero y el resto del equipo creativo. "Las canciones son un complemento. No se cuenta la historia a través de las canciones", refuerza Iñaki Fernández, productor de Dirty Dancing.
Christian Sánchez, quien se encarga de hacer de Johnny Castle (Patrick Swayze), insiste en este aspecto. "Yo lo llamaría obra teatral con canciones", asegura tras el primer ensayo con escenografía, al que asiste El Huffington Post. En Dirty Dancing, que debutó en teatro en 2004 en Australia con la aprobación de su creadora Eleanor Bergstein, hay tres escenarios giratorios y el público cambia de espacio hasta 75 veces en las algo más de dos horas que dura el espectáculo. "Técnicamente es muy complicado por la escenografía", añade Fernández.
Hay muchos cambios de escenario, de ropa y hasta de pelucas. ¡Es un no parar! Aunque lo más difícil, como era de esperar, llega cuando toca bailar Time of my Life. Tanto Sánchez como Amanda Digón, quien da vida a Baby, sienten presión ante ese momento. "El salto es de lo que más práctica require y da más miedo porque es lo que viene la gente a ver", apunta Digón, quien prefirió no fijarse demasiado en el papel de Jennifer Grey para preparar su personaje y se fió más de las indicaciones del director.
Y no, no hubo lago para preparar el salto. Si había fallo, Johnny Baby iban directos al suelo.