Donald Trump gana las elecciones en Estados Unidos
Ni es una pesadilla y ni estás soñando: Donald Trump va a ser el presidente número 45 de Estados Unidos. El candidato republicano se ha impuesto por 278 votos electorales frente a los 218 que ha obtenido su oponente demócrata, Hillary Clinton. El resultado ha dejado a medio mundo sin habla. Literalmente. Pero la realidad es la que es y el magnate tiene ahora las riendas del país, un país que desde este 8 de noviembre está dividido. [Así te hemos contado en directo la noche electoral]
De poco han servido los meses de campaña en los que se ha alzado la voz en contra de las ideas del republicano, que no ha vacilado a la hora de insultar y menospreciar a mujeres, inmigrantes y a todo aquel que no estuviera conforme con sus ideas. A medida que avanzaba el recuento quedaba claro que las cosas no iban como habían presagiado las encuestas, de nuevo equivocadas al haber otorgado a Clinton una ventaja de hasta 3 puntos el día antes de las elecciones. No sólo no ha sido así, sino que Trump se ha hecho con la victoria de todos los estados clave, menos en uno: Nevada.
No se había decidido todavía ni la batalla por el estado clave de Florida cuando la cuenta en español de la candidata demócrata ya presagiaba la tragedia:
Tras una agónica lucha en dicho estado, la balanza se inclinó del lado de los republicanos. Y después pasó lo mismo con Ohio, ese lugar convertido en mito ya que sus resultados siempre son muy parecidos a la media nacional, más tarde con Carolina del Norte, luego con Iowa, a continuación con Pensilvania- donde un republicano no ganaba desde 1988-... Y mientras, ante semejantes noticias, las bolsas del mundo se han desplomado.
No ha habido sorpresas en Wyoming, Utah, Nebraska o Texas, donde el magnate ha hecho lo que se esperaba: arrasar. Nueva York, Massachusetts o Vermont se han teñido de azul, el color de los demócratas, dando las alegrías que ya se imaginaba por su parte Clinton. La llave hacia el éxito de Trump en estas elecciones ha sido que ha conquistado el voto rural, mientras que Hillary se ha hecho con el de los grandes núcleos urbanos.
Lo que nadie se esperaba es que la batalla final se librara en Michigan (con 16 votos electorales en juego) y el estado que ha dado la victoria a Trump: Wisconsin (con 10 delegados), cosa que al final ha pasado y que ha mantenido la intriga sobre si el republicano se haría o no con los 270 votos electorales. Estos dos estados, junto a Pensilvania, se caracterizan por ser industriales y por haber votado por un candidato demócrata en las últimas décadas.
La victoria de Donald Trump se ha basado en el llamado voto silencioso, representado principalmente por los trabajadores blancos que se sienten desplazados por la globalización económica y las transformaciones que en las últimas décadas sacuden al país. Según The New York Times, en la victoria del magnate también ha sido fundamental cómo ha conseguido atraer votos con mucha más efectividad de lo que lo hicieron anteriores candidatos republicanos, especialmente entre aquellas personas sin formación universitaria (aunque también ha ganado entre los trabajadores blancos con título universitario).
¿QUÉ PASARÁ CON HILLARY?
Si de estos resultados hay que hacer una lectura inmediata, esa es la de que Hillary Clinton no gusta a los estadounidenses. Se ha repetido hasta la saciedad desde antes de su campaña: no es capaz de conectar, de empatizar con la gente. Ni con las mujeres, ni con los latinos. Los ciudadanos de EEUU no han visto en ella a la líder que necesitaban para hacer frente a Donald Trump. Les ha podido que, en definitiva, cómo su persona se vincula con toda una vida en política y cómo está ligada al establishment de Washington. También que su marido es quien es: un expresidente. La suma de todos estos factores ha hecho que la ex secretaria de Estado se haya quedado si su sueño, el de alcanzar la presidencia, y que este sea, previsiblemente, el final de su carrera.
"Hillary Clinton ha hecho un trabajo increíble y todavía no está terminado, hablaremos mañana, ahora id todos a dormir", ha dicho John Podesta, jefe de la campaña electoral democrática, desde el cuartel general de Hillary en Nueva York. Trataba de dejar claro que, dado que el resultado era muy ajustado, Clinton no iba a comparecer para admitir públicamente que ha perdido. Pero lo que sí ha hecho la demócrata ha sido llamar a su rival para reconocer su derrota. "Nos felicitó por nuestra victoria, y yo la felicité a ella y su familia por esta campaña muy muy dura", ha explicado Trump durante su discurso de la victoria.
"Los hombres y mujeres olvidados de nuestro país ya no será olvidados", ha añadido el nuevo presidente electo, que debe jurar el cargo el 20 de enero y que se ha mostrado en un tono mucho más relajado del que ha empleado durante la campaña. De hecho, el republicano ha asegurado que es el momento de "curar las divisiones del país", pero EEUU está más dividido que nunca.
LECTURA INTERNACIONAL
De estas elecciones se puede hacer también una lectura a nivel global: el Brexit, el giro la irrupción en la UE como la francesa Le Pen, o el euroescéptico Farage, demuestran que se está dando una ruptura entre los ciudadanos y la política tradicional. Estados Unidos no ha sido una excepción y Trump, consciente de ello, se ha posicionado durante toda la campaña como el cambio, el candidato anti establishment que traerá un aire nuevo en la dirección del país y los ciudadanos han apoyado esta opción con su voto. Lo que no tendrá fácil Trump es ganarse apoyos en el exterior, más allá de Rusia, país al que durante toda la campaña ha definido como "aliado" al que le gustaría acercarse.
Trump tomará las riendas de un país hasta ahora dirigido por Barack Obama, el mismo que debe de estar ahora preguntándose qué pasará con su legado. El acercamiento con Cuba, el acuerdo con Irán, la reforma sanitaria... Son tres hitos del actual presidente contra los que el magnate ha cargado abiertamente. De hecho, ha dejado claro que lo primero que hará nada más llegar al poder será acabar con el 'Obamacare', así como "no acercarse tanto" a los cubanos y aproximarse a Rusia. "Hacer América grande otra vez" ha dicho Donald Trump durante su campaña. A su manera, claro, y contando además con algo que no se veía desde 1928: cuenta con mayoría en las dos Cámaras, lo que significa que no tendrá freno para poner en marcha sus medidas.
Ha llegado ya la era Trump, una era cargada de incertidumbres a nivel nacional, internacional, económico y social. A partir del 20 de enero todo será más real aún: Obama dejará la Casa Blanca, que tendrá dos nuevos inquilinos: Donald y Melania.