Suecia da por muerto a Raoul Wallenberg, el diplomático que salvó del nazismo a 50.000 húngaros
Las autoridades de Suecia han declarado oficialmente muerto a Raoul Wallenberg, el diplomático que salvó de la persecución nazi a decenas de miles de judíos húngaros y al que se daba por desaparecido desde que cayó prisionero de las tropas soviéticas en 1945.
Como fecha oficial para su defunción se ha establecido el 31 de julio de 1952, han informado este lunes fuentes de la Agencia Tributaria sueca, que siguieron la recomendación de los administradores de los bienes del fallecido.
Nacido en 1912, el diplomático fue destinado a Budapest durante la Segunda Guerra Mundial y desde esta posición extendió salvoconductos suecos para miles de judíos, consciente de que el Gobierno húngaro estaba organizando deportaciones masivas a campos de exterminio nazis.
50.000 "SALVADOS"
Diversas estimaciones calculan que salvó de la muerte a hasta 50.000 húngaros gracias a sus "autobuses blancos", los transportes en los que enviaba hasta su país natal a los perseguidos por el nacionalsocialismo con la complicidad de la Cruz Roja Internacional.
En 1945 fue hecho prisionero por las tropas de la Unión Soviética, cuyas autoridades declararon en 1957 que había muerto de un ataque al corazón en una prisión moscovita dos años después de su arresto.
Sin embargo, en Suecia se consideró que no había pruebas concluyentes de su fallecimiento, por lo que su destino quedó envuelto en el misterio.
UN FINAL ENTRE INCÓGNITAS
A instancias de la familia, que quería se pusiera fin a la incógnita de su muerte, la Agencia Tributaria acabó publicando anuncios en periódicos locales requiriéndole se personara ante las autoridades antes de finales de octubre.
Wallenberg tendría ahora 104 años y con esta fórmula se consideró que se podía atender a la voluntad familiar de cerrar ese capítulo.
A falta de la declaración oficial de su muerte, en su memoria quedó instituido el premio del Consejo de Europa a la solidaridad, activismo y humanismo.
Asimismo ha recibido varias títulos póstumos, como el que concede el Estado de Israel a quienes ayudaron a salvar a los judíos durante el Holocausto nazi, así como la ciudadanía honoraria de Estados Unidos y Canadá.