Jordi Évole: "El papel de la Unión Europea en la crisis de los refugiados me parece asqueroso"

El periodista Jordi Évole no se lo piensa ni dos segundos a la hora de valorar el papel de la Unión Europea en la crisis de los refugiados. "Asqueroso". Lleva varios días en Madrid presentando el documental Astral, que ha realizado el equipo de 'Salvados' y se ha estrenado esta semana en España.

A pesar de que Évole está desbordado con las presentaciones del largometraje, una parte de él sigue en el buque Astral, según cuenta a El Huffington Post . El documental narra la historia de este velero de lujo donado por el empresario italiano Livio Lo Mónaco a la ONG Proactiva Open Arms, que lleva un año salvando vidas en el Mediterráneo, para ayudar en sus labores de rescate.

El estreno del largometraje, cuya recaudación irá destinada íntegramente a la ONG que lo protagoniza, ha llenado 130 cines españoles. También se emitirá este domingo en La Sexta. Además del trailer, para promocionar el documental se hizo este vídeo, que en pocos días se volvió viral:

Estuviste con los chicos de Proactiva Open Arms desde el principio, cuando firmaron el acuerdo con Livio Lo Mónaco para que les cediese el buque Astral. ¿Cómo llegaste a enterarte de esta historia?

Ya estábamos en contacto con la gente de Proactiva, pero realmente fue a través de una entrevista que escuchamos por la radio con Jordi Basté y Óscar Camps, el presidente de Proactiva, y ahí se dijo que estaban a punto de llegar a un acuerdo para conseguir el barco. Al día siguiente nos reunimos con Óscar. Eso fue un martes y el jueves ya estábamos grabando en Málaga la cesión del barco.

¿Por qué crees que no les han dado el Nobel de la Paz a estos voluntarios de Proactiva, que han salvado cientos de vidas?

Creo que la gente de Proactiva está harta de premios. Óscar siempre tiene una frase que dice “Yo es que, por más que quiera, los premios no me entran en el depósito de gasolina que tengo que llenar cada vez que salgo al Mediterráneo. Lo que quiero es otro tipo de ayuda. Y sobre todo no me gustaría tener que estar allí en el Mediterráneo haciendo lo que hago, porque querría decir que las autoridades están haciendo su trabajo". Me parece que está muy bien dicho.

¿Ha cambiado algo en tu vida el haber hecho este viaje y este trabajo?

Una parte importante de mí sigue en el barco. Estamos en contacto casi a diario. Ayer hicieron un rescate de una embarcación que levaba a 130 personas y sólo pudieron rescatar a 113. Hay 17 desaparecidos que yo no he visto que hayan salido en ningún periódico. Y lo que también nos ha cambiado son las ganas de seguir mirando hacia allí. De conseguir que la ciudadanía lo haga a través del documental que hemos hecho y que ojalá pongamos un granito de arena en la concienciación del drama que está sucediendo.

¿Qué te parece el papel que está desempeñando la Unión Europea en esta crisis?

Asqueroso. Me parece asqueroso. No se están comportando como buenos gestores de lo público. Están, además, pretendiendo que miremos hacia otro lado. Todas las instituciones públicas. Y no sé, supongo que algún día se les caerá la cara de vergüenza; y también se nos caerá a nosotros, al ver cuál fue nuestra actitud ante un drama humanitario de ese calibre.

Imagen del documental 'Astral'

Antes, los refugiados entraban por el Mediterráneo oriental (Grecia), ahora parece que por el Mediterráneo central (Italia). ¿Crees que España llegará a convertirse en la vía de entrada preferente a Europa?

España ha sido una vía de entrada preferente durante mucho tiempo hasta que firmamos un acuerdo con Marruecos tan vergonzoso como el que se ha firmado con Turquía, con el que Marruecos retiene a gran parte de esas personas que quieren llegar al país. Y los retienen con una represión brutal, con unas palizas brutales. Pero claro, como pasa a escasos metros de nuestra frontera, pues ya no es un problema nuestro, es de los otros. Yo he estado en la frontera de Melilla y he visto unas palizas de la policía marroquí a las personas que intentaban saltar la valla que ponían la piel de gallina.

Hay un cierto seguimiento del viaje de los refugiados desde sus lugares de origen a Europa, pero apenas sabemos nada del más de millón de personas que lograron entrar... Cómo viven, si se han integrado, qué pasa con los niños desaparecidos...

Bueno, ahí no hemos podido llegar, aunque esperamos llegar en el futuro. Este es un primer paso. Ya hemos dado otros como el programa de la valla de Melilla o del campo de refugiados de Jordania. Esta vez hemos querido estar ahí donde estaban pasando las cosas y, respecto al futuro que tienen estas personas en Europa, esperamos seguir trabajando y poder hacer nuevas entregas más adelante.

Se habla mucho de las mafias que mueven a los refugiados pero, ¿quiénes son estas mafias? ¿El dinero que sacan es para ellas o puede que financien movimientos extremistas? ¿Por qué apenas se saben cosas de ellas?

Tampoco hemos investigado mucho sobre eso porque no hemos estado en territorio libio. Con el documental nos hemos centrado en ver lo que está sucediendo en medio del Mediterráneo y en ver esa tarea que hace la ONG y la desesperación con la que llegan esas personas. Sólo tenemos los testimonios de esas personas: de cómo son violadas, les roban todo lo que llevan, cómo los tratan, les cobran un dineral por un viaje en unas barcas muy muy precarias... Así que de los traficantes te puedo decir por estos testimonios que son unos desalmados sin humanidad.

Más o menos, ¿cuál puede ser el precio por subir en una de esas barcas?

Podríamos establecer una media de 500 euros. Si tú multiplicas 500 euros por 150 personas que pueden ir en una de esas barcas, el negocio es acojonante.

¿Qué te han transmitido los refugiados que has ido conociendo? ¿Qué piensan ellos cuando se suben con más de 150 personas en esas balsas para cruzar el Mediterráneo?

Me han transmitido mucha desesperación para emprender ese viaje, que supone jugarte la vida. Pero también me han transmitido mucha ilusión. Cuando hablan de Europa, se les llena la boca como ya no se nos llena a los europeos. Escuchándoles a ellos casi que te reenamoras del continente. Pero al mismo tiempo te provoca decepción saber cómo los van a tratar cuando lleguen aquí, teniendo ellos las expectativas que tienen de que van a poder comer cada día, formar una familia o trabajar… Tienen unas expectativas fabulosas de lo que se van a encontrar en Europa.

Imagen del documental 'Astral'

¿Hay refugiados de primera y de segunda? Los de primera serían muchos sirios de clase media; los de segunda son los de Mali, Somalia, y zonas más profundas de Africa. Los primeros son integrables, los segundos mucho menos. ¿Qué debemos hacer con ellos?

Sí, desgraciadamente eso sucede. El problema es que no empatizamos. Esto sólo se va a solucionar cuando empaticemos con estas personas, cuando seamos conscientes de que cualquiera de ellos podemos ser uno de nosotros. Hasta que eso lo tengamos claro, no vamos a hacer nuestro ese problema.

¿Crees que si fuesen europeos empatizaríamos más?

Por supuesto. Ahora mismo puede haber en el Mediterráneo decenas de barcas neumáticas intentando cruzarlo, a esta misma hora [Son las 11.00 AM]. Imagínate que hubiese una embarcación de recreo del puerto de Barcelona con 20 turistas a la deriva, a 20 millas del puerto. ¡Tendríamos a todas las unidades móviles allí plantadas y a todos los informativos abriendo con esa noticia! Somos así, lo que nos pilla lejos parece que no nos toca y yo creo que sí que nos toca.

¿Qué es lo que más te ha impactado al hacer el documental?

Me ha impactado mucho una imagen… Esta gente llega sin nada a hacer esa travesía. Y cuando digo nada es nada. No vi a nadie que llegase con un pequeño monedero para tener algo cuando lleguen a Europa, si es que llegan. Un socorrista le dio un chicle a un niño cuando fue rescatado, para entretenerle. Lo primero que hizo el pequeño, a pesar de no tener nada, fue partirlo por la mitad para compartirlo con el socorrista.

Al menos te llevas ese bonito recuerdo.

Sí, aunque es una imagen de cómo ellos, con muy poco, lo reparten... Y a nosotros, con bastante más, nos cuesta un poquito más repartir.