'Un monstruo viene a verme' (en forma de tejo): 20 datos sobre el árbol de la película de Bayona
Un monstruo ha venido a España para encandilar a la taquilla. Este viernes estrena la última película de Juan Antonio Bayona, Un monstruo viene a verme, basada en el bestseller de Patrick Ness.
Además de contar con un director español y un reparto de lujo, la cinta está protagonizada por Connor (Lewis MacDougall) y por un monstruoso tejo milenario basado en los dibujos del ilustrador Jim Kay.
¿Por qué un tejo? ¿Son tan longevos de verdad? ¿Podría aparecer un monstruo así en España? En El Huffington Post te desvelamos las curiosidades sobre este árbol milenario, venenoso y muy espiritual.
Mapa de Anthos de la distribución geográfica del tejo en España.
El tejo de Barondillo, en Rascafría.
Baya de tejo, muy consumida en el norte de España como una golosina por su sabor dulce.
Hojas de tejo.
El tejo a la salida de la iglesia de Santa María de Eastling (Reino Unido), junto al cementerio. Calculan que tiene cerca de 2.000 años. Foto de Penny Mayes.
- Fueron los griegos quienes dieron al tejo su nombre científico, taxus, que viene de taxis (ordenado en filas). Otra teoría es que deriva de taxon (arco) y toxikon (veneno) por dos aspectos muy ligados a su historia: su resistente y flexible madera era muy utilizada en la fabricación de arcos, pero todo en él, excepto el fruto, es altamente venenoso.
- Un monstruo viene a verme transcurre en Reino Unido, por lo que el monstruoso tejo es muy probable que sea el tejo negro o tejo común (Taxus baccata), típico de Europa occidental, central y meridional y conocido como "English yew" (tejo inglés) en el mundo anglosajón.
- En España hay cerca de 300.000 tejos. La mayoría habita la mitad norte peninsular y el resto, en el sur y en Baleares. La información procede de Anthos, el programa de divulgación sobre la biodiversidad de las plantas de España organizado entre la Fundación Biodiversidad, el Ministerio de Medio Ambiente y el Real Jardín Botánico, dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Los mayores bosques se este árbol se encuentran en Asturias y Cantabria.
- El tejo más viejo de España es también el ser vivo más longevo del país. Se encuentra en Rascafría, en la Sierra de Guadarrama (Madrid). Se calcula que tiene entre 1.000 y 1.500 años. Sin embargo, otros apuntan que el tejo de Bermiego (Asturias) tiene 2.000 años, que lo convertirían en el más anciano de Europa.
- Sn embargo, el espécimen de mayor edad que se ha hallado fue en Reino Unido: le calcularon unos 5.000 años.
- El tejo bien podría haber formado parte de la flora de Parque Jurásico, ya que procede de esa era.
- Es una de las plantas más longevas que existe, entre otras cosas porque no enferma cuando se produce una fractura en el tronco, por ejemplo por el exceso de follaje. Además puede seguir produciendo brotes y chupones de troncos y ramas cortadas o a ras de suelo, incluso a una edad avanzada.
- La especie fue catalogada y descrita en 1753 por Carlos Linneo, un científico sueco famoso por ser uno de los padres de la ecología y por haber inventado, entre otras cosas, la taxonomía (la clasificación de los organismos) y la nomenclatura binomial (la forma en que se nombra cada especie. Por ejemplo, la humana sería Homo sapiens, género homo, nombre específico sapiens). Ha recibido los sobrenombres de "Príncipe de los botánicos" y "Segundo Adán".
- Salvo el fruto, que es inicuo, todo el cuerpo del tejo es venenoso, incluida la semilla. Entre las sustancias tóxicas que lo recubren destaca la taxina, que produce parálisis en el corazón en dosis elevadas. Las hojas son más venenosas que el tronco y la semilla, continúan siendo tóxicas después de marchitarse, y sus efectos como veneno se potencian al secarse.
- Antiguamente era conocido como Árbol de la Muerte. Aparecía en la literatura clásica como un método común para suicidarse en Europa, comiendo sus hojas, sus semillas o infusiones de su corteza. Incluso un enemigo de Julio César recurrió a ella, como narra el romano en La guerra de las Galias.
- De sus hojas se obtienen tres compuestos que combaten hasta 14 tipos de cáncer, entre ellos el de mama, ovario y próstata, lo que lo llevó cercano a la extinción por talas masivas. Además, como crece muy lentamente, ha sido víctima de la deforestación en favor de especies más rentables. Los pastores también lo han ido eliminando por temor a que intoxique al ganado con sus hojas y semillas, aunque los rumiantes pueden vencer hasta cierto punto esta toxicidad.
- Por todo ello, es una especie en peligro de extinción y protegida en Andalucía, Asturias, Baleares, Cataluña, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Extremadura, Madrid, Murcia, País Vasco y Comunidad Valenciana. Pero las últimas noticias son positivas: han aumentado sus números debido a cambios en el sistema de la obtención de madera, a que se han descubierto plantas con mayor contenido de inhibidores de la mitosis y a que los pastores son más cultos.
- La ingesta de frutos no suele envenenar a los humanos, ya que es preciso que se mastique la semilla para que las toxinas hagan efecto. Pero comer, masticar o incluso chupar las hojas provoca una serie de problemas neuronales y circulatorios que pueden derivar en una parada cardiorespiratoria. Aunque si lo ingerido no es mucho y se elimina mediante el vómito, los síntomas se pueden corregir sin intervención médica. La inhalación de madera puede dejar secuelas hasta años después.
- Es una planta que puede cambiar de sexo para reproducirse. Cada piña contiene una única semilla dentro de una baya roja de sabor muy dulce, la única parte del tejo que no es venenosa.
- Crece en ambientes húmedos y frescos, en zonas montañosas a la sombra. Raramente forman bosques, sino que se reproducen de forma aislada.
- Hay muchas variedades de tejo, con frutos, copa y hojas de distintas formas y colores. Hasta dorado.
- Puede decirse que las primeras iglesias eran tejos. Los cultos precristianos otorgaban a este árbol un significado místico y sagrado. Los pueblos celtas veneraban esta planta por su asombrosa longevidad, su toxicidad y sus hojas perennes, que estaban siempre verdes. Cuarto Milenio ha dedicado un programa a este misterioso árbol.
- El cristianismo los asimiló, como tantas otras características de las creencias paganas, y los asoció a la trascendencia del alma tras la muerte. Es frecuente encontrar tejos junto a ermitas, iglesias cristianas, cementerios y en lugares céntricos y asamblearios de los pueblos.
- También se le han atribuido poderes curativos. El emperador Claudio recomendaba la savia de tejo como antídoto y en el Renacimiento se pensaba que combatía el reuma, la malaria y facilitaba el aborto, además de consumirse como un narcótico alucinógeno. En España fue protagonista de multitud de remedios tradicionales.
- El tejo participó en varias costumbres y tradiciones de algunas zonas de Castilla y León, Galicia, Aragón, Cantabria y Asturias: en el Día de Todos los Santos se dejaba una rama de tejo en las tumbas para que guiaran a los muertos. El Domingo de Ramos se utilizaban para bendecir. Durante la Noche de San Juan, los chicos depositaban las ramas en puertas y ventanas de sus novias y ellas les tiraban bayas de este mismo árbol.
El paseo de tejos del castillo de Huntington, en Irlanda. Foto de Humphrey Bolton.