Por qué hoy es un día histórico en Colombia
Casi 300 páginas para zanjar un conflicto de 50 años y que ha dejado ocho millones de víctimas, 220.000 de ellos muertos. Son las páginas del acuerdo con las FARC, punto de partida para que, por fin, se cambien las balas por votos, las armas por ideas, y para, en definitiva, abrir un nuevo capítulo en la sangrienta historia del país. La última palabra la tendrán los colombianos el 2 de octubre, día en el que se celebrará el referéndum sobre el acuerdo, pero la firma será el primer paso hacia la tan ansiada paz.
El escenario elegido para el histórico momento será Cartagena de Indias, donde el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, y el número uno de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Rodrigo Londoño, alias ‘Timochenko’, firmarán el ‘Acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera’, negociado en Cuba durante 45 meses y 5 días.
El acuerdo de paz que se firma este lunes
La firma se realizará bajo la atenta mirada de al menos 14 presidentes internacionales y otros líderes mundiales -entre ellos el rey emértito Juan Carlos- que apadrinarán el acto. Es justo lo que quería Santos, que ha contado con el apoyo internacional para que la negociación interna fluyera y conseguir así que las FARC no se retiraran del proceso. El apoyo externo ha sido tan determinante, que, en 2010, cuando empezaron los contactos secretos para relanzar el diálogo de paz, el papel que desempeñó el por entonces presidente venezolano, Hugo Chávez, fue clave para que, lo que parecía impensable, echase a andar.
“Chávez fue el único que convenció a las FARC de que se iniciaran las conversaciones con el Gobierno de Santos, un presidente al que veían como un continuador de las políticas de Álvaro Uribe, y que en ese momento era visto como la punta de lanza de la política norteamericana en Sudamérica”, explica a EFE el director del Centro de Pensamiento y Seguimiento al Diálogo de Paz de la Universidad Nacional, Alejo Vargas.
Los colombianos son conscientes de ese papel desempeñado por Chávez. Así lo manifiesta a El Huffington Post Erika Antequera, natural de Barranquilla e hija del dirigente nacional del partido de izquierdas Unión Patriótica, José Antequera, asesinado hace 29 años: “Nos guste él o no, lo cierto es que facilitó las negociaciones al hacer de puente con la guerrilla”.
Si Venezuela fue determinante en el inicio, han sido varios los países que se han implicado directamente en el proceso, tal y como recuerda Antequera: “Noruega ha sido país garante, puesto que fue ahí donde se sentaron las partes a negociar por primera vez, Cuba está jugando un papel fundamental, como Chile, país facilitador”. Eso sí, lo importante es que este apoyo se mantenga pase lo que pase a partir de ahora.
Con el acto multitudinario de este lunes lo que se pretende es dar un impulso al ‘sí’ en la consulta. Las partes son conscientes de que, aunque en las últimas semanas el ‘sí’ ha cogido carrerilla, la sociedad llega polarizada. “Es algo bastante preocupante porque nada está decidido. De lo que hay que ser conscientes es de que, si gana el ‘no’, es el triunfo de la guerra. Muchos estamos a favor del ‘sí’ aunque sabemos que no es el acuerdo perfecto. Tenemos que asumir que es muy difícil que haya justicia para cada víctima”, sentencia Antequera.
Las última encuesta publicada por Gallup refleja que, de los que votarán el 2 de octubre, un 67,6% lo hará por el ‘sí’ y un 32,4% por el ‘no’. Para dar por válido el plebiscito se requiere como mínimo 4,54 millones de votos, el 13% del censo electoral, y la votación se definirá por mayoría simple. De esta consulta se desprende también un dato muy relevante, que puede influir sobremanera en el resultado final: un 30,5% de los encuestados asegura no conocer “nada” del acuerdo y un 17,4% señala conocerlo “poco”.
Si finalmente los colombianos se decantan por el ‘sí’, comenzará para Colombia la auténtica hora de la verdad: la de la aplicación de lo pactado. Será entonces cuando la comunidad internacional tenga que asumir un papel activo como garante de la paz.