Cuando las flores se convierten en ropa: esta artista las reaprovecha para teñir prendas
La mayoría de la gente no se pregunta qué ocurre con las flores que no se venden en la floristería o que se usan como centros para eventos. Pero la tintorera y artesana Cara Piazza no forma parte de esa mayoría.
Esta artista afincada en Brooklyn trabaja junto a floristas, restaurantes y proveedores órganicos como los mercados de especias para recolectar su basura, que luego usa para teñir ropa y accesorios.
Hasta el proceso resulta bonito.
"Si no me llevara esas flores posiblemente acabarían en la basura", ha explicado Piazza a la edición estadounidense del Huffington Post. "En el instante en el que una flor empieza a marchitarse ya no tendrá una vida útil para el cliente, a quien por desgracia lo que le interesa es una flor perfecta y recién florecida", explica. Como parte de su negocio la artesana ofrece a las novias que conviertan sus ramos en kimonos que puedan durarles más allá del día de su boda.
Graduada en el Chelsea College of Arts and Designs de Londres, Piazza basa su trabajo en productos sostenibles y naturales que logra con tintes extraídos de las raíces de una planta llamada rubia roja.
Así quedan las manos
¿Dónde está para ella el principal problema de los tintes que no son naturales? En sus efectos dañinos contra el medioambiente. "Los tintes sintéticos y sus fábricas contaminan los arroyos, creando un ambiente tóxico para el ecosistema", argumenta. "Además, los tintes sintéticos contienen elementos cancerígenos como fomaldehído y metales pesados como zinc, cromo y dióxido, conocido por ser un disruptor hormonal".
Aparte de los motivos físicos para usar tintes naturales, Piazza, nacida en Nueva York, explica que hay un aspecto emocional: "En una ciudad donde todo es tan ruidoso y estresante todo el tiempo a veces resulta agradable sentir que algo ha sido teñido de forma natural y hecho con amor".
Trabajo, trabajo, trabajo
Piazza, una firme defensora de dar a las prendas una nueva vida y de ser un consumidor concienciado, ha explicado al HuffPost que lo que ella hace cualquiera puede hacerlo en su propia casa, y que hay gestos aún más pequeños que pueden convertirte en un comprador más inteligente.
"Creo que hay mucha gente que no piensa en el ciclo entero que recorre una prenda. Empecemos a preguntarnos '¿De dónde viene esto? ¿Quién ha cosido mi ropa? ¿Cuánta agua se ha usado para hacer esta prenda?' No compremos a ciegas", defiende. Piazza dice que su intención es "empoderar a la gente" para que adopten estas prácticas en sus vidas. Realiza talleres de forma habitual; de hecho, próximamente organizará un par en de eventos California y Londres. Toda la información de sus creaciones y sus talleres puede verse en su web.
El producto ya acabado
Este artículo fue publicado originalmente en la sección de estilo de la edición estadounidense de 'The Huffington Post' y ha sido traducido del inglés.