De feminismo y "políticos de mierda": Gael García Bernal en el Festival de Cine de San Sebastián
Gael García Bernal llega a la cita del Festival Internacional de Cine de San Sebastián para hablar de cine y poesía, pero también de feminismo, política y Donald Trump. El actor mexicano (Guadalajara, 1978) presenta su último trabajo, Neruda (del chileno Pablo Larraín), una cinta en la que interpreta al policía designado en 1948 por el gobierno chileno para emprender la caza y captura del poeta Pablo Neruda.
Gael García Bernal acaba de aterrizar de un vuelo transoceánico. "Estoy un poquito hecho pedazos", confiesa, pero no se le nota: recibe a la prensa sin perder la profesionalidad ni la sonrisa.
Alguna vez has dicho que nuestra sociedad y la política necesitan más poesía, ¿cómo podemos conseguirlo?
Al decir que falta poesía quiero decir que falta gente ilustrada para estar en la política; ahora hay personas que no lo son, ocupando el mismo micrófono que quienes sí están preparados. Obviamente existe gente que aboga por el bien común, que tiene una vocación hacia el prójimo, que tiene una empatía, una compasión, pero a la par también existen políticos de mierda. ¿Cómo nos planteamos un porvenir? Por aventurarme a ponerlo muy en claro: uno de los mayores triunfos de la humanidad es que los hombres, es decir, los varones, estamos cargando a los niños en el supermercado. Ese triunfo tiene que ver no solo con una reflexión del feminismo, muy necesaria en el siglo XX, sino también con todas las demás reflexiones que se hicieron y con todas las políticas en relación a la igualdad. Allí es donde siento que está la victoria.
¿Has considerado entrar en política?
Sí, de hecho lo que hago, mi profesión, en cierto sentido es política. Antes pensaba categóricamente que no, pero ahora estaría dispuesto a dedicarle diez años de mi vida.
Pero no eres lo suficientemente cínico para hacerlo formalmente, eres un soñador…
¡Claro que soy un soñador! Si no lo fuera, no me dedicaría a hacer películas, no sería actor. Si no fuese romántico o idealista hacia lo que hago… [Se interrumpe]. Es que no hay ninguna razón para no serlo.