Cómo se preparan los efectos especiales de 'La Catedral del Mar', entrevista con Juanma Nogales
A finales de los años 60, Stanley Kubrick transportó a toda una generación al espacio con 2001: Una odisea en el espacio. Unos años después, la explosión de la Estrella de la Muerte no sólo acabó con los malvados planes de Darth Vader de dominar la Galaxia, también supuso un hito en el ámbito de los efectos especiales.
En España están ahora en pleno auge, y series como El Ministerio del Tiempo están revolucionando una industria que crece cada día a pasos agigantados. Si hablamos de efectos especiales, Juanma Nogales es uno de los referentes nacionales, ha ganado un Premio Gaudí y ha estados dos veces nominado a los Goya por los mejores efectos especiales por Los últimos días y por También la lluvia.
Su empresa Twin Pines está detrás de Zipi y Zape y la isla del Capitán y de Cuerpo de Élite, entre otras. Actualmente se encuentra inmerso en el rodaje de La Catedral del Mar, la ficción basada en el libro de Ildefonso Falcones que apunta a ser una de las series revelación de 2017.
¿Cuál es el mayor reto al que te has enfrentado como creador de efectos visuales?
Zipi y Zape: y la isla de capitán. Esta es la primera vez que nos enfrentamos solos como estudio a una película con una cantidad tan grande de efectos especiales. La cinta transcurre en una isla pero no se rodó ahí.
En una película de gran presupuesto como Zipi y Zape y la isla del capitán, ¿hay mucha diferencia entre el material en bruto que os llega y el resultado final?
Es un proceso muy largo. Comencé con este proyecto un año antes de que arrancase el rodaje. En esta fase inicial empezamos a diseñar los efectos visuales hablando con el equipo.
Lo que hacemos es ir todos en una dirección para dejar hecho el plan de rodaje y dejar claro cómo se debe posproducir. No es algo que nos inventemos sobre la marcha conforme llegamos al rodaje sino que es algo que lleva mucho tiempo de preparación, aunque también hay que decir que no es habitual que estemos en el set.
¿Crees que una película con un guión muy malo puede salvarse si su estética visual impacta al espectador?
Yo creo que no. Para mí la base de una historia es el guión. Si lo que cuentas es malo y tienes un buen equipo pero la historia falla eso no lo arregla ni nosotros ni nadie.
¿Crees que los efectos visuales son el eje técnico del cine actual?
Hay un boom tanto dentro como fuera de España. Yo creo que es una disciplina en evolución y que en estos momentos no tiene una dirección clara. A nivel técnico es más fácil hacer ciertas cosas que antes eran imposibles y gracias a eso hemos podido plantear secuencias que hace unos años eran impensables.
En la industria cada vez hay más películas a nivel internacional que usan una cantidad de efectos que son alucinantes de ver y lo más espectacular, hay compañías que trabajan en varias películas a la vez.
Cada vez hay menos temporada de blockbusters. En los años 80 se estrenaban un par de películas grandes como Desafío Total o Terminator 2 en verano y cintas más pequeñas que llegaban a los Oscar el resto del año. En estos momentos si tu ves la programación de Disney, de Pixar o de Marvel para los próximos cinco años lo tienen todo cubierto. Es una nueva forma de trabajar en el cine.
¿Cómo funciona la industria de los efectos visuales en España? Porque hay series como El Ministerio del Tiempo, que los usan y después, muestran a los espectadores cómo han construido el episodio.
Está muy bien porque es bastante ilustrativo y es bueno que la gente lo vea como algo adicional a la propia serie. En España hay una serie de productores y directores que entienden lo bueno de los efectos a muchos niveles: en el narrativo, en el de producción... Cualquier serie tira de ellos aunque resulten imperceptibles.
Vosotros estáis ahora con la adaptación del libro La Catedral del Mar, ¿cómo se afronta ese proceso?
La serie va a tener muchísimos efectos visuales, es algo que se está imponiendo de forma evidente y va a ser una herramienta que va a estar muy presente en la narración.
Es un proyecto grandísimo que se inicia en septiembre y que va a durar hasta diciembre. Empezamos a trabajar en los efectos visuales mientras se rueda. Es un calendario complejo ya que hemos entrado en una fase en la que ya existe el guión y en la que ya hay un departamento de documentación que nos ha dado mucha información sobre cómo era Barcelona en el siglo XIV, momento en el que se desarrolla la serie. Tenemos material visual y descriptivo también un director de arte interno que ya ha empezado a trabajar haciendo bocetos y planteando planos.
El resto del equipo trabaja además de con el director de la serie, con el director de arte y con el de fotografía y les vamos enseñando el trabajo que vamos realizando. En este caso tenemos mucho tiempo y de momento sólo son ocho episodios.
¿Estáis compaginando La Catedral del Mar con otro trabajo? He visto que habéis participado también en Órbita 9, una película española que tiene una estética muy similar a la de Blade Runner.
Hemos terminado hace muy poco Zipi y Zape y ahora estamos trabajando en Órbita 9, que visualmente es la bomba. Además estamos con una comedia que se llama No culpes al Karma de lo que te pasa por gilipollas que es más pequeñita. Ahora tenemos mucho trabajo y hay que coordinar muchos equipos, pero es algo muy interesante.
¿Los efectos visuales son siempre un problema de dinero?
La clave está en el diálogo. Si comparas un producto español con algo de fuera siempre te llega eso de que tal película ha costado en Estados Unidos 100 millones de dólares y que aquí ha costado tres, y te preguntan: ¿Cómo puede ser? La cuestión es dialogar, tenemos una cantidad dinero y con eso podemos hacer esto que dice el guión. A partir de ahí hay que buscar la forma de contar la historia sin que nadie se arruine.
Con un episodio de Juego de Tronos se rueda aquí toda la temporada de El Ministerio del Tiempo...
Aquí se controla hasta el último euro. Tienes 10 para hacer esta película y no puedes pensar que en Estados Unidos lo hacen con 1.000. Si tienes 10 tienes que tratar de hacer lo que quiere el director por 10. Hay veces que se acerca a lo que se hace fuera de España y hay otras en las que hay que usar algún truco para que no se note tanto la diferencia.
¿Qué consejo le darías a la persona que trabaja con el material justo antes que tu para que no te afecte en el ritmo de trabajo?
Siempre estamos muy encima del proceso. Si el director de fotografía no ha iluminado bien un croma es un problema porque después nos supone más trabajo y puede que no lleguemos a tiempo, pero por eso estamos nosotros en el rodaje y controlamos que el croma esté bien iluminado. Con el montador ocurre lo mismo, vamos a hablar con él y si hay algo que a nosotros nos pueda entorpecer le pedimos que le dé una vuelta para que el trabajo sea más sencillo.
Has hecho películas, documentales, cortos: ¿qué diferencia hay a la hora de abordar un documental como Mapa a Zipi Zape?
Para Zipi y Zape necesitamos un equipo muy grande, planos en 3D y tener gente de producción que coordine a los que trabajan en el proyecto, es una bola gigante.
Mapa es algo mucho más personal y entra dentro de la categoría freelance, que podemos hacer una o dos personas. En ese proyecto estuve codo con codo trabajando con el director, León Siminiani. En este caso mi aportación se ve más en el montaje. En él, la relación entre director y montador va más allá del propio hecho de montar, se habla de cómo va a ser la estructura de la película. No es necesario estar delante del ordenador, puedo hablar con el director y decirle "vamos a buscar una textura, ¿qué película has visto con una textura así?" y vemos si podemos hacerlo igual. Para nosotros es fundamental mezclar los proyectos grandes con otros más pequeños que nos llenen el alma y con los que podamos trabajar a otro nivel.
¿Qué películas actuales consideras que tienen unos efectos buenos?
Open Windows de Nacho Vigalondo me parece una película maravillosa. Diferencio dos tipos: las invisibles y las efectistas. A nivel de efectos la que me ha fascinado es El libro de la selva.
Del otro tipo más indies me acuerdo de dos: Ex Machina, que tiene unos efectos maravillosos y, La Señal, que hace un uso muy inteligente de los efectos visuales y no están presentes para nada en la película. Es un mundo curioso, los efectos visuales no son explosiones, lo pueden ser todo.
¿Es más hito Star Wars: una nueva esperanza en los 70 o Avatar en el año 2000?
Para mí Star Wars porque es algo que no existía antes. Los pioneros tienen más valor, fueron unos visionarios que crearon algo de la nada. Con las primeras películas de Star Wars incluso hoy alucinas. Avatar tiene muchos avances técnicos; independientemente de que te pueda gustar más o menos la historia, a nivel de efectos es la bomba, pero yo por ejemplo ahora que han pasado unos años veo El Libro de la Selva y a nivel de efectos es mucho mejor que Avatar. Todo es importante, pero llegar el primero y hacer lo que hizo George Lucas no tiene comparación.