La historia de superación de la nadadora Diana Nyad
A sus 67 años, la nadadora Diana Nyad no sabe lo que es rendirse y no muestra signos de retirarse a corto plazo. Después de conseguir varios récords del mundo en natación de larga distancia o nadar durante 48 horas en una piscina en Times Square, su próximo aventura es EverWalk. Esta iniciativa consiste en organizar una serie de caminatas a lo largo de Estados Unidos para concienciar a la gente de los beneficios de tener una vida más activa. La primera cita será en octubre y completará el trayecto Los Ángeles-San Diego —235 kilómetros— en siete días. A partir de ahí, vendrán otras rutas ya programadas para 2017 como la Washington DC-Philadelphia o Boston-Nueva York.
Con este nuevo proyecto, esta norteamericana podrá hacer gala de su afán de superación, como ya mostró en el que quizás fuese su mayor reto: ser la primera en nadar la distancia que separa Cuba de Florida. Tras cuatro intentos fallidos y a los 65 años de edad, Diana Nyad llegaba el 2 de septiembre de 2013 a la costa de Key West, en Florida, después de 54 horas de travesía en alta mar desde La Habana. Se convertía en la primera persona que completaba el recorrido de 110 millas (180 km) sin ningún tipo de protección especial ante los tiburones.
Era la quinta ocasión en la que la nadadora estadounidense se lanzaba al agua para intentar lograr la hazaña. La primera fue en 1978, con 28 años, y tuvo que abandonar porque los fuertes vientos no cesaban de empujarla. Parecía que ese sería el final, pero 33 años después, tras la muerte de su madre, Nyad decidía volver a intentarlo en agosto de 2011. Según sus propias palabras, era incapaz de quedarse en casa sentada sabiendo que podía y quería cumplir su sueño de completar la travesía Cuba-Key West —en la costa de Florida—.
Tampoco pudo ser. En este segundo intento, un ataque de asma la obligó a retirarse. Pero volvió a probar un mes después, viviendo una de las experiencias más duras de su vida. Tras 41 horas nadando tuvo que abandonar por picaduras de medusa cubozoa, cuyo veneno puede ser mortal. El 90% de las personas que las sufren mueren o quedan paralizadas. Después de la primera picadura en el antebrazo, Nyad continuó durante toda la noche hasta que recibió una segunda en el cuello que le impedía respirar.
Dos tormentas y nueve picaduras de medusa le impidieron continuar en 2012 cuando lo intentaba por cuarta vez. Y en septiembre de 2013 por fin lo consiguió. No fue un camino fácil, como cuenta la nadadora en sus intervenciones en Ted Talks (charlas en las que personalidades de diferentes ámbitos relatan sus historias de superación y abordan temas de actualidad). Náuseas, dolores e incluso alucinaciones no fueron suficientes para desanimar a Nyad, que en ningún momento de la travesía se planteó abandonar. Cuando llegó a la playa de Florida, con apenas fuerzas para caminar, tuvo tiempo de dar tres mensajes a los presentes: "Nunca os rindáis", "Nunca se es demasiado viejo para perseguir un sueño" y recordó que la natación "parece un deporte individual cuando en realidad es el fruto de todo un equipo".
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