Simone Biles, la gimnasta estadounidense a la que comparan con Nadia Comaneci

Simone Biles, la gimnasta estadounidense a la que comparan con Nadia Comaneci

REUTERS

Nadia Comaneci fue la perfección. La gimnasta rumana logró en las barras asimétricas de los Juegos Olímpicos de Montreal el primer ejercicio perfecto de la historia. Y, con sólo 14 años, firmó otras seis actuaciones de 10 y se colgó tres oros. Una deportista irrepetible... ¿o no tanto?

Los expertos en gimnasia tienen estos días toda su atención centrada en una gimnasta de 19 años y 1,45 de altura: la estadounidense Simone Biles. Muchos la comparan ya y reiteradamente con Comaneci. Es la reina indiscutible de la gimnasia artística desde 2013, un año después de las anteriores Olimpiadas, y aseguran que podría llevarse el oro en cinco de las seis pruebas que figuran en su programa de Río.

Eso significa que arrasaría en todos salvo en barras asimétricas, el punto débil de alguien que para muchos está dejando de ser una simple mortal. Porque algunos expertos ya dicen que cambiará la gimnasia para siempre y que los Juegos de Río serán la prueba. De momento, Biles es ya la primera gimnasta de la historia que gana tres títulos mundiales consecutivos en el programa completo, a los que se suman otros siete por equipos o aparatos.

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Simone "es sin duda la gimnasta con más talento que he visto jamás y creo que solo ha mostrado una fracción de lo que puede hacer, es imbatible", ha asegurado con admiración su compatriota Mary Lou Retton, campeona olímpica en Los Ángeles 1984.

UNA INFANCIA COMPLICADA

Todo ello pese a que su infancia no le predestinaba a este dorado destino. Ahogada en la droga y el alcohol, su madre la descuidó -a ella y a sus otros siete hijos- y los servicios estatales de la ciudad de Columbus, en Ohio, tuvieron que intervenir.

Con sólo tres años, Simone y su hermana Adria se fueron a vivir a Spring, cerca de Houston, con su abuelo materno, Ron, y su esposa Nellie, quienes un tiempo después las adoptaron oficialmente. Tras empezar a practicar la gimnasia a los seis años, fue descubierta dos años más tarde por Aimée Borman, su entrenadora hasta el día de hoy.

Más allá de la explosividad y de la gracia que le permiten realizar los ejercicios más difíciles, la principal baza de Biles es su fuerza mental. "Un día decidió que sería una gran gimnasta y desde entonces lo ha hecho todo para lograrlo", explicó Borman recientemente al semanario Time.

Su infancia le preparó para este desafío. La gimnasta sigue en contacto con su madre biológica, que le llama por su cumpleaños o durante las fiestas de fin de año, pero ha pasado página.

"ANTES ME PREGUNTABA QUÉ HABRÍA SIDO DE MI VIDA"

"Cuando era más pequeña me preguntaba qué habría sido de mi vida si no hubiese pasado nada de esto. A veces todavía me pregunto si (su madre biológica) se arrepiente y querría haber hecho las cosas de manera diferente, pero evito plantearme estas preguntas porque no las tengo que responder yo", afirmó.

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Biles sorprende también por lo distendida que parece durante la competición y la alegría que muestra en los entrenamientos, algo que al principio no le gustaba nada a Martha Karolyi, directora del equipo de Estados Unidos y esposa de Bela, el entrenador que condujo a Comaneci a sus cinco títulos olímpicos en Montreal 1976 y Moscú 1980.

"Me decía 'cálmate un poco' pero entendió que lo necesitaba para sentirme bien", recuerda. El secreto de la mujer que eclipsó por completo a Gabby Douglas, la otra prodigiosa gimnasta negra estadounidense y bicampeona olímpica en 2012 (concurso completo individual y por equipos), es tal vez que tiene la impresión de estar viviendo un sueño despierta.

"Cuando gané mi primer título en 2013, estaba estupefacta, no me creía capaz; empecé a creer más en mí en 2014, cuando me dije: 'A lo mejor soy buena después de todo'. ¿Pero de ahí a participar en los Juegos Olímpicos? Es simplemente alucinante", afirmó.