Trump cuestiona la legitimidad de las elecciones y los republicanos no dicen nada
El candidato republicano a las elecciones estadounidenses, Donald Trump, parece haber decidido que sólo perdería los comicios de noviembre si se amañaran. Por tanto, ha vuelto a llevar a los dirigentes del Partido Republicano a un callejón sin salida.
Pueden defender a su candidato e impugnar la integridad de las elecciones en Estados Unidos o pueden desatar la ira de millones de seguidores de Trump que se creen su discurso de unas elecciones amañadas.
De momento, la respuesta mayoritaria ha sido el silencio.
Los dos principales miembros del Partido Republicano —Paul Ryan, presidente de la Cámara de Representantes por Wisconsin, y el senador Mitch McConnell por Kentucky—, que han apoyado a Trump, se negaron a hacer declaraciones. Lindsay Walters, portavoz de Reince Priebus (presidente del Comité Nacional Republicano), le devolvió la pelota a Trump: "Yo preguntaría a los dirigentes de la campaña qué querían decir".
Los dirigentes de la campaña de Trump no respondieron a la petición de aclaración por parte de la edición estadounidense del HuffPost. Pero, el pasado lunes, en el ayuntamiento de Columbus (Ohio), Trump confesó a su audiencia: "Tengo que ser sincero, me temo que van a amañar las elecciones".
Más tarde, en una entrevista con la cadena Fox News, Trump insinuó que en 2012 se había producido un fraude electoral y que lo más probable es que ocurriera otra vez. "Os lo advierto, debemos tener cuidado el 8 de noviembre, porque van a amañar las elecciones. Espero que los republicanos estén atentos o, si no, nos van a arrebatar [la victoria]", explica en la entrevista.
El martes, de nuevo en Fox News, Trump se quejó de que los juzgados estuvieran derogando las leyes sobre el documento de identificación de los votantes tachándolas de discriminatorias porque esto aumenta las probabilidades de fraude electoral. "La gente va a entrar y puede que vote 10 veces. ¿Quién sabe? A lo mejor van a votar 10 veces", reflexiona Trump.
La candidata demócrata, Hillary Clinton, calificó los comentarios de Trump de irresponsables para un candidato presidencial. "Incluso para un teórico de la conspiración como es Trump, resulta patético. Y peligroso", opina Brian Fallon, portavoz de la campaña electoral de Clinton.
Un miembro del Comité Nacional Republicano que decide permanecer en el anonimato no pudo defender a Trump: "¿Qué quieres que digamos?".
Parece que las alegaciones de Trump —para las que no ha ofrecido ninguna prueba— se deben al consejo del ex asesor principal de la campaña, Roger Stone.
"Creo que el fraude electoral está generalizado, pero lo primero que tiene que hacer Trump es empezar a hablar sobre el fraude sin parar", recomienda Stone en la página web conservadora Breitbart.
"Por ejemplo, lo que tiene que decir es: 'Voy ganando en Florida, todas las encuestas lo demuestran. Si pierdo en Florida, sabremos que el fraude electoral existe. Si hay fraude electoral, las elecciones serán ilícitas, la elección del ganador será ilegal, habrá una crisis constitucional, se desatará la desobediencia civil y el Gobierno dejará de ser el Gobierno", explica Stone. "Creo que [Trump] tiene que advertirles de que la toma de posesión será retórica y que cuando hablo de desobediencia civil no hablo de violencia, pero, aun así, será una masacre. El Gobierno dejará de funcionar si intentan amañar las elecciones y si nombran a Hillary. No, no lo toleraremos. No lo toleraremos".
Al igual que Trump, Stone aludió a las elecciones de 2012 y de Ohio en particular. Habló de cuando el estratega del Partido Republicano, Karl Rove, perdió los papeles en el plató de Fox News al negarse a creer las cifras que le daban la victoria a Obama en ese Estado.
"Estaba tan seguro de ello porque estaban compradas. Sabía que tenía que haber tongo. Por eso, la única conclusión a la que llego es que hay veces en las que las cosas no se quedan así. Puede que Obama ofreciera algo mejor", sugiere Stone.
La teoría de que los demócratas habían amañado las elecciones para ganar en Ohio fue una de las favoritas de los conspiranoicos de internet después de la reelección de Obama. En respuesta, el Secretario de Estado de Ohio, el republicano Jon Husted, llevó a cabo una exhaustiva investigación que llegó a la siguiente conclusión: de los 5,6 millones de votos emitidos, sólo 135 podían haber sido producto de un posible fraude. La mayoría fueron casos de personas que trataron de votar dos veces y unas 24 personas se registraron para votar en Ohio además de en otro Estado.
Este martes, Husted declaró a The Huffington Post que aunque los demócratas se equivocan al decir que los republicanos habían entorpecido el proceso de voto, "Donald Trump se equivoca al decir que el sistema estaba amañado. Ohio es un Estado en el que votar es fácil y hacer trampas, difícil".
La denuncia de unas elecciones amañadas es sólo la última declaración de Trump de la que el resto de republicanos han intentado distanciarse. Sus comentarios hacia los padres de un soldado musulmán del Ejército de Estados Unidos que murió en Irak, sus ataques racistas contra un juez estadounidense de origen mexicano que llevaba el caso en el que se acusaba de fraude a Trump, y sus comentarios sobre las mujeres han provocado que el resto de miembros del Partido Republicano rechacen la opinión de su candidato presidencial.
Nota del editor: Donald Trump a menudo incita a la violencia, es un mentiroso compulsivo, un xenófobo, un racista, un misógino y un agresivo que ha prometido en repetidas ocasiones que prohibirá la entrada a todos los musulmanes —1.600 millones de personas pertenecientes a una misma religión— a Estados Unidos.
Este artículo fue publicado originalmente en la edición estadounidense de 'The Huffington Post' y ha sido traducido del inglés por Irene de Andrés Armenteros.