Tras los atentados, Baviera exige poner límite a la inmigración y rechaza la seguridad de Merkel
El primer ministro de Baviera, Horst Seehofer, reclamó este sábado de nuevo poner límites a la inmigración, tras los dos atentados islamistas cometidos por refugiados en ese estado alemán, y rechazó la seguridad y la confianza de la canciller, Angela Merkel.
Después de los ataques perpetrados en Würzburg y Ansbach, Merkel compareció ante los medios esta semana y reiteró la frase que pronunció hace once meses, en plena crisis por los refugiados -"lo conseguiremos"-, una afirmación que Seehofer aseguró que no puede compartir "por mucho que quiera". En rueda de prensa, el líder de la Unión Socialcristiana (CSU), el ala bávara de la Unión Cristianodemócrata (CDU) que preside Merkel, advirtió de que "la limitación de la inmigración es una condición previa para la seguridad" del país.
El año pasado entraron a Alemania, principalmente por la frontera bávara con Austria, cerca de 1,1 millones de solicitantes de asilo y este año, aunque las cifras han bajado de forma importante, han llegado 222.000 peticionarios en el primer semestre. El Gobierno de Baviera, reunido esta semana, ha reclamado "seguridad, transparencia, ley y orden" en la política de asilo, convencido de que la amenaza yihadista es elevada.
La policía bávara será reforzada con 2.000 nuevos agentes en los próximo cuatro años y con nuevas armas, vehículos blindados y cascos y chalecos antibalas, y se incrementará la videovigilancia en estaciones y otros espacios públicos.
Las autoridades de este Land han reclamado además al Gobierno federal, del que la CSU es socio, reforzar las fronteras nacionales, garantizar que todos los solicitantes de asilo son identificados antes de permitir su entrada en el país y agilizar las expulsiones.
LA ULTRADERECHA ALEMANA
El atentado cometido en Ansbach por un solicitante de asilo sirio que detonó una bomba junto a un festival de música e hirió a quince personas y el ataque con un hacha perpetrado días antes por un menor refugiado afgano en un tren en Würzburg, reivindicados por el Estado Islámico, han dado reavivado también las críticas del los populistas de derechas de Alternativa para Alemania (AfD).
Según informó hoy el diario Bild, desde los atentados crecen las afiliaciones a este partido, que cuenta ya con 24.000 militantes.
"Cuanto peor es el desarrollo del terrorismo y de la crisis de los refugiados y es más evidente que la señora Merkel no tiene ninguna solución, más gente se acerca a nosotros", señaló Jörg Meuthen, uno de los dirigentes de AfD.
La crisis de los refugiados ha impulsado las expectativas de voto de esta formación, nacida en 2013 y que ha cosechado destacados resultados en diversos comicios regionales apoyada en un discurso de tintes xenófobos.