Siete razones por las que Málaga lidera los rankings de calidad de vida
La Comisión Europea situó en enero a Málaga entre las diez urbes con mayor calidad de vida del continente. Mucho antes, el Nobel de Literatura Vicente Aleixandre ya había dedicado un poema a la localidad titulado Ciudad del Paraíso. En él describía, entre otras cosas, "calles apenas, leves, musicales" y "jardines donde flores tropicales elevan sus juveniles palmas gruesas".
En su ránking de calidad de vida, que encabezaba Oslo, la Comisión Europea analizaba aspectos como el estado de las infraestructuras y servicios, las oportunidades laborales, la situación de la vivienda, la integración de los extranjeros y el sentimiento de seguridad.
Pero, ¿qué tiene Málaga que a tantos enamora? Aquí te damos siete razones.
El tiempo del que disfruta Málaga es una base excelente para todo lo demás. Goza de una temperatura media de 18,5 grados y de 2.815 horas de sol al año. La suavidad del tiempo lo demuestran datos como que la temperatura máxima media en agosto es de 25,4 grados y que la mínima media de enero es de 11,9.
La ciudad tiene, de hecho, uno de los inviernos más calidos de Europa. No en todos los lugares se puede disfrutar de una temperatura media diurna de unos 18 grados entre diciembre y febrero. Además, los montes que rodean la localidad cierran el paso a los vientos fríos del norte.
Málaga tiene cerca de 550.000 habitantes y casi 4.000 establecimientos de hostelería, de los que más de 1.000 son restaurantes. Esos datos dan una idea de la importancia que la gastronomía tiene en la localidad.
El tapeo por las calles del centro es un imprescindible, al igual que el pescaíto frito, uno de los grandes atractivos de la zona. Mención aparte merecen los famosos espetos, un plato típico de la cocina malagueña que consiste en ensartar pescado, normalmente sardinas, en cañas para asarlo con leña junto a la arena de la playa. En la ciudad hay hasta una escultura dedicada a esta delicia, muy típica de chiringuitos, bares y terrazas.
Y, claro, lo suyo es acompañarlo todo con los famosos vinos malagueños, alrededor de los que giran muchas vinotecas o bodegas históricas, como el célebre El Pimpi, situado en la calle Granada y una parada obligatoria para los famosos que pasan por la ciudad.
La ciudad de Málaga ha duplicado en una década su número de hoteles, viajeros y pernoctaciones. Según Hosteltur, en la capital hay 104 hoteles y 9.823 plazas hoteleras. Málaga es hoy tercera ciudad en España en ocupación (71%) y los hoteles de tres y cuatro estrellas representan el 63% del total de camas de hotel.
En cuanto a las cinco estrellas, la ciudad cuenta con el Vincci Selección Posada del Patio, situado en el centro histórico, sobre los cimientos de una de las últimas posadas de Málaga. En su interior hay incluso una parte de la antigua muralla de la ciudad.
A toda esa oferta hotelera se puede acceder a través de Booking.com, un portal que también muestra que no todo son hoteles en Málaga, que cuenta con unos apartamentos espectaculares. Una muestra de ello son los Spain Select Calle Nueva Premium Apartments, con una llamativa decoración, muebles contemporáneos, paredes coloridas y una terraza que habla por sí sola:
Málaga se ha convertido en los últimos años en una auténtica capital de los museos. Recibió su espaldarazo en marzo de 2015, cuando se inauguró el Pompidou, la primera sucursal extranjera del famoso museo de París. Allí se pueden ver obras de Picasso, Giacometti, Frida Kahlo, Brancusi, Bacon, Magritte, Boltanski, De Chirico o Baselitz.
En la ciudad está muy presente la figura de Pablo Picasso, quizá el malagueño más universal. Hay varias pinacotecas dedicadas al artista, aunque la que más sobresale es el Museo Picasso, que alberga obras como Acróbata, Bañista o Jacqueline sentada.
También en el centro de la ciudad se encuentra el Museo Carmen Thyssen, con obras de Zurbarán, Sorolla, Zuloaga o Julio Romero de Torres. Y ahí no acaba todo. Célebre es también el Museo Automovilístico, una colección de casi 100 coches antiguos y exóticos.
Un paseo por el centro de Málaga da idea del patrimonio que alberga la capital. Desde la terraza del famoso El Pimpi se puede disfrutar de vistas al Teatro Romano, que tiene sus orígenes en el siglo I a. C.
Muy cerca de allí está la célebre Alcazaba, una fortificación palaciega de la época musulmana desde la que se puede contemplar una magnífica vista de Málaga.
Un poco más arriba está el castillo de Gibralfaro, una fortificación catalogada como Bien de Interés Cultural desde la que también se obtiene una imponente perspectiva de la ciudad.
Y, por supuesto, la peculiar catedral, conocida como La manquita porque está inacabada: le falta el remate de la fachada principal y completar la torre sur. Aún así está considerada una de las joyas renacentistas de Andalucía.
Pasear por Málaga es descubrir sus rincones. Por ejemplo, el curioso Pasaje Chinitas, una pintoresca vía peatonal junto a la Plaza de la Constitución y muy cerca de la animada calle Larios, llena de tiendas.
Otro rincón imprescindible es el Parque de Málaga, un auténtico oasis cerca del centro considerado uno de los parques públicos más importantes de Europa por su flora exótica.
Y, por supuesto, las 15 playas de la ciudad, entre las que destaca por su fama La Malagueta, con su más de 1.200 metros de longitud.
Menos accesible, pero también espectacular, es el mirador del Parador de Málaga, desde donde se puede comer con unas vistas inigualables.
Otra de las grandes ventajas de Málaga son sus buenas conexiones: tiene estación de AVE, con el que se tardan dos horas y media en tren a Madrid, y el tercer aeropuerto más importante de la España peninsular, sólo superado por los de Madrid y Barcelona. En él operan más de sesenta compañías aéreas que enlazan diariamente con veinte ciudades españolas y más de cien europeas. Y, claro, tiene también conexiones por autovía con Madrid y las demás capitales andaluzas.
