Grecia, un año después del 'no' a la austeridad (que al final fue un 'sí')
Hace un año que los griegos votaron 'oxi' (no) a las medidas de austeridad que les imponía la Troika y que cerraron sus bancos durante tres semanas. Hace algo menos de un año que los helenos vieron cómo su primer ministro, Alexis Tsipras, claudicaba ante el Eurogrupo y aceptaba un paquete de medidas para un tercer rescate. Desde entonces, estas medidas se han ido poniendo en marcha y ha aumentado la desafección política, la precariedad y la austeridad. Este tercer rescate tendrá una duración de tres años y será de 86 millones de euros.
A su llegada al poder, Syriza prometió una subida del salario mínimo, reformar impuestos, devolver pagas extras a los funcionarios o renegociar la deuda. Tras año y medio de legislatura con dos elecciones generales ganadas, la situación es completamente diferente a la esperada. La deuda, las exigencias y la presión del Eurogrupo, la llegada masiva de refugiados o el paquete de medidas para el tercer rescate han ahondado la situación de austeridad y malestar social en la que se encontraba el país. Ni siquiera un partido totalmente a la izquierda del espectro político con economistas socialdemócratas de la categoría de Yanis Varoufakis - hasta hace un año - o Euclides Tsakalotos ha sabido hacer frente a estos retos.
Hoy, los griegos siguen aguantando con toda la dignidad que pueden. Entre la mayoría de los helenos se masca la misma sensación de decepción con el - ya semi- nuevo Gobierno. Los bailes sirtakis que celebraban el peleado 'OXI' (un 63%) en julio del año pasado a los pies del Parlamento en la plaza Syntagma han quedado en el recuerdo para volver a dar paso a las protestas, cargas policiales y los gases lacrimógenos. ¿Cómo se ha llegado a esta situación?
LA REFORMA DE LAS PENSIONES Y LA REFORMA FISCAL
Dentro del paquete de medidas para el tercer rescate se encontraban la reforma de las pensiones y la reforma fiscal. Ambas se han llevado a cabo a lo largo de este año. Su aprobación derivó en la primera de muchas huelgas contra la austeridad bajo el mandato de Tsipras.
Las reforma de las pensiones supone un recorte de las pensiones suplementarias y futuras, la subida de la edad de jubilación a los 67 años, una nueva base de cálculo, el establecimiento de una pensión garantizada de 384 euros y la reducción de la pensión máxima. Por otro lado, la reforma fiscal significa una subida del impuesto de la renta y el incremento de los impuestos indirectos como el IVA. De esta manera se espera recaudar otros 3.600 millones de euros. Además, el Gobierno griego renunció a que se reestructurase la deuda, una condición que había estado presente en el discurso de Tsipras durante toda la campaña. Se acabaron las líneas rojas de Syriza.
Huelga general en noviembre contra las medidas del Gobierno
LA DESAFECCIÓN CON EL GOBIERNO DE TSIPRAS
Al contrario que pasaba días antes del referéndum, desde la aprobación del nuevo paquete de medidas, Tsipras y su partido no han dejado de perder apoyos. El 15 de junio de este año, miles de personas salieron a las calles para pedir la dimisión del Gobierno por las últimas reformas.
Aunque en Grecia la experiencia enseña que no son muy fiables las encuestas - ya se vio con la victoria de Tsipras y del ‘no’ en el referéndum-, algunas de ellas como la de Metron Analysis o la de Alco, han dado en ya como vencedor al partido conservador Nueva Democracia, seguido de la formación de Tsipras y de los neonazis de Amanecer Dorado.
Otros sondeos señalaban ya en febrero que el 85% de los griegos están insatisfechos con el funcionamiento del Gobierno. Incluso entre los votantes de Syriza, un 71% de ellos se muestran decepcionados con las nuevas políticas. Además, el nuevo líder conservador, Kyriakos Mitsotakis (Nueva Democracia) supera en popularidad ya a Tsipras (un 35% frente a un 23%).
LA CRISIS DE LOS REFUGIADOS
Grecia ha sido, sin duda, uno de los países de la Unión Europea más afectados por la llegada masiva de los refugiados. La arena de sus playas es el primer suelo de la UE que pisan muchos de los demandantes de asilo que llegan desde Turquía. Es una de las rutas más utilizadas. Iraquíes, afganos, sirios... llegan a Europa sin ningún tipo de papeles y, durante unos meses, se quedan en un limbo deambulando por las playas de Kos o Lesbos, el puerto de El Pireo o la plaza de Omonia. En los últimos meses los han ido trasladando a diferentes centros de acogida, levantando así muchos de los campamentos improvisados.
Una lancha de refugiados en la playa de Lesbos (Grecia), en junio de este año
Mientras, algunos ultraderechistas y dueños de los comercios que hay alrededor de las principales plazas de Atenas, han instado a Amanecer Dorado a tomar medidas para acabar con esa situación. Con el acuerdo entre la UE y Turquía -el llamado 'pacto de la vergüenza'- , ha ido disminuyendo progresivamente el número de refugiados que llegaba al país, aunque algunos siguen atrapados entre sus fronteras esperando respuestas burocráticas. A pesar de eso, la solidaridad de la mayoría de los griegos no tiene límites. Por eso muchas personas ayudan a los refugiados, les asesoran, les proporcionan comida, ropa o productos básicos.
Campamento de refugiados de Idomeni, en Grecia
DESEMPLEO
Según datos publicados por Eurostat, Grecia es el país con más desempleo de la Unión Europea. Los últimos datos oficiales, en marzo de 2016 la cifra rondaba el 24% (en España la tasa en el mismo mes fue de un 20%. Además, según un estudio del banco central griego, el país está viviendo una de las peores fugas de cerebros desde que comenzó la crisis. Cerca de medio millón de personas han emigrado en busca de futuro desde 2008.
LA CRISIS EN SYRIZA
Desde que Tsipras agachó la cabeza ante el Eurogrupo el 13 de julio, ha habido una crisis interna en el partido y una escisión entre los sectores moderados y los radicales. Comenzó con la dimisión del ministro Yanis Varoufakis un día después del referéndum, y con las posteriores críticas de varios miembros del partido que formaron una nueva coalición: Unidad Popular; que según las encuestas tiene un 3% de los votos.
El referéndum de Grecia ha sido uno de los muchos retos a los que se enfrenta la Unión Europea en los últimos años. A la deuda y desafección griega, se suma ahora el Brexit y los debates sobre el futuro de los -ahora- 27. El peligro ahora es que el Brexit se contagie a otros países europeos, y Grecia es muy propensa a enfermar.