Día mundial contra el Trabajo Infantil: Niños que no consiguen ser niños
"El mundo trata a los niños pobres como si fueran basura, a los niños ricos como si fueran dinero y a los del medio, a los que no son ni pobres ni ricos, el mundo los tiene bien atados a la pata del televisor para que desde muy temprano acepten como destino la vida prisionera. Mucha magia y mucha suerte tienen los niños que consiguen ser niños". Leo estas palabras de Eduardo Galeano y me vienen a la mente las imágenes de niños trabajando en los inmensos basureros de medio mundo. Trabajo, basura, pobreza. Degradación humana hasta el límite con los niños como protagonistas.
Los hemos visto en esos basureros, pero también en las minas bolivianas de oro y plata de Potosí, Oruro y La Paz; en las ladrilleras de la India o Camboya; en las fábricas de curtidos de Egipto; en los cafetales de Guatemala; en las plantaciones de té de Bangladesh; y en las de azúcar de Brasil; en trabajos domésticos de muchos estados árabes; en las calles y plazas de países africanos, latinoamericanos y asiáticos realizando las más variopintas labores...
La lista abarca hasta 90 países donde trabajan 168 millones de niños y niñas. Esta situación constituye una violación fundamental de los derechos de la infancia. Son trabajos que les privan de su niñez, pone en riesgo su potencial y dignidad, les perjudica en su desarrollo físico y psicológico e interfiere en su escolarización, multiplicando las desigualdades y reforzando los ciclos intergeneracionales de pobreza.
Por fortuna, las buenas noticias también existen en este dramático panorama. En los últimos 15 años el trabajo infantil se ha reducido en un 32%. Además, se ha producido un importante avance en todo lo que tiene que ver con las grandes corporaciones de marcas mundialmente conocidas, que han sido durante décadas tristes protagonistas de la explotación infantil.
Como señala Guy Ryder, director general de la Organización Internacional del Trabajo, "el trabajo infantil no tiene cabida en mercados que funcionen bien y estén bien regulados, ni en ninguna cadena de producción. El mensaje de que el trabajo infantil ya no puede ser tolerado y debe ser combatido con urgencia fue confirmado por los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Actuando juntos, podemos hacer del futuro del trabajo un futuro sin trabajo infantil". El sector empresarial vuelve a tener, por tanto, un papel protagonista y un enorme potencial para contribuir a la lucha contra esta lacra.
Es imperativo que las grandes empresas sean capaces de controlar sus cadenas de suministro, que se establezcan y siempre utilicen estrictos mecanismos de verificación de edad durante el proceso de contratación, que existan arraigadas políticas de compromiso en las más altas instancias de las compañías o que se desarrollen códigos de conducta y practicas responsables para fabricantes y proveedores.
LA FORMACIÓN ES CLAVE
Desde UNICEF, con la colaboración y el apoyo de algunos sus principales aliados corporativos, trabajamos por una adecuada formación a los jóvenes y adolescentes, para que dispongan de las herramientas necesarias para desarrollar todo su potencial en su vida adulta, disponer de un trabajo digno y contribuir al desarrollo sostenible de sus comunidades.
La exclusión, la pobreza y la vulnerabilidad son el caldo de cultivo del trabajo infantil. UNICEF hace hincapié en que las acciones para luchar contra esa situación deben estar tan relacionadas entre sí como sus causas.
Esto incluye apoyar a las familias, mejorar la calidad de la educación, evitar la violencia en el hogar y en las escuelas, abordar la pobreza y la inequidad, y poner en tela de juicio la aceptación cultural del trabajo infantil por parte de las comunidades, a fin de que los niños puedan disfrutar del tipo de infancia que los progenitores de todo el mundo aspiran a ofrecerles.
Erradicar el trabajo infantil debe ocupar un puesto prioritario en la nueva agenda mundial. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible abordan esta problemática de manera firme.
En el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, queremos volver a subrayar que esta problemática requiere una respuesta integrada, efectiva y sostenible, y debe ser abordada de manera global y transversal. Para ello, resulta fundamental un enfoque integrado de los gobiernos, las organizaciones internacionales, la sociedad civil, el sector privado, y los niños y sus familias.
Es intolerable que todavía hoy, 1 de cada 6 niños y niñas vean sus derechos vulnerados, asumiendo una vida adulta antes de tiempo. Es inadmisible que 168 millones de niños no consigan ser niños.