Llegan a España los primeros refugiados de Grecia e Italia, ¿y ahora qué?
Ha costado. Pero empiezan a llegar. Este martes aterriza en España un grupo de 20 refugiados procedentes de Grecia. El miércoles llegarán otros 28 desde Italia. Un gran logro; teniendo en cuenta que hasta ahora España sólo había acogido a 18 de los 16.000 refugiados que se comprometió a recibir hace seis meses. Son muchos los retos a los que se enfrentan a su llegada: ¿Cómo integrarse en un país nuevo, con otras costumbres y una cultura diferente? ¿Dónde van a vivir? ¿Qué pasará con la escolarización de los niños? ¿Cómo conseguir trabajo?
"Aún no sabemos con claridad dónde irán los grupos que llegan. Nosotros acogemos a seis iraquíes en Zaragoza", explica Jose Javier Sánchez, responsable de Migraciones de la Cruz Roja a El Huffington Post. Será su organización, junto con la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) y la ONG Accem son los que se encargarán de recibir a los grupos, alojarlos y ayudarlos en el proceso de integración.
El ministro de Interior, Jorge Fernandez Díaz, confirmaba este lunes que Cataluña acogerá a otros diez demandantes de asilo, y que el objetivo del Gobierno es que a finales de junio hayan venido a España un total de 586 refugiados. Está previsto que 150 de ellos vengan desde Grecia y un total de 32 desde Italia, en ambos casos dentro del programa europeo de reubicación.
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Los refugiados en la cola de facturación en el aeropuerto de Atenas antes de partir hacia Madrid.
SUS PRIMEROS PASOS EN ESPAÑA
Una vez que los refugiados aterricen en Barajas, "los recogemos con un traductor y los trasladamos, en nuestro caso a Zaragoza", explica Sánchez. Allí vivirán en un centro de acogida, "que es un piso bastante grande", donde recibirán asesoramiento legal sobre todos los trámites que tengan que hacer, "sobre todo la petición de asilo". También se les proporciona apoyo psicológico, algo que según señala Sánchez es "fundamental, teniendo en cuenta que han vivido de todo para llegar hasta aquí, un país donde esperamos que puedan integrarse".
Las organizaciones se centran que en los seis primeros meses tengan sus "necesidades básicas cubiertas". Recibirán clases de español, alimentación, formación para su integración y orientación en la búsqueda de empleo. Todo ello proporcionado y supervisado por estas organizaciones sin ánimo de lucro. "En cuanto a la escolarización de los niños, procuramos que sea lo antes posible, pero también hay que tener en cuenta sus conocimientos y a veces es necesario que den clases de refuerzo", asevera Sánchez.
Pasados los primeros seis meses, se pasaría a una segunda etapa en la que los demandantes de asilo vivirán en un piso alquilado por ellos con apoyo económico y ayudas para su manutención. El asesoramiento legal y la ayuda psicológica seguirán siendo fundamentales en este tramo de su integración. Además, comienza a ponerse el foco en su integración laboral. Tienen asistencia para la búsqueda activa de empleo y continúan teniendo pleno derecho a un asesoramiento legal y psicológico.
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Los refugiados, en la cola de facturación en el aeropuerto de Atenas antes de partir hacia Madrid.
NO LES RECONOCEN SU FORMACIÓN
Uno de los problemas con los que se encuentran tanto los refugiados como las organizaciones que los asesoran a la hora de buscar empleo, es el reconocimiento de la formación que recibieron en su país. Muchos de ellos son personas cualificadas y formadas en cursos y universidades, pero el Ministerio de Educación tiene que reconocer esta formación para que sea oficial en nuestro país. "Nosotros intentamos facilitarles el proceso e insistimos en que este reconocimiento es importante, pero para que lo admitan en el Ministerio necesitan un certificado que detalle sus estudios, asignaturas... Todo. Es difícil que cuando lleguen a España lleven ese certificado encima", señala el responsable de Cruz Roja. Su organización ha pedido en varias ocasiones que se solucione este problema a través, por ejemplo, de un examen o una prueba de conocimiento.
Una vez que se pasa esta segunda etapa, a los doce meses de su aterrizaje en España, comienza una "fase de independencia", donde se da por hecho que han tenido una integración básica y la ayuda comienza a hacerse de forma más puntual. "Hay que tener en cuenta que después de lo que han pasado, muchos de ellos tienen una gran capacidad para buscarse la vida por sí solos", destaca Sánchez, "aunque hay que tener en cuenta que estos son los plazos que establece el ministerio. Cambian dependiendo de la situación de cada uno".
Las ayudas públicas para que este proceso sea posible, provienen del Ministerio de Empleo y Seguridad Social. "Gracias al Real Decreto aprobado en septiembre para ampliar los fondos de estas ayudas, de momento este proceso de integración es posible. En Cruz Roja hemos pasado de tener 195 plazas para acoger a los refugiados en julio del año pasado, a las 798 que tenemos hoy", asegura Sánchez; aunque señala que de momento han llegado pocos, "si llegasen grupos más numerosos, estas ayudas se tendrían que seguir ampliando".
¿FUNCIONA?
Todo suena muy bonito pero ¿funciona? "Es el mayor reto que tenemos", dice Sánchez. Su organización ha llevado a cabo este proceso durante 30 años y han notado que "cuando no había crisis, se conseguían las cosas antes". "Ahora, con el desempleo, es muy difícil encontrar trabajo. La tasa de inserción que tenemos nosotros ronda el 30%. Es un buen dato teniendo en cuenta la situación", concluye.
Por su parte, la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) espera que la llegada de estos grupos de refugiados a España "se convierta en el impulso del proceso de reubicación". Según esta organización, "el sistema de acogida en España está preparado para ello, pero es necesario que los Estados Europeos pongan los medios necesarios para que a las personas que llegan a Europa en busca de asilo se les informe y se les ofrezca la posibilidad real de participar en este programa".
