El gran incendio de Canadá, en imágenes
Solamente las condiciones meteorológicas pueden detener el gigantesco incendio forestal que ha consumido ya 161.000 hectáreas de bosque boreal en el noroeste de Canadá y que, según reconocen ahora las autoridades, seguirá activo durante meses.
En las últimas horas el incendio, que se inició hace una semana por causas todavía desconocidas, está avanzando más lentamente gracias a la fina lluvia que empezó a caer en la región de Fort McMurray y la llegada de un frente polar que ha provocado el descenso de las temperaturas. Pero el incendio sigue fuera de control y creciendo hacia el noreste de la provincia.
Los equipos que combaten el incendio volvieron a reconocer hoy que la única forma de controlar las llamas es con la ayuda de varios días de fuertes lluvias, lo que no está previsto de momento en los partes meteorológicos.
Las llamas, que el martes obligaron a desalojar completamente la ciudad de Fort McMurray, a unos 2.600 kilómetros al noroeste de Toronto y con más de 70.000 habitantes, están siendo empujadas por el viento, que llega a alcanzar rachas de hasta 70 kilómetros por hora, hacia el noreste de la provincia de Alberta.
En total, alrededor de 90.000 personas han tenido que abandonar sus hogares a consecuencia de las llamas y las autoridades canadienses volvieron a advertir de que en la mayoría de los casos no podrán regresar a sus casas en semanas o incluso meses.