La expedición Cumbre de Hielo Groenlandia 2016 alcanzará los 3.205 metros de altitud en el Ártico
El 15 de mayo parte de Madrid la Expedición Cumbre del Hielo Groenlandia 2016, del proyecto Trineo de Viento. Supondrá un nuevo hito para la exploración científica polar: por primera vez un vehículo movido por energías renovables ascenderá a 3.207 metros de altitud, la cumbre helada de la isla, sin necesidad de combustibles fósiles y llevando una carga de 2.000 kilos.
La aventura científica, en la que participan un total de nueve personas, tiene previsto realizar un recorrido de 2.000 kilómetros desde la costa suroeste de Groenlandia, en Kangerlussuaq, hasta la zona más alta del desierto interior helado (inlandsis) donde se encuentra la base científica norteamericana Summit Camp. Desde allí, bajará hacia la costa sureste, a la altura de Isortoq, donde habrá intercambio de tres miembros del equipo. Iniciarán entonces el regreso a Kagerlussuaq, siempre impulsados por el viento, culminando así un recorrido triangular unos 32 días después.
PARTICIPANTES Y TRIPULACIÓN
La nueva expedición llevará a bordo proyectos científicos de investigadores polares, que ayudarán a conocer mejor las condiciones de un territorio muy desconocido pero fundamental para estudiar los cambios que está experimentando el planeta.
Entre los participantes se encuentran el gestor del Programa Polar español, Antonio Quesada, de la Universidad Autónoma de Madrid; el geógrafo Juan Ignacio López Moreno, del Instituto Pirenaico de Ecología (IPE-CSIC) y el investigador de la Universidad de Alcalá de Henares Juan José Blanco Ávalos. El glaciólogo norteamericano Jason Box, uno de los más destacados investigadores polares del mundo, será asesor científico.
La tripulación está formada por su director, Ramón Larramendi, un groenlandés (Malik Mildfedt), una danesa (Karin Boe Bojsen) y seis españoles (Ignacio Oficialdegui, Manuel Olivera, Nacho García, Hermenegildo Moreno, Vicente Leal y Miguel Herrera). Desde España, participará en su coordinación logística el geólogo y piloto Juan Manuel Viu.
OBJETIVOS CIENTÍFICOS
Durante la expedición se recogerán datos de temperatura y humedad para estudios climáticos y se realizarán perforaciones para caracterizar el manto de nieve. También se recabarán datos sobre la presencia de microorganismos en el aire polar para estudios sobre su dispersión y se llevará a bordo un instrumento que detecta los efectos de los rayos cósmicos, en forma de radiación, en la superficie ártica.
Ramón Larramendi, explorador y promotor de esta iniciativa, señaló en la presentación de la expedición que "el Trineo de Viento está ya consolidado como un proyecto de laboratorio móvil que tiene grandes posibilidades para la investigación polar nacional e internacional. Esta nueva ruta nos servirá para demostrar que, además, puede llevar una carga de hasta dos toneladas de carga en una complicada ruta ascendente, atravesando zonas de la que hoy se desconocen muchas de sus condiciones".
El nuevo Trineo de Viento ha aumentado su capacidad respecto al que hizo la Primera Circunnavegación de Groenlandia en 2014. Consta de cuatro módulos, con un total de 12 metros de longitud y 3,20 de ancho, lo que permite arrastrar más peso y aumenta su versatilidad, pues podrá dividirse en dos partes en función de las condiciones del terreno. Además, lleva a bordo tres metros cuadrados de placas fotovoltaicas para suministro eléctrico del equipamiento. Para moverse utilizará 15 grandes cometas diseñadas especialmente para el vehículo.
CALENTAMIENTO GLOBAL
El Ártico es la zona del planeta donde más impacto está teniendo el calentamiento de la Tierra, como refleja el último informe del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) de la ONU. España, uno de los países que más sufrirán sus consecuencias, no tiene allí ninguna instalación propia, un handicap que podría paliar el Trineo de Viento.
En abril ya se detectó que casi el 12% de los aproximadamente 1,7 millones de kilómetros cuadrados de hielo de Groenlandia se ha derretido, mucho antes de lo registrado para el inicio de la temporada de deshielo del verano, según los científicos del Instituto Meteorológico de Dinamarca. Conocer mejor todo lo que ocurre en el interior es fundamental para los estudios sobre el calentamiento global.