Más de cien detenidos en la nueva protesta en Francia contra la reforma laboral
Miles de trabajadores y estudiantes han vuelto este jueves a protestar en Francia contra la reforma laboral del Gobierno socialista, en una jornada que se saldó con perturbaciones en los transportes y altercados entre manifestantes y las fuerzas del orden.
El cuarto gran pulso ciudadano que la intersindical ha lanzado en dos meses a la ley encarnada por la ministra de Trabajo, Myriam El Khomri, buscaba incrementar la presión para que se retire un texto que comenzará a ser debatido en el Parlamento el martes. La reforma, según los siete sindicatos convocantes, "contiene grandes peligros para el mundo laboral", y ha provocado igualmente malestar en la patronal francesa Medef, que ha amenazado con romper las negociaciones con los agentes sociales si no se modifica.
La movilización, pese a la espectacularidad de las imágenes de los enfrentamientos, ha sido menor que en anteriores convocatorias. Solo en París, según la prefectura de Policía de la capital, entre 14.000 y 15.000 personas se han echado a las calles, una cifra que los sindicatos elevaron a 60.000.
Manifestación en París
En París y otras ciudades, como Nantes, Marsella, Rennes o Lyon, el lanzamiento de piedras, botes de pintura y cócteles molotov por parte de algunos manifestantes fue respondido con gases lacrimógenos y cargas policiales. El ministro francés del Interior, Bernard Cazeneuve, ha dicho a la prensa que 24 agentes resultaron heridos, de ellos tres de forma "muy grave" en la capital, y que ha habido 124 detenciones en toda Francia, que elevan a 382 el número de arrestos desde el inicio de las protestas.
Altercados en París
El 20 % de los vuelos han sido anulados en el aeropuerto parisino de Orly, se han dado retrasos tanto allí como en el de Charles de Gaulle, y el tráfico se ha visto afectado en las líneas de cercanías, si bien la compañía ferroviaria SNCF ha asegurado que nueve de cada diez trenes iban a circular.
"Somos partidarios de una reforma que esté a favor de los trabajadores, no de las empresas", ha explicado a la prensa el sindicalista de la Confederación General del Trabajo (CGT) Reynald Kubecki, quien ha insistido en la revocación del texto actual.
La oposición al proyecto gubernamental, que según el Ejecutivo socialista del presidente François Hollande favorecerá la contratación, comenzó el 9 de marzo.
EL 1 DE MAYO TAMBIÉN HABRÁ PROTESTAS
El próximo 1 de mayo, Día del Trabajo, servirá de nuevo de termómetro contra esa reforma, y la movilización se reflejará igualmente dos días después, cuando comience su trámite parlamentario. "Que cada uno asuma sus responsabilidades. En primer lugar el Gobierno, retirando el texto, pero también los diputados, rechazándolo", ha reclamado el secretario general de la CGT, Philippe Martínez.
Los sindicatos están convencidos de que pueden mantener la presión hasta que el Gobierno socialista renuncie a esa reforma, vista como demasiado liberal y que en su opinión da prioridad a los acuerdos en el seno de las empresas sobre los convenios colectivos, lo que debilita la posición de los trabajadores en la negociación. El Gobierno, por su parte, afirma que se debe flexibilizar el mercado laboral para que los empresarios creen empleo.
Firmes en sus planes, los socialistas han hecho algunas concesiones, como la imposición de una mayor fiscalidad a los contratos temporales para primar los indefinidos, pero estas no han conseguido frenar el descontento.
A la contestación sindical se sumó desde principios de abril el movimiento conocido como Nuit Debout (La Noche en Pie), que tiene en la plaza parisina de la República el centro de sus operaciones y amplía en sus asambleas el debate sobre los cambios previstos.