Puigdemont sale de Moncloa con el 'no' cordial de Rajoy a la consulta independentista
No es no (versión cordial). En la sala Tàpies de La Moncloa se han sentado frente a frente por primera vez el jefe del Ejecutivo en funciones, Mariano Rajoy, y el presidente catalán, Carles Puigdemont, que ha cumplido cien días al frente del cargo.
Día gris, lluvioso, apesadumbrado, como las relaciones entre las dos administraciones. Los dos se han repetido cara a cara sus conocidas posiciones, pero las formas han cambiado respecto al endiablado pulso que se vive desde hace años. Una reunión de la que ha salido el restablecimiento de los contactos al máximo nivel que continuarán los dos vicepresidentes, Soraya Sáenz de Santamaría y Oriol Junqueras.
Un encuentro también en un periodo ‘en funciones’ del Gobierno central. Rajoy ha decidido hasta comparecer en rueda de prensa en Moncloa -a la misma hora que lo hacía Puigdemont en la sede de la Generalitat en Madrid-. Y es que estamos en un claro clima de precampaña. El propio presidente catalán se ha marchado con la sensación de que habrá que ir a las urnas otra vez el 26 de junio.
En la reunión "amable" los dos han puesto de manifiesto sus "profundas discrepancias", sobre todo ante las reivindicaciones soberanistas de la Generalitat catalana, donde "no hay ninguna posibilidad de atisbo de acuerdo". Así, el jefe del Ejecutivo en funciones ha reiterado ante el presidente de la Generalitat su defensa de la unidad de España y le ha advertido de que "sin ley, no hay democracia". Durante su comparecencia en el Palacio de la Moncloa Rajoy ha subrayado que ha trasladado a Puigdemont que va a seguir defendiendo la soberanía nacional "frente a las aspiraciones independentistas".
Por ello, ha insistido en que su obligación como presidente es la de "cumplir y hacer cumplir la ley, que él lo hará y que sin ley no hay democracia". Rajoy ha admitido que "en este asunto concreto", en referencia al referéndum sobre la independencia, "las posiciones son distintas". "Cada uno ha expuesto la suya y yo le he dicho lo que entiendo que defiende una mayoría de los españoles, lo que sentimos y vamos a defender y desde luego la necesidad de hacer cumplir la ley porque sin ley no hay democracia".
Puigdemont también ha destacado que el encuentro se ha dado en un clima de "cordialidad formal", pero que ha puesto de manifiesto unas "grandes discrepancias". Desde la sede del gobierno catalán en Madrid, el presidente de la Generalitat de Cataluña ha explicado que ha entregado a Rajoy un documento con 46 reclamaciones y que arranca por la celebración de un referéndum vinculante en Cataluña que dé "respuesta política a un mandato democrático".
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En el documento, que supera los 23 puntos del que entregó su antecesor, Artur Mas, a Rajoy en verano de 2014, hay medidas sobre políticas sociales, política fiscal y financiera y un amplio capítulo sobre lo que el dirigente catalán denomina "incumplimientos" del Estado con Cataluña, invasión de competencias autonómicas "e interferencias en la acción de gobierno".
Con respecto al primer punto, argumenta la Generalitat que las elecciones de septiembre establecieron en el Parlament de Cataluña "una mayoría favorable a la creación de un nuevo Estado" para la comunidad autónoma. "La voluntad democrática de los ciudadanos, expresada a través de su voto, confiere legitimidad a la acción política y parlamentaria de sus representantes", se añade en el documento.
Tras esta argumentación, se defiende que es una "obligación" buscar vías de negociación y diálogo que permitan "dar salida a las aspiraciones democráticas de la mayoría" que "como mínimo puede incluir la celebración de un referéndum vinculante".
En materia económica, además del déficit, en el documento se pide un mayor margen para la consolidación fiscal y más recursos financieros, así como la revisión del sistema de financiación autonómico y el establecimiento de un interés al 0% para el Fondo de Liquidez Autonómica (FLA). Se cifra en 842 millones de euros el dinero que, según este texto, ha dejado de recaudar anualmente la Generalitat catalana debido a los recursos presentados por el Gobierno a normas autonómicas, como el impuesto a los depósitos bancarios o el impuesto nuclear.
No ha pasado inadvertido que la delegación catalana que se reunirá con Moncloa a partir de la próxima semana, esté encabezada por Junqueras, que ejerce el puesto de vicepresidente económico. La Generalitat catalana necesita para financiarse el fondo de liquidez económico puesto en marcha por el ministerio de Hacienda a modo de "mecanismo de rescate para las autonomías". Por lo tanto, el diálogo más urgente entre ambas administraciones debe darse precisamente en este ámbito económico. Puigdemont es consciente de eso al tener que enfrentarse en los próximos meses a la aprobación y tramitación en el Parlamnet de sus primeros presupuestos económicos, la auténtica prueba de fuego de un mandatario al frente de un ejecutivo.
RAJOY ENTRA EN CAMPAÑA
Más allá de la cuestión catalana, Rajoy ha aprovechado su comparecencia para realizar su "enésima" invitación al diálogo al líder del PSOE, Pedro Sánchez, para intentar evitar que se repitan las elecciones, pero ha considerado que si el dirigente socialista sigue empeñado en no hablar, él no podrá hacer nada.
El jefe del Ejecutivo no ha querido entrar en detalles sobre la posibilidad de que vaya a llamar o enviar una carta a Sánchez antes de la ronda de consultas del Rey con los dirigentes políticos, pero ha dicho que, "si sirve de algo" hacía en esa comparecencia su "enésima" invitación al diálogo al líder socialista.
Además, ha avanzado que el Consejo de Ministros de este viernes aprobará ayudas a ONG por valor de 83 millones de euros destinados a la acogida de refugiados, tema que también ha abordado con Puigdemont.
Rajoy también ha aprovechado para recordar que el Ejecutivo trasladó este mes de marzo a la Agencia de la ONU para los Refugiados, ACNUR, la disposición de España a acoger ya a 285 personas y está a la espera de que se lo pida. Asimismo, también ha manifestado que ha informado a las autoridades griegas de su predisposición a aceptar a otras 150 personas. "En el momento presente no hemos recibido respuesta pero en próximas fechas se va a producir", ha apostillado.
Otro de los asuntos a los que el presidente en funciones se ha referido a sido a la polémica dimisión de José Manuel Soria tras aparecer en los 'papeles de Panamá'. Rajoy le ha defendido alegando que "además de ser un buen amigo" ha servido "muy bien" a su Gobierno, ha demostrado un "nivel de exigencia" como no han demostrado otros dirigentes políticos y ha considerado que las explicaciones que ha dado "le honran".
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Al ser preguntado si la decisión de José Manuel Soria había sido suya o del presidente del Gobierno, Rajoy ha dejado claro que el exministro había "dimitido". "Me lo ha dicho a mí", ha exclamado y ha expuesto que las razones que le dio son "exactamente las mismas" que las que trasladó al conjunto de la opinión pública española. Soria argumentó su dimisión en los "errores" que había cometido en la explicación de su relación con las sociedades de su familia radicadas en paraísos fiscales.