La etiqueta natural llega al vino

La etiqueta natural llega al vino

GTRESONLINE

Cuando algo se convierte en una tendencia, los seres humanos nos volvemos locos por cuantificarlo y sobre todo cualificarlo. Y la tendencia ahora tiene que ver con todo lo que sea eco: ecológico, eco-friendly, eco-sostenible... La cultura de lo verde es lo que pita. Y eso pese a que constantemente aparecen estudios que aseguran que muchos productos que se autodenominan orgánicos no lo son. En Estados Unidos varias empresas están en los tribunales por publicidad engañosa, pero esto no impide que el mercado de lo orgánico crezca cada año de forma elevada. Las ventas de los productos alimenticios y no alimenticios orgánicos alcanzaron los 39.000 millones de dólares (35.500 millones de euros) solamente en Estados Unidos. Esto representa un aumento del 11,3% respecto al año anterior. Las ventas orgánicas suponen más o menos el 7% de las ventas totales de productos en este país.

Los nuevos consumidores, los millennials, lo quieren todo versión eco. Por eso, cada vez más sectores se lanzan a hacer y comercializar este tipo de productos. Los últimos en sumarse a esta moda han sido los vinos naturales. Desde hace un año en Estados Unidos se ha puesto de moda beber este vino que se define como "absolutamente orgánico" y ahora exigen tener una denominación de origen.

En Francia, por ejemplo, desde la década de los 80, el Instituto Nacional de Origen y Calidad está haciendo grandes esfuerzos para convertir Natural en una categoría regulada, potencialmente verificada por un tercero, igual que las etiquetas Orgánico y Biodinámica. Actualmente, un vino orgánico en Francia es aquel que se produce mediante agricultura biológica, mientras que un vino biodinámico es el denominado Biodyvin.

En Estados Unidos, la USDA Organic es la organización que se encarga de verificar un producto orgánico. Según ésta, los vinos orgánicos están elaborados con uvas orgánicas, viñedos orgánicos y biodinámicos.

Entonces, ¿qué es exactamente un vino natural? En Estados Unidos se considera Natural todo aquello que está fabricado de manera tradicional y que tiene el menor porcentaje posible de azufre, que es uno de los conservantes que se utiliza para estabilizar el vino.

Estos ecowines están acaparando cada vez más atención y el 16% de los consumidores estadounidenses dicen preferir este tipo de producto. El medio ambiente, el cambio climático y la búsqueda de productos más sostenibles son las principales razones que argumentan según un informe sobre la tendencia en vinos.

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El sistema de embalaje hecho con raíces de setas

Esta línea Natural ha llegado también a Ikea, que está inmersa en una campaña a nivel mundial para lanzar su embalaje ecológico. Primero fueron las albóndigas veganas, después el algodón orgánico en sus productos y ahora este nuevo sistema de embalaje. La compañía está estudiando la sustitución de poliestireno, un plástico común que se utiliza en una gran cantidad de envases, por un material a base de hongos biodegradables.

De acuerdo con The Telegraph, el producto específico en el que Ikea está trabajando se llama Mushroom Packaging, desarrollado por la compañía estadounidense Ecovative. El mismo rotativo aseguraba que Dell Computers ya utiliza un producto similar de Ecovative para el envasado de sus ordenadores. Estos sistemas de almacenaje existen desde 2006 y están hechos a partir de las raíces de las setas.

RECOMENDACIONES DE LA SEMANA

1. CAMPARI, UNA GRAN MULTINACIONAL

Conocida por el licor que le da nombre, la compañía es en realidad una multinacional distribuidora de bebidas alcohólicas de toda índole. Con más de 150 años de historia, es todo un símbolo del estilo de vida italiano y cotiza en la bolsa de Milán desde el año 2001. La firma cuenta con una fuente de ingresos muy diversificada por marcas, desde las que llega a todo tipo de paladares en más de 190 países. Además del Campari, indispensable para poder disfrutar del aperitivo por excelencia italiano (Spritz), la empresa distribuye otras marcas como Aperol, Cinzano, Skyy Vodka o el bourbon Wild Turkey.

Los resultados correspondientes a 2015 fueron muy del gusto de los inversores, que los premiaron con subidas del 3,5% en bolsa. Durante el año pasado logró elevar un 3% la cifra de ventas orgánicas y darle un empujón a sus márgenes.

La buena evolución de su negocio en América compensó las peores perspectivas en mercados emergentes como Rusia y Nigeria. En el continente americano la compañía logró elevar un 7% las ventas, que en algunos casos se vieron impulsadas por el efecto positivo de la subida del dólar y en otros perjudicados por la devaluación de monedas como el real brasileño.

Campari continúa subiendo progresivamente su dividendo. En la última presentación de resultados lo elevó un 12% hasta 0,09 euros en 2016, lo que sitúa su rentabilidad anual por dividendo en cerca del 1,2%. La empresa está haciendo un esfuerzo para reducir su deuda neta, que ha pasado de 978 millones de euros a cierre de 2014 hasta los 825 millones a 31 de diciembre de 2016. Durante el año, el ratio deuda neta respecto a Ebitda ha descendido desde 2,9 hasta 2,2. "No obstante, el ratio PER al que cotiza (hasta 23 veces respecto de los beneficios) es superior al de la media de su sector, por lo que seríamos cautos a la hora recomendar comprar este valor en bolsa", asegura Felipe López-Gálvez analista de Self Bank

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2. ¿COTIZARÁ VALENTINO EN BOLSA?

La firma italiana de moda, Valentino, puede ser la siguiente empresa del sector del lujo en dar el salto al mercado de valores. Su consejero delegado Stefano Sassi ha admitido durante la Semana de la Moda de París que "la venta de acciones está sobre la

mesa y podría llevarse a cabo en 2017". La razón principal sería la intención de su propietario de poner en valor la compañía, además de darle liquidez a los títulos. El dueño de Valentino es Mayhoola For Investments, un fondo de Qatar que adquirió la firma en 2012 por unos 700 millones de euros al fondo de capital riesgo Permira.

Mayhoola habría contratado a Rothschild para que analice la posibilidad de vender entre un 25 y un 35% de Valentino, con una valoración total de la compañía de unos 2.000 millones de euros, es decir, casi el triple de lo que pagó hace apenas cuatro años. Esta rentabilidad se justificaría por el crecimiento del negocio de Valentino. En 2015, los ingresos rozaron los 1.000 millones de euros (987 exactamente), lo que supone cuadruplicar esta cifra en cinco años. El Ebitda prácticamente se duplicó respecto al logrado en 2014, con 180 millones de euros. Para este 2016, Valentino espera seguir creciendo a tasas de dos dígitos a pesar de la debilidad de China, donde el fabricante italiano logra una cuarta parte de sus ingresos en este país. Su objetivo es tener 200 establecimientos abiertos a medio plazo. Actualmente tiene 130 e inaugura unos 25 cada año.

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