El laboratorio andaluz del pacto PSOE-Ciudadanos
El pasado miércoles Pedro Sánchez y Albert Rivera estrechaban sus manos en el Congreso bajo la mirada de los padres de la Constitución retratados por Hernán Cortés Moreno. Un pacto “histórico” para los rubricantes que podría llevar a La Moncloa por primera vez a un candidato que no ha sido el más votado, apoyado por un partido emergente.
Esta novísima legislatura se está convirtiendo en todo un experimento político. Muchos diputados reconocen que están viviendo situaciones que nunca hubieran imaginado. ¿Puede fructificar un pacto entre la socialdemocracia y el centro-derecha? ¿Cómo pueden convivir estas dos ideologías? ¿Es posible la relación?
El precedente de este pacto y el laboratorio de esta combinación está en Andalucía. Allí Susana Díaz logró ser investida el 11 de junio del pasado año, tras tres intentos fallidos, gracias a la firma de un acuerdo con Juan Marín (Ciudadanos) y el consiguiente voto a favor. Un documento con 72 medidas sirve de nexo entre los dos partidos para desarrollar esta legislatura. Eso sí, los ‘naranjas’ y los socialistas decidieron no formar un Gobierno de coalición, punto que todavía no han aclarado sus correligionarios en Madrid.
"NORMALIDAD, PERO CON TIRA Y AFLOJA"
Hasta el momento, en Sevilla está funcionando “con normalidad” esta relación entre los dos partidos, siempre con sus “tira y afloja” y sus “prisas y pausas”, según fuentes de estos dos formaciones, que tienen sus diferencias “ideológicas”. Y ahora tendrán este año que enfrentarse a dos “guerras” en las que mantienen fuertes diferencias: el impuesto de sucesiones y la reforma de la ley electoral.
Desde las filas del PSOE andaluz se entiende que se trata de un acuerdo de investidura con vocación de durar toda la legislatura. Fuentes de San Vicente comentan que se está trabajando de manera constante en la aplicación del documento, que ha aportado -subrayan- “estabilidad” a la comunidad y ha permitido aprobar los presupuestos.
“Obviamente hay zonas en las que los proyectos no son coincidentes, se negocia y se habla, pero se está trabajando en todos los términos y se irán aprobando a lo largo de la legislatura”, precisan.
Las diferencias se trabajan día a día y hay una comisión de seguimiento del pacto que se reúne para solventarlas. En el PSOE andaluz reconocen que hay discrepancias -derivadas de ser partidos con “ideologías diferentes”-, pero indican que hay “cordialidad” entre las formaciones.
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Marín y Díaz
"EL ENFRIAMIENTO DE LA RELACIÓN DÍAZ-MARÍN"
“La experiencia no es fácil”, afirman fuentes de Ciudadanos en Andalucía. Los dos momentos más importantes, añaden, de esa relación han sido la investidura de Díaz y la aprobación de las cuentas públicas. Cada parte se arroga logros de estos presupuestos. Los socialistas destacan su “vocación social” -con aumentos en Sanidad y Educación- y los de Marín ponen el acento en temas como la bajada del tramo autonómico del IRPF y los planes para autónomos.
Siempre es de vital importancia para el entendimiento de dos partidos políticos la relación entre los líderes. La de Díaz y Marín es “buena”, según fuentes de Ciudadanos, pero se ha producido un “cierto enfrentamiento” a raíz de que la presidenta haya sido citada para comparecer en la comisión de investigación sobre el presunto fraude en las ayudas a la formación. No obstante, precisan que eso no significa que haya “mal rollo”.
Marín tiene “más relación” con el vicepresidente de la Junta de Andalucía, Manuel Jiménez Barrios. Los dos coinciden en la comisión de seguimiento del pacto, tienen “más afinidad, más feeling, además los dos son de Cádiz”. “Habla más con él, pero la relación con Díaz es buena”, apostillan las fuentes.
En Ciudadanos entienden que apoyar al PSOE en Andalucía no les supone perder votos. De hecho, comentan que el último Estudio General de Opinión Pública de Andalucía (Egopa) refleja que subirían cuatro puntos si se celebraran hoy elecciones en la comunidad autónoma. Esto se debe a que intentan hablar y “arañar” medidas, todas negociadas. Algo que contrasta, en opinión de las fuentes, con la actitud del PP: “Por algo llevarán treinta y tantos años sin gobernar”.
Asimismo, vaticinan que este año PSOE y Ciudadanos librarán un par de batallas de gran calado. Por un lado está la del impuesto de sucesiones. Los naranjas aspiran a que se suba el umbral para pagar este tributo y apuestan por armonizarlo en toda España -uno de los puntos precisamente que incluye el pacto entre Sánchez y Rivera-. Por otro, C’s quiere acordar una reforma electoral más justa, que llevaría a perder -según sus cálculos- al PSOE y al PP escaños, en tanto que ganarían IU, Podemos y Ciudadanos.
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Jiménez Barrios y Marín
"MUY ARRIESGADO HABLAR DE CUATRO AÑOS"
Otro de los puntos de los que más presumen los de Rivera es que sirven para limpiar a los viejos partidos y luchar contra la corrupción. “¿Si no se hubiera firmado el acuerdo del PSOE y Ciudadanos el decálogo contra la corrupción se hubiera ido Chaves en junio? Creemos que no. Se hubiera ido cuando le hubiera dado la gana”, confiesan las fuentes ‘naranjas’.
El laboratorio andaluz ha servido para entrenarse también a algunos negociadores nacionales. El jefe de gabinete de Albert Rivera, José Manuel Villegas, estuvo presente en las conversaciones en Sevilla el año pasado. Estos días ha sido el capitán del equipo negociador que ha forjado el acuerdo con el socialista Antonio Hernando.
En el PSOE andaluz enfatizan que el acuerdo tiene vocación de investidura y en Ciudadanos hablan de que es “muy arriesgado” decir que durará toda la legislatura, por factores como la propia “personalidad” de Díaz, el papel del PSOE andaluz en Ferraz y “líneas rojas” como los temas fiscales.
Ahora es el momento de la “responsabilidad”, dicen en Ciudadanos, pero sí Rivera y Sánchez logran llevar a buen puerto su complicada ecuación: “Habrá tiranteces como no puede ser de otra manera, como aquí abajo”.