Las "viagras del súper" no se lo ponen duro a los fármacos
¿Quién no ha recibido nunca un correo electrónico ofreciendo todo tipo de remedios para potenciar la erección? Es tan amplia y confusa la oferta actual de estos productos que puede ser difícil distinguir el grano de la paja. A estas alturas todo ciudadano informado ya debería saber que los medicamentos de calidad controlada y eficacia contrastada, como Viagra, Cialis y Levitra, solo se venden en farmacias y bajo la prescripción de un facultativo. Es decir, que cualquier oferta de estas marcas por otras vías está fuera de la ley y suele corresponder a productos falsos, adulterados y potencialmente peligrosos; el motivo de que los auténticos requieran receta médica se debe, al menos en parte, a sus contraindicaciones y efectos secundarios, que pueden ser graves en algunos casos.
Pero entre los fármacos genuinos y sus imitaciones de contrabando, hay una tercera vía: la de los suplementos nutricionales. Estos productos, que se venden con todas las de la ley en internet o en tiendas físicas, no están calificados como fármacos, sino como alimentos, por lo que su regulación es más flexible; tanto que en muchos casos sus fabricantes aprovechan esta escasa vigilancia para vender gato por liebre. En febrero de 2015, el fiscal general del estado de Nueva York, en EEUU, instó a cuatro cadenas nacionales de supermercados a retirar de la venta varios de estos productos que, según los análisis de ADN, no contenían ni rastro de lo que anunciaban en sus etiquetas, ya fuera Ginkgo biloba, hierba de San Juan, ginseng o equinácea; en su lugar solo contenían ingredientes como arroz, ajo, rábano o trigo, incluso cuando se anunciaban como "sin gluten", lo que además de fraudulento resultaba peligroso.
Los medicamentos de calidad controlada sólo se venden en farmacia
El fraude no acaba aquí. Muchos de estos preparados se publicitan como "naturales", sin serlo: un estudio de 2013 que analizó casi un centenar de muestras de tales productos descubrió que el 81% contenían inhibidores de la fosfodiesterasa tipo 5, la familia de sustancias sintéticas que incluye el sildenafilo, principio activo de la Viagra. El estudio descubría también que la composición de estos productos, adulterados para cumplir lo que prometían, variaba de bote a bote de la misma marca, y que su etiquetado era inadecuado e inconsistente.
INGREDIENTES A EXAMEN
El problema para que estos suplementos nutricionales de supermercado cumplan su promesa de potenciar las erecciones, aumentar la libido o intensificar los orgasmos, y el motivo de que sus fabricantes los dopen con fármacos reales, es que ninguno de sus ingredientes ha demostrado científicamente la capacidad de lograr tales efectos. Esta es la principal conclusión de un nuevo estudio elaborado por un equipo de urólogos de la Facultad de Medicina Wake Forest, en EEUU, y publicado en la revista The Journal of Sexual Medicine
El equipo encabezado por Tao Cui eligió los 30 productos para la salud sexual masculina más vendidos por General Nutrition Corporation (GNC), el mayor distribuidor de suplementos nutricionales en EEUU que también está presente en España, tanto en tiendas físicas como en internet. Cui y sus colaboradores rastrearon la literatura científica para comprobar si existen estudios que avalen las presuntas propiedades de sus ingredientes, con el fin de ofrecer a los urólogos una guía de recomendaciones para los pacientes que no quieran usar los fármacos o no puedan costeárselos. Conviene subrayar que los autores no han analizado químicamente los suplementos de GNC y por tanto no cuestionan su composición ni la veracidad de sus etiquetas, sino solo la eficacia de sus ingredientes publicitados. No obstante, precisan que GNC fue una de las cuatro cadenas acusadas por la fiscalía neoyorquina de "vender suplementos nutricionales equívocos o adulterados".
La gran mayoría de los productos examinados por Cui y su equipo se componían de varios ingredientes, hasta un máximo de 33. De ellos, los presentes en más productos (el 43%) fueron un elemento, el cinc, y dos hierbas, el ginseng y el abrojo del género Tribulus. Sobre el primero, los autores señalan que su presencia se asocia al nivel de testosterona en la sangre, pero que este metal "es abundante en la dieta occidental" y que "no hay pruebas de que los suplementos de cinc en individuos normales eleven los niveles de testosterona". Es decir, que en personas con una dieta normal, más cinc no significa más vigor sexual.
Ilustración de Jennifer Tapias
Algo similar ocurre con otros minerales presentes en algunos de los productos, como el magnesio y el selenio, o con las vitaminas, sobre todo del grupo B, que aparecen como ingredientes en 13 de las 30 marcas. En todos estos casos, la conclusión que los autores extraen de los estudios publicados es que el aporte suplementario de estas sustancias, en el mejor de los casos, solo "puede ayudar a restaurar la salud sexual al nivel de base" si existen deficiencias en la dieta o algún desorden metabólico.
GINSENG Y OTRAS HIERBAS
El ginseng rojo o coreano es un clásico de los productos de herbolario al que la creencia popular atribuye todo tipo de propiedades casi milagrosas. Los autores han revisado los estudios disponibles que se basan en su capacidad de mejorar la erección elevando la producción de óxido nítrico, lo que aumentaría el flujo de sangre hacia el tejido esponjoso del pene; es el mismo mecanismo por el que actúan los principios activos de la Viagra, Cialis y Levitra. Sin embargo, la conclusión de los ensayos clínicos es que "actualmente no hay suficientes pruebas de calidad sobre su eficacia", aunque al menos "es bien tolerado, de precio asequible y razonablemente inocuo".
Las hierbas del género Tribulus, sobre todo T. terrestris, son muy populares en las medicinas orientales como afrodisíacos. Crecen por todo el mundo, sobre todo en regiones tropicales y templadas, incluyendo el sur de Europa; en España se conocen como abrojos, aunque este nombre también se aplica a otros tipos de plantas. Debido a su presunta capacidad para elevar los niveles de testosterona, se han introducido en la composición de muchos suplementos relacionados con el deporte y la salud sexual. Sin embargo, en este caso el veredicto de Cui y sus colaboradores es claramente negativo: los estudios muestran que no aumenta el rendimiento deportivo, ni el sexual, ni mejora la erección, y ni siquiera se detecta un aumento de testosterona. Para empeorarlo más, escriben los autores, existen "informes de toxicidad grave" por sobredosis en hombres jóvenes y sanos.
Otros suplementos vegetales son Epimedium, fenogreco, maca y Ginkgo biloba. La conclusión general es que aún no hay estudios suficientes que avalen sus presuntas propiedades. Algunos de ellos tienen componentes conocidos: el Epimedium, que en inglés recibe el nombre muy descriptivo de Horny Goat Weed (hierba de la cabra cachonda), es una maleza asiática y mediterránea que contiene icariina, sustancia con efecto inhibidor de la fosfodiesterasa tipo 5.
El Epimedium se conoce como Horny Goat Weed (hierba de la cabra cachonda)
Los autores señalan que "no se han realizado ensayos en humanos", aunque los estudios en animales son "prometedores". También sobre la vía del óxido nítrico actuaría el ginkgo, sobre el que existen resultados contradictorios "sin datos clínicos convincentes", además de ciertos informes de toxicidad. En cuanto al fenogreco (Trigonella foenum-graecum), una planta medicinal de Asia y el sur de Europa que ayuda a la regulación hormonal, solo existe un estudio relativo a salud sexual, pero sus resultados son sugerentes; "parecería provechoso hacer más ensayos en humanos", escriben los autores.
Una completa incógnita es la maca (Lepidium meyenii), una raíz andina tradicionalmente muy consumida en Perú con fines medicinales. El estudio apunta que su mecanismo de acción aún se desconoce, por lo que no existe un mecanismo bioquímico que avale ninguna de las proclamas sobre sus efectos. Apenas hay estudios, y no son concluyentes: "Pese a la cantidad de pruebas anecdóticas citadas históricamente sobre el uso de la maca para mejorar la virilidad masculina, las pruebas reales de que mejore la función eréctil, la libido o cualquier otro elemento de la salud sexual masculina son limitadas", dice el artículo.
YOHIMBINA, EL MÁS PROMETEDOR
El estudio incluye un producto vegetal que recibe una valoración más positiva. Se trata de la yohimbina, una sustancia psicoactiva extraída de la corteza del árbol africano yohimbe (Pausinystalia johimbe), que crece en África central y occidental. Se emplea como afrodisíaco natural en su región de origen; actúa sobre un mecanismo de las neuronas, "aumentando la estimulación nerviosa del pene". La yohimbina se ha estudiado en humanos con resultados positivos y "es uno de los productos naturales más prometedores para el tratamiento de la disfunción eréctil", opinan los autores. Pero viene con un precio: además de sus varias contraindicaciones por tratarse de un psicotrópico, puede causar efectos secundarios como dolores de cabeza, sudores, agitación, hipertensión, insomnio, ansiedad y ataques de pánico.
Por último, el estudio evalúa otras sustancias como el aminoácido L-arginina (componente natural de las proteínas), el derivado de aminoácidos L-carnitina y el precursor hormonal dehidroepiandrosterona (DHEA). Todos ellos son compuestos sobradamente conocidos cuyos mecanismos de acción en el organismo están implicados de un modo u otro en la función sexual. Sin embargo, los estudios no apoyan claramente que su consumo oral sea beneficioso. Si acaso, la L-carnitina parece el más prometedor, aunque aún hay pocos datos.
En resumen, el trabajo de los urólogos no ha encontrado ningún ingrediente de los suplementos nutricionales que a día de hoy pueda recomendarse como alternativa real a los fármacos; o son ineficaces, o su eficacia es incierta, o tienen efectos adversos que pueden ser peligrosos cuando se trata de productos de parafarmacia que se venden y se administran sin ningún control. "Aunque ciertos suplementos naturales son muy prometedores para mejorar la disfunción sexual leve, todas las sustancias revisadas en este artículo carecen de pruebas sólidas en humanos", concluyen.