Cifuentes se libera de la 'sombra' de Aguirre
La dimisión de Esperanza Aguirre tras más de doce años al frente del PP de Madrid ha despejado de golpe la 'bicefalia' que desde 2012, cuando ella misma dejó el Gobierno autonómico, han sufrido y no poco sus sucesores al frente del Ejecutivo madrileño, Ignacio González y Cristina Cifuentes.
Porque la alargada sombra de Esperanza -así la llaman tanto González como Cifuentes- fue en ocasiones muy incómoda para el primero, aun siendo su 'delfín'; y siempre ha sido poco menos que una amenaza latente para la segunda, que ahora ve expedito el camino hacia un hipotético congreso para asumir las riendas del PP de Madrid.
Pese a que ahora todas las miradas del futuro del PP madrileño se giran hacia Cifuentes, su entorno guarda silencio y se muestra muy prudente a la hora de hablar del futuro del partido. Responsables cercanos a la presidenta madrileña han señalado a Europa Press que ahora no toca hablar sobre qué papel puede desempeñar Cifuentes en un futuro porque, previamente, además, hay que analizar en qué situación se queda el partido.
Una vez que la todavía portavoz del PP en el Ayuntamiento de Madrid anunciara que su intención era no presentarse a la reelección como presidenta del PP madrileño, muchas son las voces que han apuntado a Cifuentes como su sucesora en el cargo, algo que ella misma ha tratado de evitar asegurando que cuando llegue el momento, con un Congreso, lo abordará, pero que ahora toca "seguir trabajando por la Comunidad de Madrid".
QUIERE PRIMARIAS
Lo que sí ha dejado muy claro Cifuentes y así lo trasladó en la última Junta Directiva regional del PP de Madrid, es que ella aboga por que se celebren primarias para elegir al presidente del partido y a los candidatos a la Presidencia de la Comunidad y Ayuntamiento de Madrid y de las grandes ciudades.
Y es que, como ha indicado en distintas ocasiones, es partidaria de que sean todos los militantes, a través de este sistema de primarias, quienes elijan al nuevo presidente de la formación madrileña, donde es necesario "renovar estructuras".
Aguirre deja de ser la 'lideresa' meses antes del congreso regional ordinario que debe convocar la formación -al que no se iba a presentar la ya expresidenta- y cuando Cifuentes ya había pasado de la resignación por las listas electorales impuestas por la primera el pasado año -llegó a decir que no era su lista- a una hostilidad creciente pero discreta.
En los últimos meses, con Cifuentes ya asentada en la presidencia regional, han sentado muy mal en la Real Casa de Correos informaciones sobre futuribles aspirantes a relevar a Aguirre al frente del partido en Madrid -han aparecido los nombres del vicesecretario Pablo Casado y del diputado en el Congreso y alcalde de Boadilla, Antonio González Terol, entre otros-.
En el entorno de Cifuentes achacaban estas noticias a la 'gente de Aguirre', que a juicio del entorno de la presidenta mantenía al partido en una situación de parálisis y apatía desde la "mala digestión" de los resultados electorales del 24M de 2015, que dejaron a la candidata a alcaldesa al frente de la oposición.
LA INDECISIÓN DE DOS SECTORES
Creían estas fuentes que el partido estaba sumido en Madrid en la indecisión por la existencia de dos sectores: uno creciente y resituado en torno a Cifuentes, y otro en declive, desactivado y bajo el parapeto de Aguirre, que comenzaba a dudar.
La imagen la resumía fielmente el número dos de Cifuentes y portavoz del Gobierno de la Comunidad de Madrid, Ángel Garrido, cuando el pasado viernes diferenciaba al PP de Madrid del Ejecutivo regional a raíz del registro e investigación en las finanzas del partido en el marco del caso Púnica. Remarcaba entonces Garrido que "evidentemente" PP de Madrid y Gobierno autonómico "son muy distintos".
E incluso, tras preguntas sobre la posibilidad de que el PP de Madrid terminara en manos de una gestora, Garrido apuntaba que esa decisión no le competía a él "afortunadamente", sino a la Ejecutiva nacional del PP.
¿CANDIDATO DE AGUIRRE?
Ahora, con Aguirre fuera del partido y alejada de los resortes de poder político en Madrid con la portavocía municipal como único altavoz, a Cifuentes se le despeja un camino que solo le podría haber complicado un hipotético candidato avalado por el 'ala aguirrista', que cada vez será menos influyente por mucho que todavía esté viva.
Se va Aguirre, que cree que Cifuentes presentará candidatura en el congreso, pero la presidenta autonómica guarda silencio.