Facebook le presta más atención a tus publicaciones de la que tú crees
Hace poco, Facebook me sugirió que buscara a la hermana pequeña de mi novia "lamiendo masa". No estoy de broma, y ni siquiera me sorprende, pero sí, es un poco raro.
Facebook acaba de sugerirme que busque a la hermana pequeña de mi prometida "lamiendo masa"
En esa misma ocasión, también me recomendó que buscara a un amigo mío mostrando, al lado de su nombre, la palabra "nudista". Eso sí que me sorprendió algo más, porque yo siempre había visto a mi amigo completamente vestido. Pero, oye, año nuevo, vida nueva.
Hay una razón por la que me sucedieron estas dos cosas: en Facebook están muy interesados en desarrollar técnicas superiores de lo que denominan machine learning, aprendizaje automático. Lo que pretenden es que su software reconozca datos —de lo que publicas y de tus fotografías— que tengan un sentido para las personas y no necesariamente para los ordenadores. Pensemos, por ejemplo, en la manera de hablar o de leer expresiones faciales: ¿cómo se puede conseguir que un dispositivo utilice el lenguaje y las expresiones de modo que parezca humano? Supone un verdadero reto, y las sugerencias de búsqueda son solo una pequeña parte de los esfuerzos que está realizando Facebook por desarrollar el aprendizaje automático.
En realidad esta función no es nada nuevo, aunque no recuerdo ninguna ocasión en la que me haya sorprendido tanto. Básicamente consiste en generar sugerencias según las cosas que se hayan buscado o hecho antes en Facebook. Lo más probable es que yo ya hubiera buscado antes a esas personas que Facebook me sugería y que ya hubiese interactuado con publicaciones suyas.
Facebook ya se sinceró sobre su relación con el aprendizaje automático. Por ejemplo, su jefe de inteligencia artificial, Yann LeCun, habló en una ocasión de unos algoritmos que permitirían que Facebook reconociera a las personas ebrias en las fotos y advirtiera a los usuarios antes de publicarlas. Obviamente, Facebook no ha añadido esta función, pero podría llegar a hacerlo algún día.
Me picaba la curiosidad y pulsé sobre la sugerencia de búsqueda que relacionaba a la hermana pequeña de mi novia con "lamer masa" (porque siempre se puede caer un poco más bajo), y me di cuenta de que la hermana de mi novia había publicado una foto en Acción de Gracias en cuyo título podía leerse "Me estoy lamiendo la masa de las manos". (La publicación "nudista" era una fotografía de una maqueta que había hecho la novia de mi amigo que representaba a gente retozando desnuda en la naturaleza).
Celebrando el Año Nuevo con _______ y su maqueta nudista y naturalista.
Parece sencillo, pero no lo es. Facebook era capaz de reconocer la acción dentro de una frase —"lamer masa"— y de reciclarla como término para luego ponérmela delante, porque cree que es algo en lo que yo podría hacer clic. Eso significa que Facebook sabe qué cosas me importan y que es capaz de reconocer un verbo y un complemento en una frase y juntarlos para formar una sugerencia de búsqueda. Es algo lo suficientemente complejo como para que haya un equipo de investigación que esté estudiando si es posible que los ordenadores entiendan el lenguaje humano.
Vete tú a saber por qué Facebook decidió que el lunes por la noche era el momento oportuno para sugerir cosas como "lamer masa" y "nudista". Que esas publicaciones tuvieran muchos "me gusta" fue, probablemente, lo que alertó a Facebook de que podrían interesarme.
(Esta no es la hermana pequeña de mi novia.)
Google utiliza una tecnología similar en su nueva app Fotos. El software es capaz de reconocer personas de manera individual y de identificar tipos de animales, entre otras cosas. No siempre da en el clavo, pero funciona bastante bien. Anil Sabharwal, jefe de producto de la aplicación Fotos, declaró al Huffington Post el año pasado que la aplicación pronto sería capaz de reconocer expresiones faciales y de relacionarlas con estados de ánimo. En teoría, llegará el día en que puedas buscar —y encontrar— "fotos de la abuela feliz".
Se le podría encontrar un noble uso a toda esta tecnología: si Google o Facebook pudieran funcionar como una especie de segundo cerebro, serían de gran ayuda para aquellas personas que padecen enfermedades degenerativas y que tienen tantas dificultades para recordar momentos del pasado, por ejemplo.
Y, si bajamos el nivel de dramatismo, también está bien eso de poder realizar una búsqueda efectiva escribiendo "fotos mías riendo".
Pero, siendo realistas, es posible que haya una manera mejor de vendérselo a la gente. Si estás aburrido, navegas por Facebook. Puede que se trate de una red social con grandes ambiciones como llevar internet a lugares remotos mediante drones y láseres, pero en el fondo es una red en la que millones de personas depositan voluntariamente —y compulsivamente, a veces— muchos datos a los que a veces no se presta atención. Facebook ya se está embolsándose dinero gracias a la recopilación de datos demográficos. Quién sabe lo que pasará el día de mañana si Facebook intenta manipular tus acciones con datos más abstractos como tus fotografías o los títulos que les pongas.
No estamos intentando asustar a nadie. Facebook ha hecho mucho bien con la información que posee. Y, además, se trata de una información que se proporciona conscientemente. Aun así, siempre está bien saber cómo evolucionan las aplicaciones y los servicios que utilizamos contínuamente. Incluso el inocente chiste que publicaste como comentario a un estado de un amigo tuyo hace semanas es parte de una base de datos que se encuentra en otra base de datos que a su vez forma parte del gran cerebro de Facebook, en la nube.
Este artículo fue publicado originalmente en la sección de Tecnología de la edición estadounidense de 'The Huffington Post' y ha sido traducido del inglés por Lana Eleno Romero.