El FMI planea frenar el acuerdo griego de la deuda que apoyan la Comisión y las empresas
El Gobierno griego, y las empresas acostumbradas a bregar con él, han llegado finalmente a un acuerdo sobre los objetivos presupuestarios en los que insistían los acreedores institucionales. No obstante, el Fondo Monetario Internacional, que obligó a Grecia a llevar a cabo en verano unos controvertidos recortes a cambio del rescate de emergencia, rechaza el acuerdo e insiste en que la carga de esos recortes recae sobre los ciudadanos griegos.
El FMI ha señalado que se opondrá a los planes del Gobierno griego de conseguir los ahorros necesarios para las pensiones a través, en parte, de un incremento de las contribuciones de los empresarios, según informa una fuente cercana a las negociaciones que tuvieron lugar entre el Gobierno y los acreedores. En cambio, asegura esta fuente, el FMI plantea que los objetivos de ahorro para las pensiones sólo se podrán alcanzar con recortes en las pensiones de aproximadamente un 15%.
Aunque el FMI todavía no se ha opuesto oficialmente a los planes del Gobierno griego, argumenta que el aumento de las contribuciones hará a la economía griega menos competitiva, según cuenta la fuente.
¿Un aliado contra el FMI? El primer ministro francés, Manuel Valls, saluda a su homólogo griego, Alexis Tsipras, en el Foro Económico Internacional de Davos (Suiza).
El FMI no ha negado estas afirmaciones y, cuando el WorldPost le preguntó, remitió a la rueda de prensa que dio el portavoz Gerry Rice el pasado jueves. Rice dijo que el FMI estaba “en proceso de analizar con cuidado los puntos [de la reforma de las pensiones de Grecia] y aún no ha completado su evaluación”.
Supuestamente, la intransigencia del FMI está impulsada por el director de su Departamento europeo, Poul Thomsen, que desde hace tiempo mantiene una relación tensa con el Gobierno griego. Thomsen es un aliado cercano de Wolfgang Schäuble, el firme ministro alemán de Finanzas.
“Que Thomsen está jugando un papel poco constructivo es lo menos que se puede decir”, contó la fuente al WorldPost. “La postura del FMI es inquietante, y claramente quiere salir del programa o acabar con todo”.
Peter Doyle, antiguo gestor del FMI, que trabajó durante años con Thomsen antes de dimitir en 2012 como protesta ante la gestión de la crisis de la deuda griega, cree que a Thomsen “no le importa” que no haya pruebas de que su enfoque no va a funcionar. Doyle señala que los recortes de las pensiones y las reformas del mercado laboral no han tenido resultados favorables en la economía griega.
“Simplemente es un dogma de fe que proviene de su trayectoria en el Fondo”, asegura Doyle. “Se ha pasado toda su carrera trabajando en Europa del Este y la mayoría de los políticos allí son corruptos por naturaleza. Llega a Grecia y se piensa que es como Rumanía y otros países europeos menos desarrollados”.
Doyle sugirió que puede que también Thomsen quiera congelar cualquier concesión antes de la restructuración de la deuda, basándose en la creencia de que la influencia del FMI sobre Grecia disminuirá entonces de forma dramática.
El Gobierno griego ha propuesto un incremento de un 1% de tres años en las contribuciones patronales al fondo de pensiones, así como un 0,5% en las contribuciones de los trabajadores durante el mismo período. Las cuatro organizaciones patronales griegas apoyaron este incremento temporal en un comunicado conjunto que publicaron a principios de este mes.
El Gobierno ya ha conseguido el resto de ahorros necesarios a través de los recortes en subsidios. También ha retrasado la edad de jubilación hasta los 67, ha puesto fin a las prejubilaciones, ha aumentado las aportaciones de los jubilados a la sanidad y ha ampliado los requisitos de acceso a ayudas sociales destinadas a personas pobres.
Junto con el aumento de las contribuciones, el Gobierno espera aprobar una ley de reformas estructurales que homogeneice y racionalice los dispares fondos de pensiones actuales en un solo sistema con una fórmula específica para 2017.
La web de noticias griega Ta Nea publicó el martes que el FMI se está planteando pedir a Grecia que anule una ley que protege a los trabajadores del sector privado de los despidos en masa, y ya ha comentado esta idea con otros acreedores institucionales.
La fuente cercana a las discusiones afirmó que el FMI también está debatiendo la posibilidad de recortar el salario de los empleados del sector público.
El FMI, por su parte, negó tener entre sus planes una reforma en el mercado laboral. “No ha habido conversaciones recientes entre el FMI y las autoridades griegas en torno a reformas del mercado laboral”, dijo el portavoz Andreas Adriano.
El presidente de la Comisión European, Jean-Claude Juncker.
Las autoridades asociadas a la Comisión Europea, el cuerpo de gobierno de los 28 Estados miembros de la Unión, expresaron sus preocupaciones sobre la postura del FMI en las negociaciones, según informa la misma fuente. La Comisión observa la propuesta de la reforma de las pensiones de forma favorable y teme que más recortes pongan en peligro la economía del país.
La Comisión tampoco entiende por qué el FMI sacaría el tema de las reformas laborales antes de tiempo, y le preocupa que estas exigencias debiliten los esfuerzos por una reforma más amplia.
Las objeciones del FMI plantean la posibilidad de un impasse en la última fase de las reformas que Grecia debe implementar para comenzar a debatir sobre la reestructuración de la deuda, un proceso que el país endeudado considera esencial para su supervivencia económica.
Grecia acordó el ahorro en pensiones como parte de su pacto del 12 de julio con el FMI, la Unión Europea y el Banco Central Europeo, garantizando al país un nuevo paquete de rescate valorado en 95.000 millones de dólares.
El acuerdo, sin embargo, no especificaba cómo alcanzaría Grecia estos objetivos.
En mayo de 2014, un tribunal de Portugal, otro de los receptores del rescate de la Eurozona, estimó inconstitucionales los recortes en pensiones y sueldos, y los acreedores de Portugal aceptaron que el país consiguiera sus objetivos fiscales por otros medios.
La fuente cercana a las negociaciones advirtió que obligar al Gobierno griego a ahorrar mediante un 13º paquete de recortes, en vez de mediante un incremento de la contribución, “puede llevar al malestar social y poner en peligro la sostenibilidad del acuerdo”.
De hecho, ya hay signos de la dificultad política a que se enfrentará el Gobierno cuando implemente incluso la mejor de las opciones de la reforma de las pensiones. De momento, los trabajadores siguen protestando en manifestaciones por todo el país.
El sindicato griego PAME (Frente Militante de Todos los Trabajadores) se manifiesta en Atenas contra la ley que reformará las pensiones y reducirá las ayudas.
El primer ministro Alexis Tsipras comunicó al WorldPost que la reforma de las pensiones del Gobierno refleja un compromiso para distribuir de forma equitativa las medidas de austeridad del acuerdo del 12 de julio.
“La sociedad griega está preparada para aceptar una reforma complicada y ambiciosa, en la medida en que ésta es justa y que nos permitirá por fin ver la luz al final del túnel”, dijo. “Ahora toca a las instituciones demostrar que ellas también comparten los mismos objetivos y el mismo deseo”.
Tsipras también hizo hincapié en que el sistema de pensiones se ha convertido en una fuente esencial de ingresos para todos los griegos, independientemente de su edad, pues la crisis de la deuda y los años de austeridad han dejado al país con una tasa oficial de desempleo cercana al 25%.
Desde 2010, las pensiones se han reducido un 30%, y aun así casi la mitad de los hogares dependen de ellas para pagar sus facturas, según un estudio publicado en enero de 2014.
El acuerdo de rescate de julio era el tercer paquete de austeridad que concedían a Grecia el FMI, los Estados miembros de la UE y el BCE desde 2010.
Economistas de todo el espectro ideológico han criticado la postura de los acreedores, argumentando que la austeridad fiscal impuesta sobre Grecia a cambio de los préstamos ha impedido la recuperación económica del país. Los acreedores tampoco se han dado cuenta de que los rescates fueron originalmente destinados a rescatar bancos alemanes y francesas con enormes cantidades de deuda griega en su contabilidad.
La directora del FMI, Christine Lagarde, conversa con el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble. En el contexto de la crisis griega, el FMI suele considerarse como 'poli bueno' y Alemania, como 'poli malo'.
Cuando parecía que Grecia estaba a punto de ser expulsada de la Eurozona, el FMI se posicionó públicamente como el agente mediador entre los acreedores. En concreto, esta institución publicó un informe a principios de julio -pese a las objeciones europeas- en el que afirmaba que Grecia sería incapaz de pagar su deuda sin una reestructuración sustancial.
Sin embargo, el FMI no publicó este informe de buena gana, ya que tuvo que insistir el Departamento del Tesoro estadounidense, según una fuente cercana a esta decisión.
Peter Doyle, que anteriormente trabajó para el FMI, asegura que las diferencias entre Alemania y el FMI han sido sólo superficiales, ya que el FMI no ha sido capaz de utilizar sus influencias para proteger a Grecia de un acuerdo de deuda insostenible. “Lo de que el FMI sea más indulgente que Alemania es pura ficción. Pero como relaciones públicas les ha ido muy bien”, concluye.
Ryan Grim contribuyó en la elaboración del reportaje.
Este post fue publicado originalmente en la edición estadounidense de 'The Huffington Post' y ha sido traducido del inglés por Marina Velasco Serrano