¿A quiénes beneficiarían y perjudicarían unas nuevas elecciones?
Negociaciones, ofertas de pactos, negativas, guiños, críticas. España está sumergida en un inédito capítulo político. Todo es posible y nada es posible. Mariano Rajoy y Pedro Sánchez viven una particular partida de ajedrez en un tablero en el que se mueven también Pablo Iglesias y Albert Rivera. Pero el juego puede acabar en fracaso para todos y España tendría que ir de nuevo a elecciones generales en primavera.
El mecanismo para la investidura implica que el candidato que se presente tendría que lograr mayoría absoluta en la primera votación. En caso contrario, debería intentar obtener mayoría simple en una segunda ronda en 48 horas. Se abre un plazo de dos meses para que alguno de los aspirantes lo logre si fallan los dos primeros intentos. En caso de que siempre venza el ‘no’, los ciudadanos tendrían que acudir a las urnas. Los partidos hacen cuentas y piensan que esa posibilidad podría tener lugar a finales de mayo.
Y aparecen entonces varios interrogantes. ¿A quién beneficiaría? ¿Quién saldría perjudicado? ¿Cambiaría el panorama político?
Diversos politólogos y expertos electorales consultados por El Huffington Post ven posible que haya que ir de nuevo a las urnas, aunque sostienen que el panorama no cambiaría sustancialmente. Además, según apuntan, el escenario tan voluble hace que los partidos no puedan hacer previsiones exactas de lo que sucedería. Lo que sí aprecian es que los populares subirían algo, pero no tanto como para tener apoyos suficientes. Y también entienden que la gestión de los pactos podría devenir en el ‘sorpasso’ de Podemos al PSOE en número de votos.
A lo largo de estos días se han hecho públicas una serie de encuestas ante esta posibilidad. La de Metroscopia para El País señala que los populares subirían levemente, mientras que Podemos superaría a los socialistas y Ciudadanos también ascendería. En cambio, la realizada por Llorente y Cuenca para El Confidencial apunta a ascensos del PP y el PSOE, mientras que Podemos y Ciudadanos caerían -el mayor batacazo sería para los naranjas-.
"LA FOTOGRAFÍA NO SERÍA MUY DIFERENTE"
José Pablo Ferrándiz, investigador principal de Metroscopia, comenta en primer lugar que hay que tener en cuenta que la “gente sigue movilizada”. “No se ha bajado el suflé partidista”, insiste, a la vez que recalca que la “fotografía que podría salir de unas nuevas elecciones no sería muy diferente a la actual”.
“Pero habría algunos matices interesantes. Uno sería que todo parece indicar que Podemos, entendiendo todos sus grupos, superaría en número de votos al PSOE, pero eso no significaría en número de diputados”, dice. Por lo tanto, prosigue Ferrándiz, esto haría que la situación fuera más compleja a la que actualmente vivimos porque los morados “indudablemente podrían ejercer mayor presión sobre los socialistas”.
Asimismo, sus cálculos le llevan a manifestar que Ciudadanos, “lejos de salir perjudicado, un mantra que se ha extendido, se vería reforzado”. No obstante, los de Rivera estarían lejos de los terceros. “En definitiva. Quizá el más perjudicado podría ser el PSOE, en el sentido de que se produciría el sorpasso, eso indudablemente para Pedro Sánchez y los socialistas es una mala noticia”, concluye.
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Pedro Sánchez
Esto siempre y cuando se presenten los mismos candidatos, aprecia el investigador, quien dice que la mayoría de españoles piensa que el presidente en funciones, Mariano Rajoy, no debería repetir. No obstante, dentro de su propio electorado, el más perjudicado es Sánchez, “ya que solo el 51% de sus votantes cree que debería repetir”.
Aunque también se detiene en otra lectura de la encuesta: los españoles quieren cambio, pero también pacto. “Piensan que los políticos deben seguir intentado ponerse de acuerdo, dialogar. Para ellos no es una situación de ingobernabilidad, sino una oportunidad para el pacto”, recalca Ferrándiz.
Entre la clase política se ha extendido también la sensación de que los populares mejorarían su situación. Esto tendría su explicación, según Ferrándiz, en que el PP tiene una “base muy fiel de votantes”, lo que le beneficiaría si bajara la participación en los comicios al aumentar el porcentaje de sufragios. “El resultado sería mejor, pero tampoco sustancialmente y no le acercaría a la mayoría absoluta”, apostilla.
“CIUDADANOS SALDRÍA PERJUDICADO”
En este sentido sobre el PP coincide Jorge Galindo, investigador del Departamento de Sociología de la Universidad de Ginebra y fundador del colectivo Politikon. A su juicio, el Partido Popular se podría ver beneficiado si baja la participación. Lo que pueden hacer ahora los populares, indica, es “sentarse y esperar”. “Si todo sale mal, lo único que tendrán que decir es que todo es un desastre y que la única garantía de estabilidad son ellos, repetirían una campaña como la del 20-D”, argumenta.
Galindo precisa que las encuestas que se están publicando indican que los beneficiados en términos de votos serían el PP y Podemos. “En cambio, si alguien sale perjudicado, es Ciudadanos porque estaría poco claro para qué serviría votarlos ahora mismo”, incide.
Se detiene en el caso de la izquierda. Hay distintos factores, reconoce este sociólogo, quien cree que el avance de los de Pablo Iglesias no sería suficiente para superar en número de escaños a los socialistas.
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Rivera, Sánchez e Iglesias
Estos meses antes de unas nuevas elecciones serían determinantes para las dos opciones. Y afectaría mucho su situación interna. Según Galindo, “depende de cómo vean los votantes de quién es la culpa de que haya elecciones”. Por un lado, “habrá que ver hasta qué punto el PSOE está tranquilo, si Sánchez sería el candidato o si los tanques pasarían de Despeñaperros. Habría que ver si hay algún tipo de asalto, qué forma tendría y si sería Susana Díaz o alguien de su mano”. Por el otro lado, Galindo recuerda que todas las encuestas dan por hecho que Podemos iría en listas de confluencia. “Pero no está claro”, aprecia, y, por ejemplo, dice que si compitiera con Compromís en la Comunidad Valenciana “le haría bastante daño”. “Si fuesen por separado, no podrían alcanzar en principio al PSOE en votos”, afianza.
En todo caso, en su opinión, los de Rivera son los que tienen más que perder con otras elecciones. Esto se debe a su “errática campaña” del 20-D, en la que no llegaron al voto de centro-izquierda o de centro con más ganas de cambio. “Un Ciudadanos ganando votos sería raro”, sostiene Galindo.
LA BATALLA DEL RELATO
Cálculos y proyecciones, pero unas nuevas elecciones serían una batalla de relatos políticos. Así lo cree el asesor de comunicación Antoni Gutiérrez-Rubí, quien dice que todo dependería de “quién gane la explicación del fracaso de no poder formar Gobierno”. “Vamos a una lucha de narrativas”, indica.
En este punto, reflexiona: “Estamos en una fase en la que los partidos tendrán que afinar muchos su relato para poder situar en los demás las razones del fracaso. No lo veo tan aritmético”.
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Mariano Rajoy
Por el momento, estos relatos son “bastante previsibles”. Gutiérrez-Rubí asevera que Rajoy solo “tiene uno”. En cambio, Sánchez tiene “uno alrededor de una opción reformista con Ciudadanos y otro progresista centrado en Podemos”. Mientras, Podemos ve que “tiene margen de crecimiento” y “está utilizando una estrategia que se llama campaña permanente”. “En cambio, Ciudadanos es consciente de que tiene un peso significativo y está marcando de manera serena y estable sus puntos de vista”, remata.
Si se tuvieran que realizar otra vez los comicios, Gutiérrez-Rubí comenta que aparecería un “elemento nuevo”: los ciudadanos exigirían a los partidos que se pronunciasen sobre las alianzas y con quiénes pactarían.
“FASCINANTEMENTE COMPLICADO”
El panorama es “fascinantemente complicado” para el director de Operaciones de Sigma Dos, Manuel Mostaza. “Están pasando cosas en el día a día y esto también influye en el comportamiento electoral”, explica antes de señalar que no es lo mismo “ir a elecciones porque un partido lo haya buscado o porque otro se haya negado a un pacto”. “Depende de cómo se transmita a la ciudadanía la culpa”, opina.
“Los escenarios de incertidumbre normalmente no gustan, pero luego las preferencias del electorado no son consecuentes”, afirma. Con el actual panorama, “da la sensación de que los ciudadanos quieren que se llegue a un acuerdo, que haya un Gobierno para acabar con la interinidad y sí podría decir que parece que hay mayor opinión pública a favor de un Ejecutivo, ya sea gran coalición o de corte progresista, que ir a elecciones”, contesta Mostaza.
Todo esto sucederá en medio, continúa, de un escenario “magmático”. “No es lo mismo si vamos a unas elecciones después de un proceso de agotamiento, tras meses, o si se solventa rápidamente en un mes”, apostilla Mostaza, que insiste en que estamos “en arenas movedizas, donde todo se mueve muy rápido”.
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Congreso de los Diputados
¿SÁENZ DE SANTAMARÍA CONTRA DÍAZ?
Para el analista electoral Jaime Miquel, “si fracasa todo, hay que volver a votar”. Esto llevaría a una mayor abstención, relata, como ha sucedido en Grecia porque los “los electores se cansan” al no tener los representantes “la inteligencia para resolver la situación”.
Miquel dibuja la siguiente radiografía. “El PP no tiene con quién pactar, ¿pero es que tiene el PSOE alguna posibilidad desde su España uninacional de ser investido con esa España plurinancional?”, señala. “Entonces, si no se puede en medio plazo, hay un lugar de encuentro para la aritmética, facilitar un Gobierno del PP en una legislatura corta, preambular de otra constituyente”, comenta, a la vez que explica que en ese proceso se resolvería el modelo territorial.
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Sáenz de Santamaría y Susana Díaz
En el caso de una nueva votación, resultaría una “aritmética parecida”, resume Miquel. Un resultado similar, aprecia, aunque podrían sumar algunos escaños más PP, Podemos y el PSOE.
“Tiene pinta de que vamos a elecciones”, añade este analista, aunque hoy parece que tiene más “opciones” Sánchez de lograr la investidura que hace unos días. Además, precisa que la actual situación se “va deteriorando y propicia 'un Soraya Sáenz de Santamaría y Susana Díaz' buscando soluciones”.
Para él, las dos serían las “candidatas naturales” en el caso de tener que volver a las urnas. “Si no forma Gobierno, Sánchez no va a ser el candidato. Lo mismo Rajoy. Si en la búsqueda de esa gobernabilidad el PP tiene que cargarse a Rajoy, se lo carga”, opina.
De todas formas, insiste en la idea de que podemos estar ante una legislatura “corta, preambular de otra constituyente". "La Constitución de 1978 está reventada”, remacha.