Un Congreso a la italiana
La undécima legislatura comienza con un parlamento muy fraccionado y la necesidad de alcanzar amplios acuerdos para conseguir un gobierno estable. Así que en la prensa de esta mañana no faltan los análisis con comparaciones que aluden a Rusia y a Italia...
Ya lo vaticinó Felipe González: "Vamos a tener un Parlamento a la italiana, pero sin italianos". Así que el catedrático Rafael Aguirre escribe esta mañana de la cultura del acuerdo a la italiana. "Aldo Moro y Enrico Berlingüer, cuando proponían 'il compromiso storico' que sacase a Italia de la inestabilidad patológica, coincidían en afirmar que los grandes avances democráticos tienen que basarse en mayorías muy amplias... Es mejor llegar a una solución acordada con quien piensa distinto, y que a todos obliga a ceder, que imponer nuestra propia receta, aunque podamos hacerlo".
De momento, la mesa del Congreso se constituye en tiempo y hora con un compromiso que, si para La Razón supone un ensayo entre PP, PSOE y Ciudadanos, para El País "no anticipa un acuerdo de Gobierno". Por contra, considera que "ha llegado el momento de que la fuerza más votada enseñe sus cartas. El PP tiebe que explicar cuál es su proyecto y con quién pretende llevarlo adelante".
De lo dicho ayer por Rajoy, El Mundo estima en un editorial que el presidente mantiene su empeño en la gran coalición, mientras su directora adjunta, Victoria Prego, le hace las cuentas a Sánchez para explicarle que una coalición de progreso pasa por aliarse con nacionalistas vascos o con los separatistas catalanes.
Pero se hablaba también de Rusia...
En concreto, de un libro: "La perestroika de Felipe VI", del sociólogo Jaime Miquel, que glosa José Ignacio Torreblanca en El País para analizar el perfil de los nuevos votantes, los nacidos después de 1974, que suponen un 35% del electorado. "No se sitúan ni a la izquierda ni a la derecha, ni tampoco están abajo esperando un líder populista que les guíe. Sencillamente, están 'enfrente'. Si Miquel no se equivoca, la pregunta no es qué reformas pactar con los ciudadanos, sino qué rupturas".
Y la ruptura, al menos declarativa, está en estos momentos en Cataluña...
"Puigdemont promete sin rey y sin Constitución", titula, casi proclama, el diario ARA, tras una toma de posesión en la que Enric González echó de menos una significativa ausencia: la de Jordi Pujol. "¿Ya lo han borrado de la historia?", se pregunta con ironía el columnista de El Mundo que, tras el discurso del nuevo president y su fidelidad al pueblo catalán, señala: "Evitemos referencias groseras a Adolf Hitler y a su dependencia directa de los designios del 'volk".
Entre otras cosas porque, como señala Antoni Puigverd , está por verse cuál es ese apoyo social: "No sabemos -escribe en La Vanguardia- si son muchos los catalanes decididos a aceptar los costes personales de pasar del cántico a la acción, de la palabra a los hechos. De ahí que la duda del periodo que empieza sea: ¿el fuego será real, o volverán los fuegos de artificio?".
En paralelo, en Euskadi se marcan las diferencias con el "procés" catalán...
"El PNV plantea una reforma del Estatuto que no desborda la Constitución", aclara El Correo en un titular que parece llamar a la calma. La situación vasca es compleja, aunque no rupturista, nos explica Luis Aizpeolea en El País. El PNV "ha aprendido de su experiencia rupturista en la etapa de Ibarretxe, superada con creces por el proceso soberanista catalán, del que marca claras distancias porque sabe que no tiene futuro en Europa".
El atentado de ayer en el centro turístico de Estambul tiene una particular lectura en Alemania...
Las diez víctimas mortales de nacionalidad alemana llevan a Uwe Smitt en Die Welt a considerar que los alemanes no se pueden quedar de brazos cruzados y deben implicarse más militarmente en la lucha contra el Estado Islámico. De hecho, Reiner Hermann, en el conservador Frankfurter Allgemeine, considera que se trata de un atentado contra Turquía y contra Alemania porque coincide con el despliegue de aviones de observación alemanes en una base turca para participar en los bombardeos contra el Estado Islámico.
El Süddeutsche, sin embargo, analiza el atentado desde la óptica turca con una entrevista a un joven de 27 años que considera que el clima de terror en el que se encuentra Turquía en los últimos meses beneficia electoralmente a Erdogan, cuyo Gobierno intentó ayer un black out para evitar la huida de turistas.
¿Busca vivienda? El tuit de ésta mañana le pone en la pista de una muy especial...
Se trata de una casa de tres plantas con jardín a las afueras de Layton, en el estado de Pensilvania. Sus propietarios la quieren vender desde agosto por un precio que no parece muy disparatado: 300.000 dólares. Sin embargo, los eventuales compradores se frenan cuando descubren que se trata de la casa en la que se rodó la película El silencio de los corderos.... Allí vivía Hannibal Lecter... ¿les tienta?