Arabia Saudí ejecuta a 47 personas por terrorismo, entre ellas un clérigo chií

Arabia Saudí ejecuta a 47 personas por terrorismo, entre ellas un clérigo chií

HASAN JAMALI / AP

47 personas han sido ejecutadas este dos de enero en varias provincias de Arabia Saudí. El Gobierno absoluto de Riad las acusaba de pertenecer a "grupos terroristas" y perpetrar atentados en el reino. Entre los asesinados se encontraba el prominente clérigo chií disidente Nimr Baqir al Nimr, a quien se acusaba de promover la violencia pero quien era, para muchos, un preso político.

Según el Ministerio saudí del Interior, los ajusticiados son en su mayoría de nacionalidad saudí, salvo un egipcio y un chadiano.

Los cargos incluyen también la adopción y promoción de la ideología takfiri (una corriente extremista suní, considerada herética), el asesinato, el secuestro, la fabricación de explosivos y la posesión de armas, entre otros.

Algunos de los ataques imputados a los condenados son los registrados contra varios complejos residenciales de Riad en 2004 y contra sedes de empresas petroleras en la provincia de Al Jabar en 2005, donde hubo varios muertos.

También los atentados contra el Ministerio del Interior y las sedes de la Fuerzas de Emergencia en 2005 o el ataque contra el consulado estadounidense en Yeda ese mismo año, en el que fallecieron cuatro personas.

Grupos islámicos extremistas comenzaron en mayo de 2003 una campaña de desestabilización del régimen saudí con varios atentados contra la colonia occidental que trabaja en el país y contra las instalaciones petroleras, según justifica el gobierno.

Estos atentados, en los que hubo decenas de fallecidos, fueron contestados con una "lucha sin cuartel" de las fuerzas saudíes, que detuvieron a numerosos supuestos terroristas.

En los últimos dos años, cientos de personas han sido condenadas por terrorismo en el reino, una persecución que se ha cebado con la minoría chií, contraria a la monarquía en el poder.

¿DISIDENCIA O VIOLENCIA?

El clérigo chií ejecutado hoy fue sentenciado a la pena capital por desobedecer a las autoridades, instigar a la violencia sectaria y ayudar a células terroristas, según la versión oficial.

Al Nimr fue detenido en julio de 2012 por apoyar los disturbios contra las autoridades saudíes que estallaron en febrero de 2011 en la provincia de Al Qatif, en el este del país y de mayoría chií. Lo que sostienen diversas ONG es que sencillamente su labor era de oposición al régimen, con la doble vertiente religiosa y política.

Su condena a muerte levantó un fuerte malestar entre la comunidad chií saudí y fue también criticada por importantes ayatolás de Irán, la potencia chií rival de Arabia Saudí.

El ajusticiado es tío del joven de 20 años Ali al Nimr, que fue también condenado a ser decapitado y posteriormente crucificado en público. La pena se impuso hace cuatro meses, pero se desconoce qué ha ocurrido con él.

"LO PAGARÁN DURO"

Irán, tras conocer la noticia, ha condenado enérgicamente la ejecución del clérigo chií disidente, una "muestra de la profunda imprudencia e irresponsabilidad" del Gobierno de Arabia Saudí, en palabras del portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Hosein Yaber Ansarí.

Ansarí dijo que "el Gobierno de Saudí habla con sus críticos internos con un lenguaje de ejecución y represión mientras apoya a los terrorista y los extremistas takfiríes (extremistas suníes)", informó la agencia oficial iraní de noticias IRNA.

"Mientras los terroristas extremistas y takfiríes han quitado la paz y seguridad de los pueblos de la región y el mundo y amenazan la estabilidad y existencia de algunos gobiernos de la región, la ejecución de un personaje como el jeque Nimr, que no tenía ninguna herramienta más que hablar (palabra) para el seguimiento de sus objetivos políticos y religiosos lo único que muestra es la profundidad de la imprudencia e irresponsabilidad", criticó. El portavoz responsabilizó a Riad de las consecuencias de esta "política improductiva e irresponsable" y agregó que el Gobierno saudí "pagará duro".

NUEVO REY, MÁS MUERTOS

Arabia Saudí aplicó la pena de muerte a más de 140 personas en 2015, el primer año de reinado de Salman bin Abdelaziz, una cifra muy superior a las 88 ejecuciones registradas en 2014.

Organizaciones internacionales como Amnistía Internacional denuncian sistemáticamente que Arabia Saudí es uno de los países que más aplican la pena de muerte en el mundo. Actualmente mantiene activa una iniciativa para impedir que mate a Ashraf Fayadh, un poeta palestino residente en en país, condenado a muerte por supuestamente promover el ateísmo a través de la poesía, por apostasía.

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Licenciada en Periodismo y especialista en Comunicación Institucional y Defensa por la Universidad de Sevilla. Excorresponsal en Jerusalén y exasesora de Prensa en la Secretaría de Estado de Defensa. Autora de 'El viaje andaluz de Robert Capa'. XXIII Premio de la Comunicación Asociación de la Prensa de Sevilla.