Las tres mejores estaciones para esquiar con niños
Si hay algo que vuelva locos a los niños es jugar con la nieve, y sino, intenta hacer que madruguen para cualquier otra cosa.
Hoteles a pie de pista, posibilidad de monitores y cursos adaptados o zona de juegos infantiles son señales inequívocas de que una estación de esquí piensa en los más pequeños. Así que pregunta por esos detalles antes de reservar si no quieres llevarte disgustos.
No sólo se trata de que pongan cara de velocidad tirándose ladera abajo sobre un trineo, sino de que sepan esquiar mejor que tú. Porque cuanto antes se cogen los bastones mejor esquiador se es. Eso sí, mejor sin forzar: el aparato motriz de un niño está totalmente preparado para actividades complejas desde los cinco años, según el servicio de pediatría del Hospital Quirón Teknon. Sin embargo, las escuelas de esquí de las estaciones suelen aconsejan no empezar con el aprendizaje hasta los ocho años.
Si eres de los que no soportas ni un fin de semana sin los peques, toma nota de las opciones más recomendables para iniciarles en el apasionante mundillo de la nieve.
1. AVORIAZ.Oh la la!
En plenos Alpes Franceses, más que una estación de esquí encontramos un pueblo enteramente esquiable. A la que te descuidas, aparece el acceso a un remonte. Se puede caminar de punta a punta olvidándote del coche, lo cual ya es un punto muy a favor cuando se trata de mover a toda la familia.
La village des enfants, como su propio nombre indica, es el rincón donde los más pequeños querrán pasar el día. Lo tiene todo pero en miniatura: minipistas, minisaltos, minitelesquí... Además presenta zonas acotadas por edades, lo que permite hacer amigos de esos que quieres volver a ver cada invierno.
2. FORMIGAL. Un poco de todo
De vuelta a España, sólo por su jardín de nieve Formigal merece ya el distintivo childrenfriendly. Paraíso infantil del tamaño de un campo de fútbol, todo está pensado para que entren dándose culetazos contra el suelo y salgan casi con una medalla de oro en snowboard.
Pero no creas que quieren privarte de la diversión de esquiar en familia: tienen una pista amateur especialmente diseñada para grandes y pequeños. Y después del deporte, visita al iglú y al poblado indio, o paseo en moto de nieve. Por risas que no sea.
3. CANDANCHÚ. A cubierto
A tiro de piedra, un sitio llamado Candanchulandia no puede no ser divertido. Imita a una cabaña de estilo nórdico, construida en madera, resguardada de la ventisca y demás molestias meteorológicas de las que tanto se quejan los niños.
Películas, manualidades y juegos de ayer y de hoy hacen volar el tiempo antes de tener un primer contacto con la nieve. Setas gigantes y trineos son la excusa perfecta para iniciarse en la escuela de esquí, paso previo antes de la pista para debutantes. Cuando se quieran dar cuenta, estarán descendiendo solos por aquella ladera.