Karlos Arguiñano, sobre Albert Rivera y Pablo Iglesias: "Los veo como plátanos verdes"
Si Karlos Arguiñano lleva 27 años entrando en el hogar de los españoles a través del televisor para enseñarles recetas de siempre y entretenerles con sus chistes y canturreos es por obra del cantante Joan Manuel Serrat.
Tras una actuación, Serrat acudió a cenar con su equipo al restaurante de Arguiñano en Zarautz (Gipuzkoa), donde el cocinero los acompañó en una larga sobremesa de carcajadas. Preguntado por si quería hacer un vídeo de chistes, Arguiñano declinó y confesó que lo que de verdad le gustaría era hacer un programa de cocina. A los pocos días ya tenía una propuesta encima de la mesa para explicar dos recetas en cinco minutos en ETB y a los seis meses ya cocinaba en Televisión Española.
El chef vasco acaba de ser reconocido con la Antena de Oro al mejor presentador del año, al tiempo que ha desembarcado en las librerías su último recetario, A mi manera (Planeta), el número 56 de su carrera.
En él recoge 300 recetas de la cocina regional española, todas ellas con su toque personal. La inspiración le vino porque los viernes dedica su programa —el cual graba la víspera desde hace tres años, lo que le permite hablar sobre temas de plena actualidad mientras cocina, como la crisis de los refugiados— a platos típicos procedentes de distintos rincones de España, algo que ha tenido gran acogida entre sus espectadores.
Sus recetas son muy consultadas, pero curiosamente el vídeo más visto sobre él en YouTube no tiene nada que ver con la elaboración de ningún plato. El que acumula más reproducciones es Arguiñano explica España, un fragmento de un programa de 2012 en el que se despacha sobre el panorama político. Es éste:
Mientras pica cebolla o va rehogando verduras, Arguiñano lleva años comentando casos de corrupción o declaraciones de políticos. Ha tenido dardos para los consejeros de Caja Madrid, Isabel Pantoja o Díaz Ferrán, entre muchos otros.
POLÍTICA EN EBULLICIÓN
Como la mesa puede ser un perfecto escenario para el diálogo y el acercamiento de posturas, Arguiñano tiene una receta muy catalana para Mariano Rajoy y una muy castellana para Artur Mas en una hipotética comida entre ambos.
Al primero le daría "una escalivada, que son unas verduritas asadas y luego peladas y bien aliñadas. No le iban a sentar nada mal", asegura en conversación con El Huffington Post. "Y a Mas, pues unos callos a la madrileña, bien cocidos con unos garbanzos, con un puntito de picante, pan casero y que se tomen una buena botella de vino los dos. Y que se besen de una puta vez", desea el cocinero.
Arguiñano también tiene recomendaciones para los nuevos contrincantes de Mariano Rajoy en las próximo generales, Albert Rivera y Pablo Iglesias, a quienes ve "como plátanos verdes".
"Los miro y no sé si es que yo estoy muy maduro", reflexiona. "Tienen muy bonitas palabras y tal, pero los veo como sin arrugas. Están muy frescos, han sufrido poco. Han currado poco todavía", afirma. Les desea "que les vaya bien", siempre y cuando "no les dé por robar".
RECETAS DE CAMPEONATO
Karlos Arguiñano asegura que la política le tiene "muy aburrido" y lo mismo opina del clásico, el Madrid-Barça disputado este 21 de noviembre. "Yo soy de la Real y parece que estoy jugando en otra Liga. Los pequeños parece que ni existimos", se lamenta. "Yo, si fuera el que mandaba, diría 'Madrid y Barça que jueguen tres días a la semana' y a los demás, que nos dejen vivir", sostiene.
Gran aficionado a las motos, si Rossi, Lorenzo y Márquez acudieran a su restaurante para limar asperezas, les ofrecería "un menú degustación". Soñando, le gustaría "que se dieran todos la mano y que sigan peleando [en el circuito]" porque, en su opinión, "han hecho muchísimo por el motociclismo, han dado muchísimo espectáculo y por un momento, un campeonato, no se puede manchar la historia de grandísimos profesionales", recalca.
"Algunos son muy jóvenes, están tiernos. Otros son maduros, como yo. No quiero ni que unos se rompan de duros ni otros de maduros. ¡Que se besen también un poquitín!", exhorta Arguiñano.
Poco le interesa otra reciente competición —aunque ésta fuera de los recintos deportivos—: las estrellas Michelin que reconocen a los mejores restaurantes. "Yo se las daría a las amas de casa, a las que trabajan todos los días y no cobran nunca. Yo ya no busco cocineros a los que darles estrellas Michelin; si las tienen, que las mantengan", opina el cocinero.
"Lo que más me preocupa, con diferencia, son los que no tienen qué comer, que da la casualidad de que nadie se preocupa por ellos", recuerda.