Las lluvias de El Niño cubren de un espectacular manto de flores el desierto más seco del mundo
El lugar más seco del mundo ha aparecido este noviembre cubierto de flores como no se veían en casi medio siglo.
Cada cinco o siete años, el árido desierto de Atacama (Chile) se transforma en una alfombra de flores de color malva, pero las abundantes precipitaciones de estos últimos meses han propiciado el florecimiento más espectacular de los últimos 40 o 50 años, según Raúl Céspedes, experto en desiertos de la Universidad de Atacama.
"La ausencia de heladas y las lluvias asociadas a la ocurrencia del fenómeno climático de El Niño han generado el desierto florido más intenso desde 1997", ha explicado a Efe el encargado del Banco Base de Semillas del Instituto de Investigaciones Agropecuarias, Pedro León Lobos.
Después de diez años de sequía, las precipitaciones han provocado que el periodo de floración se haya duplicado de forma anormal, uno en marzo y otro en noviembre, en pleno verano chileno, con temperaturas superiores a 40ºC en el desierto más árido del mundo.
Las semillas de las 1.800 especies de plantas endémicas que florecen gracias a este fenómeno llevan entre cinco y seis años en estado de "adormecimiento", un periodo en el que soportan grandes sequías y cambios extremos de temperatura. Este esfuerzo acaba con una floración de uno o dos meses, parte de la estrategia para sobrevivir a un ambiente tan hostil.
"Cuando piensas en un desierto, piensas en una sequedad total, pero hay un ecosistema latente que sólo espera las condiciones apropiadas para despertar", ha manifestado Céspedes.
Entre los mejores lugares para observar el espectáculo se encuentran los parques nacionales de Llanos de Challe o Pan de Azúcar. Pero la zona en la que se produce el fenómeno no cuenta con ningún tipo de protección; el aumento del número de turistas, el comercio ilegal de flores y el desarrollo de carreteras han puesto en peligro la regeneración de algunas de las especies.