Munch es más que 'El Grito': nueve cuadros para entender su exposición en el Thyssen (FOTOS)
Edvard Munch. ¿Qué sabes de él? Si planteásemos esta pregunta a cualquier español, la respuesta sería en la mayoría de los casos un contundente El Grito. Este cuadro se hizo especialmente famoso tras su robo en 1994, para el que bastaron 50 segundos, y su venta millonaria en 2012. Además la obra inspiró la máscara de la saga cinematográfica Scream, ha protagonizado múltiples memes y ostenta el dudoso privilegio de ser la única obra de arte convertida en emoji.
Sin embargo, Munch es mucho más que El Grito. El noruego no es sólo un cuadro, el noruego es 1.800 óleos y alrededor de 10.000 grabados. Y también, años y años de trabajo. Ha sido uno de los artistas más prolíficos de la historia: empezó a pintar con 17 años y lo hizo hasta su muerte con 80 años.
Todo eso es lo que pretenden demostrar la exposición Edvard Munch. Arquetipos, que albergará el museo Thyssen-Bornemisza de Madrid del 6 de octubre al 17 de enero de 2016 y que supone el regreso del noruego a España 18 años después de su última visita. Barcelona fue la última en acoger su obra en 1987, tres años después de haberlo hecho Madrid. La desaparecida Sala Pablo Ruiz Picasso, en los bajos de la Biblioteca Nacional, albergó una muestra retrospectiva en 1984. "Aquella fue una exposición como las de antes, con todo. En España no se había visto nada de Munch y la idea era verlo por primera vez. Ahora ya no es así, no hay retrospectivas, las muestras se enfocan para darles un sentido", cuenta Paloma Alarcó, comisaria de la muestra de 1984 y también de la de 2015, a El Huffington Post. Hoy el objetivo es "analizar los temas que obsesionaron a Munch" a través de 80 de sus obras.
Y entre esas 80 obras (54 pinturas y 26 grabados) no está el famoso El Grito, aunque sí el único grabado que Munch hizo de él. "El cuadro no se presta desde hace 15 años", aclara Alarcó. No se presta ni el del Museo Nacional de Oslo, ni los dos del Museo Munch, también de Oslo, ni por supuesto el que adquirió el coleccionista estadounidense en 2012 por 91 millones de euros. "Es que hay cuatro Gritos y la gente no lo sabe. Ni tampoco se sabe que forma parte de la obra El friso de la vida, una serie de pinturas entre las que está El Grito", añade Alarcó, quien aclara: "No refleja el miedo, sino la angustia interna".
Munch hizo varios Gritos, como hizo también varias Niñas Enfermas o varios Besos. Porque repetía muchísimos temas y así lo refleja la exposición. "Cada una de las nueve secciones que la componen, van a tener un tema con diferentes técnicas, obras tardías con tempranas para reflejar esa obsesión por repetir y repetir", aclara la comisaria en su encuentro con El HuffPost, justo antes de empezar una revisión de los nueve arquetipos.
De cada uno hemos seleccionado un cuadro para entender mejor la muestra y conocer mejor a este artista que "supo captar los temas universales que empezaron fraguarse a finales del siglo XIX" y al que, además de la repetición, le obsesionó la experimentación. La muestra da buena prueba de ello al mezclar en cada sala obras tempranas con versiones tardías, así como obra gráfica y pintura.