Viktor Orbán sugiere que los refugiados musulmanes ponen en peligro a la cristiandad europea
El primer ministro húngaro, Viktor Orban, criticado por cerrar sus fronteras para impedir la entrada de migrantes y refugiados, ha afirmado que dar "la impresión de que estamos dispuestos a aceptar a todo el mundo" sería un "error moral". "Turquía es un país seguro, Serbia es un país seguro", así que quienes se encuentren en esos países no deberían intentar entrar en la Unión Europea, ha dicho. Orbán ha asegurado además que la crisis de los refugiados es un problema alemán, no europeo, y ha sugerido que su religión musulmana pone en peligro la cultura cristiana europea.
En una columna en el diario alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung el dirigente húngaro ha manifestado su preocupación porque "la cristiandad europea prácticamente es incapaz en la actualidad de mantener a Europa cristiana" tras recordar que "la mayoría" de los que llegan son musulmanes.
"Nadie quiere quedarse en Hungría, Eslovaquia, Estonia o Polonia. Todos quieren ir a Alemania. Nuestro trabajo es registrarles y lo vamos a hacer", ha declarado Orbán después de reunirse en Bruselas este jueves con el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz. Este recordó que "la idea europea es la idea de la solidaridad. Lo que vemos ahora es mucho egoísmo y eso es una amenaza real para la UE" enfatizó el presidente de la Eurocámara, quien pidió más "sentido común".
"Los húngaros tienen miedo, los europeos tienen miedo, porque vemos que hay dirigentes europeos, entre ellos primeros ministros, que no son capaces de controlar la situación", ha afirmado Orbán. "He venido a decirle al presidente Schulz que Hungría ha hecho todo lo posible para que se cumplan las normas", como debe hacer un país en la frontera del espacio Schengen. "Pido al señor Schulz que le diga a los diputados europeos que dejen de criticar a Hungría por hacer lo que está obligada a hacer" y ha anunciado nuevas medidas para "controlar la situación", como expulsar a todos los inmigrantes económicos.
LA RESPUESTA DE SCHULZ
"Le he pedido ayudarnos a llegar a una solución europea, tanto en relación a la inmigración legal, la protección temporal de refugiados y en el asilo político. Esos tres elementos tienen que ser resueltos en común", señaló Schulz tras reunirse con Orbán.
"Mi llamamiento es que Hungría contribuya a llegar a una solución europea común", señaló, al tiempo que recalcó que "medidas individuales no solucionan el problema, sino una respuesta europea común" y así se lo trasladó al primer ministro magiar.
El socialdemócrata alemán se mostró asimismo en contra de la afirmación de Orbán de que el problema de los refugiados, en su mayoría sirios que huyen de la guerra, no es europeo sino alemán, al calificarla de "equivocada". "Es una descripción de una situación, pero no una propuesta para una solución", sostuvo Schulz, quien aludió a la negativa de Orbán a hablar de un reparto por cuotas sin abordar antes el problema de la gestión de las fronteras externas de la UE.
Consideró que Hungría estaría en una situación mucho mejor con un reparto que tiene en cuenta parámetros justos de distribución y reasentamiento que atienden al número de habitantes, la situación económica y los refugiados ya acogidos.
Schulz dijo que se necesita ahora en la Unión una lista común de países de origen seguros y una regulación común sobre el procedimiento de los registros, repartos y devoluciones, dado que en algunos países la tramitación dura solo diez días, como en Holanda, y en otros cinco meses y medio como en Alemania.
Con una lista común de países seguros habrá devoluciones más rápidas y Hungría también notaría "un alivio de la presión" en este aspecto, insistió el presidente del PE. Schulz opinó en este sentido que los refugiados que "quieren protección de la Unión también tienen que poder vivir con que se les reparta en la UE".
"No es un problema repartir entre 507 millones de ciudadanos comunitarios 500.000 personas. Sí es un problema si se deja a todas esas personas en solamente algunos Estados miembros", destacó. Para Schulz, el acuerdo Schengen, cuyo principal valor es la libertad de movimiento y la superación de fronteras interiores, "está en riesgo" si la UE no resuelve este problema.
A VUELTAS CON "LA CRISTIANDAD"
El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, que ha propuesto este jueves que los Estados miembro acojan al menos a 100.000 refugiados, ha respondido en una comparecencia conjunta con Orbán, a sus comentarios sobre la cristiandad. "A un cristiano, no debe importarle la raza, la religión y la nacionalidad de la persona en necesidad".
"Referirse a la cristiandad hoy en migración debe significar en un primer lugar la disposición de mostrar solidaridad y sacrificio", afirmó el ex primer ministro polaco.
Orbán ha defendido que su país aplica la normativa europea para proteger las fronteras y ha evitado enzarzarse con Tusk, dejando el debate sobre "el significado de la cristiandad moderna" para otro momento.