Crisis migratoria: Europa no puede permanecer inmóvil
El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, no quiere que Europa permanezca inmóvil en la dramática crisis migratoria que estamos viviendo y por ello ha pedido a sus líderes que respondan y estén a la altura. Así, ha instado a los 28 a aceptar una "justa" redistribución de al menos 100.000 refugiados y a doblar sus esfuerzos, también en términos de financiación.
Contrasta su mensaje con el que ha lanzado, después de reunirse con Tusk, el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, que ha afirmado que dar "la impresión de que estamos dispuestos a aceptar a todo el mundo" sería un "error moral". "Turquía es un país seguro, Serbia es un país seguro", así que quienes se encuentren en esos países no deberían intentar entrar en la Unión Europea, ha dicho. Orbán ha asegurado además que la crisis de los refugiados es un problema alemán, no europeo, y ha sugerido que su religión musulmana pone en peligro la cultura cristiana europea.
El presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, presente en la misma rueda de prensa que Orbán, le ha pedido por su parte que les ayude a llegar a una "solución europea", "tanto en relación a la inmigración legal, la protección temporal de refugiados y en el asilo político. Esos tres elementos tienen que ser resueltos en común". "Mi llamamiento es que Hungría contribuya a llegar a una solución europea común", ha señalado, al tiempo que ha recalcado que "medidas individuales no solucionan el problema, sino una respuesta europea común".
Más allá del plano político, la crisis sigue causando dolor. Este jueves se ha sabido que Canadá denegó el estatus de refugiados a la familia de Aylan, el niño de tres años cuya muerte en una playa al sur de Turquía ha conmocionado al mundo.
Así te contamos toda la información este jueves: